Los mejores arranques del Racing en Segunda

El tiempo ha difuminado la gesta, pero el de 1950 es el ascenso racinguista con mayúsculas. Incluso por encima de la épica y la estética del Racing de los Bigotes. Además, puso fin al hasta entonces peor período del club verdiblanco, con dos estancias alternas en Tercera División después de casi una década fuera de Primera. A las órdenes del argentino Lino Taioli, es el equipo de la conocida caricatura de José Luis Orizaola: Ortega, Herrero, Lorín, Mariano, Mathiensen, Alsúa, Ruiz, Amorebieta, Echeveste, Nemes y Joseíto. Desde el 4 de septiembre en que arrancó la Liga hasta el 4 de diciembre, el Racing fue dejando víctimas por el camino: Ferrol, Arosa, Gerona, Baracaldo, Erandio, Lérida, Zaragoza, Gimnástica de Torrelavega, Orensana, Badalona, Sabadell, Osasuna y Gijón. Trece victorias consecutivas. La primera derrota llegó en la jornada 14. 2-1 frente al Numancia. Sólo fue un traspiés. El Lucense pagó los platos rotos. 8-0. Otra racha de nueve triunfos seguidos. La campaña terminó de forma más irregular, pero el Racing ya había agarrado el liderato en la fecha sexta y ya no lo soltó jamás, hasta finalizar campeón con siete puntos de ventaja sobre el Gerona y un balance de 24 victorias, ningún empate y seis derrotas. 99 goles a favor y 47 en contra. Por buscar similitudes, el equipo de Taioli acostumbraba a sacar de centro con una jugada muy peculiar y agresiva, retrasando la pelota mientras los cinco delanteros en tromba se lanzaban al área rival. Teodosio Alba resumió así en 1988 aquella temporada: «Aquello sí que fue una gozada. Goles, goles y más goles. Goles maravillosos. Goles y buen juego. Porque el Racing jugaba en Segunda, pero tenía un equipo de Primera. Han pasado muchos años, pero los que tuvimos la suerte de verlo no lo podremos olvidar nunca».

«El objetivo inicial era mantenernos sin pasar apuros», recordaba el máximo goleador de aquella temporada, Aitor Aguirre, en el cincuenta cumpleaños de aquella gesta. Aquel equipo fue una máquina de crear racinguistas. Sin esperarlo, el equipo arrancó el campeonato con seis victorias en las ocho primeras jornadas. Los otros dos fueron empates. Con una alineación habitual que todavía recuerdan de carrerilla los racinguistas que vivieron aquella época. El 8 de octubre de 1972, tras una victoria frente al Sevilla, por 1-0, con gol de Aitor Aguirre, Espíldora, «que tenía un bigotazo» fue el instigador del juego junto a De la Fuente. '¿Por qué no nos dejamos bigote hasta que perdamos?'. De camino al siguiente encuentro, a Elche, tras escuchar la propuesta de apuesta varias veces, Maguregui dijo: 'Venga, nos dejamos el bigote, pero si no perdemos hoy en Elche'. Empate a uno. En el Hotel Los Llanos de Albacete empezó la revolución de los bigotes. La cuchilla de afeitar se cernía sobre el hasta entonces infalible equipo. 19 de noviembre. Jornada 12. El Racing visitaba al Rayo Vallecano en Vallehermoso. El cuadro madrileño acabó con la racha y el pelo desapareció de los rostros de los futbolistas. A pesar del tropiezo, el conjunto cántabro terminó tercero y logró el ascenso a Primera con holgura.

Al cambio, el arranque de la temporada 1974-75 sale igual que el actual. Con la victoria de dos puntos aquel Racing, de nuevo con Maguregui y con aún algunos miembros del equipo de los Bigotes volvió a salir el tromba en el inicio del campeonato. Fueron cinco victorias y cuatro empates. Y así, llegó a la décima fecha empatado en cabeza con el Sevilla. En la capital hispalense sufrió la primera derrota. Y, pese a que fue una campaña con buenos números, los racinguistas se tuvieron que conformar con la segunda plaza. El campeón definitivo fue el Real Oviedo. Pero bueno, lo más importante era el ascenso a Primera División y se consiguió con creces.

Que aquella temporada sea protagonista de una canción actual de la afición verdiblanca habla de su importancia y de lo simbólico. El Racing cumplía su segunda campaña en la categoría de plata después de pasar por el agujero de la Segunda División B. El equipo cántabro quería, necesitaba, volver a la élite. Y ya en el arranque de la competición puso los cimientos para lograrlo a final de temporada. En las nueve primeras jornadas, siete victorias, un empate y una derrota. Precisamente a partir de ahí, comenzó un período irregular de los verdiblancos, con una racha, incluso, de cuatro derrotas y un empate. Los de Paquito salieron de los puestos altos de la tabla. Sin embargo, se pusieron las pilas en el tramo final. Los últimos siete encuentros de Liga regular fueron victorias. Incluida la polémica del último partido en la que el Racing se quedó fuera del ascenso directo por diferencia de goles con el Valladolid. Asimismo, la promoción frente al Español se saldó sin fallo. Victoria en Sarriá y empate en unos ya nuevos Campos de Sport abarrotados, que vibraron con el ascenso del equipo verdiblanco de vuelta a Primera División.

No fue una cosa excelsa, pero este Racing sí que logró completar las nueve primeras jornadas de Liga con nota. El equipo verdiblanco, dirigido por Armando Ufarte, era cuarto clasificado, en puesto de promoción de ascenso, a sólo dos puntos del líder. Sin embargo, aquella temporada los cántabros entraron en una irregularidad absoluta. Si hasta la jornada nueve habían ganado cinco encuentros, en lo que restaba de temporada vencieron seis. Ufarte fue cesado y llegó Pachín. La situación incluso empeoró. Tanto, que de los últimos nueve partidos no ganó ninguno. Tres empates y seis derrotas. Así que el conjunto verdiblanco acabó descendiendo a Segunda División B aquella campaña. Hizo méritos para ello.

Es el último ascenso del Racing a Primera División. El más reciente, pese a que ya han pasado 22 años. El equipo, recién descendido de Primera y dirigido por el paraguayo Gustavo Benítez, completó un inicio terrible. En la jornada 7 era decimonoveno, con una victoria, cuatro empates y dos derrotas. Así que el técnico fue destituido. Y tomó las riendas del vestuario el entonces director deportivo, Quique Setién. Al 'Flaco' le costó hacer arrancar el coche, pero, cuando lo hizo, ya no paró. Precisamente en la jornada 9 ganó al Leganés y comenzó a subir en la tabla. El caso es que llegó a estas alturas de película con diez puntos, fruto de dos triunfos, cuatro empates y tres derrotas, pero finalmente logró el ascenso a Primera como segundo clasificado, solo por detrás del Atlético de Madrid.