La memoria de los Campos de Sport

«Cada vez se te ve más por Santander», le decían a Sebastián Ceria a su llegada. «¿Viste?», contestaba, como evidenciando que ya lo había prometido. Lo hacía embozado en una sudadera en una tarde de perros, a su llegada para acompañar a las peñas. Manolo Higuera no pudo acudir, pero a cambio estaba el propietario, escoltado por la consejera Miriam Peña y luciendo una gran sintonía con la hinchada.

La amenaza de temporal no impidió que el Racing y su masa social comenzaran a celebrar el cumpleaños, ese que continuará hoy con el partido y las iniciativas surgidas a su alrededor, siguiendo el guion previsto.

«Esperemos que la gente los respete», pedía el autor de los paneles, que recorren la historia del antiguo estadio desde su inauguración en 1913 (aunque la zona ya antes acogía partidos y otros eventos deportivos y lúdicos) hasta la demolición en 1988, después de 75 años de historia durante los que fue siempre el feudo del Racing. Lo hace a través de fotografías históricas, una cronología y breves textos explicativos que narras los diferentes hitos del Racing y de la que fue su cara.Su apertura, la etapa en la que, en plena Guerra Civil, se convirtió en cárcel, su compra (el club pagó 3,25 millones de pesetas de 1953), sus profundas metamorfosis y su punto final para que los actuales Campos de Sport tomaran el relevo con el comienzo de la temporada 88-89. Todo con la presidenta de la APR, Judit Jambrina, y uno de los padres de la iniciativa, Turu Flores, como conductores encargados de dar la bienvenida a quienes se atrevieron a desafiar al frío y el viento para la puesta de largo.

Fue el punto de partida a una jornada que tenía que haber tenido mucho más color en El Sardinero, pero que el mal tiempo se encargó de deslucir.En esa misma campa estaba prevista una doble exhibición de la Academia RRC y delRacing Genuine que tuvieron que trasladarse al vestíbulo de la Preferencia Este por el mal tiempo.Allí tuvo lugar la chocolatada prevista antes de la gran traca final que tenía preparada la Gradona: el bengaleo para iluminar el antiguo terreno de juego, ya una vez caída la luz a las ocho de la tarde.