Las mentiras piadosas de Ania

Es difícil de entender, pero tampoco se puede discutir porque está tomada en base al interés del grupo. Hasta ahí bien. Lo que no se entiende muy bien es que antes de tomarla se lance una 'mentirijilla' piadosa. Ania declaró en la sala de prensa el pasado viernes que Figueras seguía un plan específico para ver si podía llegar al partido ¿Por qué no creerle? No importaba que al futbolista no se le hubiese visto entrenar desde el partido frente al Betis (diez días antes), el que terminó con unas molestias en el recto anterior de su pierna derecha.

El pasado sábado, la víspera del partido ante el Gernika, tampoco saltó al campo. Aún así fue incluido en la lista que viajó a la localidad vasca. El catalán ni calentó con el resto de jugadores y se sentó en el banquillo. Su entrada en la convocatoria produjo como consecuencia la salida de la lista de dos jugadores que viajaron de más en el autocar: Juanjo y Mario Soberón. Ania después del partido -como es lógico- no quiso reconocer que fue así, pero realmente es difícil de explicar que el catalán saliese del banquillo para cruzarse en el camino del colegiado asistente a falta de pocos minutos para el final del partido después de que ni tan siquiera se hubiese levantado desde que llegó.

Bien es cierto que con empate a cero en el marcador un central no encajaba en el plan del Racing, pero aún así tampoco habría podido jugar porque realmente estaba lesionado. «¡Sal, sal, sal!» se escuchó varias veces a voz en grito desde la grada. Los campos modestos como Urbieta permiten ese encanto que es vivir el fútbol tan de cerca que un aficionado cualquiera puede escuchar perfectamente lo que se dice en ese lugar sagrado que es el banquillo. El técnico le 'animó' a su manera para que se levantase y después de que protestando no había conseguido su propósito -antes ya se había dirigido al árbitro-. Está vez, colocándose en el camino del asistente, pisando el campo y entorpeciéndole el paso, se ganó la amonestación. Bingo. Con elegancia y sin levantar sospecha alguna obtuvo su premio. «Las molestias musculares», como las definió el entrenador el pasado viernes, sin precisar el lugar del cuerpo donde las sufría, debían ser más graves de lo esperado y se optó por perderse el partido ante el Oviedo B y aprovechar el parón navideño para recuperarse y limpiarse de tarjetas.

Una decisión totalmente respetable, pero... Lo extraño y llamativo es que estando lesionado sí que se vistiera en Urbieta y Juanjo y Mario Soberón viajasen de turismo a Guernica. No obstante, con los resultados que está cosechando este Racing es complicado criticarle al cuerpo técnico nada. Además, como tampoco puede expresarse como quiere en las ruedas de prensa resulta estéril preguntarle. En la sala de prensa de Urbieta sí que esbozó una sonrisa cómplice cuando se le preguntó por esta maniobra. Pero nada más.

Ayer sin ir más lejos, el club remitió un comunicado sobre la enfermería de la primera plantilla. En él se aludía a Miguel Gándara, Richie Kitoko -ambos continúan sus procesos de recuperación tras ser operados de la rodilla y el tobillo, respectivamente- y a Jon Ander, que sufrió un golpe en el tobillo izquierdo en Guernica. De Figueras ni rastro.