Misma meta; menos dinero

El Racing trabaja en su nueva etapa, en una difícil reconstrucción.Una vez superado el 'chutismo', incluso el presidente, Alfredo Pérez, reconoce ya que aquella apuesta fue un error. Lo achaca a su escasa experiencia en el fútbol cuando decidió contratar al manchego y el modelo que proponía. Ahora repite una y otra vez su convencimiento por esta nueva fórmula, sin renegar de la palabra autocrítica. De hecho, solo el contrato firmado en su momento, que se podía rescindir en caso de descenso, mantuvo al de Albacete en Santander durante los últimos meses. Despedirlo antes exigía el pago de una fuerte indemnización. Pero, tras el mercado de invierno, su presencia fue ya solo testimonial. Ni su modelo ni su propia persona marcaban ya el camino.

En su haber Molina puede presumir de un ascenso; el mismo que buscan ahora José María Amorrortu y su equipo. Claro que Molina lo hizo con una inversión desmesurada para la categoría. Antes de comenzar aquella temporada, la 2018-2019, se barajaba un presupuesto de entre 1,5 y 1,8 millones de euros para la primera plantilla, pero en la práctica fue mucho más.Según las propias cuentas del Racing, al final esta inversión superó los 3,1 millones, sumando los emolumentos de la primera plantilla (incluyendo los fichajes de invierno), el del cuerpo técnico y las indemnizaciones de aquellos futbolistas a los que se rescindió unilateralmente para completar una plantilla confeccionada en su mayoría por Molina y en la que se purgó progresivamente a los canteranos hasta dejar uno solo, Mario Ortiz, repescado desde el Reus tras casi una década fuera de La Albericia.

Ahora el proyecto es muy diferente, como se anunció ya antes de que comenzara la pretemporada. Por una parte, por el nuevo proyecto de cantera que se ha puesto en marcha, recuperando la filosofía tradicional del club, abandonada ya hacía demasiadas temporadas. Por otro, porque la disponibilidad tampoco será la misma. Así lo ha anunciado el propio Racing y así lo evidencia la situación actual. La presencia de canteranos en el primer equipo abarata la plantilla y la propia directiva y responsables del club han anunciado que el presupuesto se deberá seguir con mayor rigor. Entre otros motivos, por la crisis económica generada por la pandemia, que ha repercutido no solo en el club, sino también en el Grupo Pitma, el accionista de referencia y avalista de la línea de crédito que permite alRacing trabajar con normalidad.

Todo esto en un contexto en el que se debían abonar antes de fin de año entre 5,5 y seis millones de euros correspondientes al pago del último plazo de la deuda concursal, si bien el Racing confía en poder demorarlo con el consentimiento de LaLiga, su principal acreedor.

Sí que existe una similitud en lo que a la configuración del primer equipo se refiere: tanto el equipo que Molina puso en manos de Iván Ania como el que Amorrortu y Pedro Menéndez han configurado para Javi Rozada agotaron las 22 fichas disponibles para el primer equipo: los 18 absolutos y los seis sub 23.

La diferencia radica en este caso en que, mientras que hace dos años la llegada de jugadores tapó a los canteranos (Miguel Gándara perdió su puesto al lesionarse y antes de darle la baja se le hizo bajar al filial), en esta ocasión varios canteranos son a todos los efectos jugadores del primer equipo.

Y otra cosa que no ha cambiado es el objetivo. Ni de mínimos ni de máximos, sino un objetivo que es de nuevo una urgencia histórica y económica, el ascenso a Segunda División. La diferencia, que en esta ocasión se hará con una mayor limitación económica y, eso sí, un equipo llamado a crecer dada su edad media, la presencia de canteranos y la ausencia de grandes hipotecas en forma de grandes fichas para jugadores veteranos. Aquellas que se mantienen tienen el 30 de junio de 2021 como fecha de caducidad. Precisamente estas cargas heredadas, parte intrínseca de aquel modelo que se ha abandonado, fueron una de las dificultades a la hora de componer la plantilla del curso pasado. No las tendrá el Racing si el próximo curso está de regreso en Liga. Pero antes tiene que conseguir un objetivo que puede parecer obligado, pero que en tres de las cuatro intentonas anteriores terminó en fracaso.

Como hace dos temporadas, el Racing ha presupuestado 1,8 millones de euros como gasto en la primera plantilla para buscar el ascenso a Segunda B. Más que buscarlo lo plantea, pese a insistir en la dificultad de la tarea, como una obligación para el nuevo equipo, que trabajará con jugadores más jóvenes y baratos pese a partir con las mismas previsiones económicas.

Esta misma semana se celebra la Junta de Accionistas, en las que el presidente, Alfredo Pérez, ofrecerá más detalles, pero según lo adelantado su objetivo es aproximarse lo máximo posible al presupuesto marcado en un principio, sin caer en el fuerte incremento de hace dos años dado el cambio de modelo y las diferentes circunstancias económicas.

22 futbolistas en el primer equipo, entre ellos los canteranos Íñigo, Martín Solar, Ceballos, Mantilla y Camus, además de Pablo Torre, por ahora titular indiscutible con el 27.

Siete futbolistas de las categorías inferiores, seis de ellos del Rayo Cantabria y uno del juvenil, han ascendido al primer equipo. Dos de ellos, Siverio y Lucas, no canteranos.

Una decena de fichajes, once si se cuenta al repescado Óscar Gil, ha hecho este año el Racing, que cuando se quedó prácticamente sin plantilla optó por mirar también a La Albericia.

Así como en los últimos años el Racing siempre ha anunciado de antemano que acudiría al mercado de invierno, esta vez no se ha manifestado ni en uno ni en otro sentido.

Ocho puntos tiene el Racing después de jugar cuatro partidos. Dos victorias ante el Bilbao Athletic y el Alavés B y otros tantos empates ante el Portugalete y el Laredo.

3,8 millones de euros, en concreto 3.796.000, es el presupuesto del Racing para esta temporada. Una previsión superior a la de hace dos años, pero a priori más realista.

1,8 millones de euros había calculado en un principio el Racing el gasto en la plantilla para la temporada 2018/19. Sin embargo, ya en el momento de presentar cuentas y presupuesto en la Junta General de Accionistas se anunció que esta partida se dispararía por encima del millón de euros sobre los previsto inicialmente, como de hecho ocurrió.

3,1 millones costó finalmente la primera plantilla deportiva (sin tener en cuenta las categorías inferiores ni los empleados no deportivos). De ellos, 2.722.776 se fueron en sueldos y fichas, y el resto en indemnizaciones (se dieron muchas bajas unilaterales, algunas con la temporada ya comenzada) y cotizaciones. El ascenso justificó el extremado desfase presupuestario.

22 futbolistas del primer equipo, pero ya apenas canteranos después de la limpia puesta en marcha por Molina el verano posterior a su llegada a Santander.

Un canterano ascendió al primer equipo (aunque con ficha del filial) con el Racing hasta la recta final. Fue Puras. Con el campeonato asegurado jugaron Íñigo, Soberón y Mirapeix.

Hasta 16 fichajes realizó ese verano el Racing para colmar las peticiones de Iván Ania.

Cuatro fichajes hizo el Racing en el mercado de invierno: Noguera, Barral, Mario Ortiz y Redru. Dos de ellos continuarían la temporada siguiente en Segunda.

Ocho puntos, idéntico saldo, tenía tras cuatro jornadas el Racing de Molina. Había ganado al Arenas y al Sanse, mientras que había empatado ante el Mirandés y el Izarra.

3,5 millones de euros fue el presupuesto de hace dos años, pero ya en noviembre se anunció que se iba a superar la previsión tanto en ingresos como, especialmente, en gastos.

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