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En el Racing andan mosqueados con los arbitrajes y ayer Dani Toribio personificó ese enfado. No hizo falta ni que la prensa reclamase su ... presencia. El propio club ofreció la comparecencia. El centrocampista catalán está dolorido y dolido. Por as lesiones que le provocó la tremenda caída que sufrió el pasado sábado en el partido frente al Almería y porque el empujón de Aguza, que le desequilibró en el aire, no tuviese ningún tipo de consecuencia disciplinaria para el futbolista rojiblanco. «La impotencia de ver que no pasa nada. Que nadie dice nada», rumiaba el catalán, con el brazo izquierdo en cabestrillo, ante los micrófonos durante la rueda de prensa que ofreció.
Al catalán le han diagnosticado un esguince clavicular y una fractura longitudinal sin desplazamiento del esternón. «Yo nunca he visto esto en un deporte. Algo ha tenido que pasar. Yo sólo he visto esto en un accidente de coche o de moto. Lógico no es», lamentó. Y reconoció estar «bastante fastidiado. Llevo varias noches sin poder conciliar el sueño. No puedo descansar bien, no puedo respirar bien...». Lo básico.
A eso se le añade el importante enfado de Dani Toribio por la falta de sanción: «Estoy muy cabreado porque se está dando más importancia a otras cosas que a los jugadores. Este juego es de los jugadores». Más que contra el árbitro, cargó contra el uso que se hace del tan cacareado sistema de videoarbitraje que, de momento, en los Campos de Sport no ha hecho más que de adorno. «Se hacen 300.000 pruebas para que el VAR esté bien. Sé que algún listo ha dicho que no miran amarillas. Sé perfectamente cómo son las normas, pero si hay una persona que sale inconsciente del campo, en camilla, ¿no se puede poner a valorar: 'pues quizá ha pasado algo'?».
El catalán cree que el colegiado «le pudo enseñar una amarilla». Una tarjeta que habría supuesto la expulsión de Aguza y «entiendo que teniendo un jugador menos ellos, tenemos más posibilidades de ganar ese encuentro. En esta categoría tres puntos son fundamentales y encima nos empatan el partido...». Y vuelve a cargar contra el videorbitraje: «El VAR funciona como sea, pero yo creo que también, si alguien se parte un esternón, alguna opinión de los cinco o seis árbitros que hay, oye, pues igual hay que amonestar». Incluso estimó que quizá «algún jugador tendrá que tener alguna opinión sobre toda esta estructura». Así que lanzó un dardo contra LaLiga y la Federación por sus luchas internas: «Entiendo que ahora hay cosas muchísimo más importantes, como cuándo se juega o cuándo no y al final el jugador queda en un segundo plano, como siempre».
«Todo lo que sea tecnología me parece genial, pero que sea para ayudar», agregó el futbolista, que dijo sentirse perjudicado por lo sucedido. «He venido cedido y una cesión sabemos todos lo que es. Yo no he venido aquí a perder el tiempo. He venido a ayudar a mis compañeros lo máximo posible. Para mí es muy importante este periodo de estar parado. Me fastidia muchísimo», comentó, antes de volver a darle vuelta al suceso en cuestión: «Si yo salto, me pone el codo, me partó un esternón y no pasa nada...».
Toribio mostró de nuevo su gran enfado. «Yo no valoro si es roja o amarilla. No lo sé. Yo sólo digo que si hay una tecnología que han sacado nueva, que me parece fabuloso, la hacen mil pruebas... Algo tendrá que valorar alguien o tendrá que decir... Pues igual tiene una amonestación. Nadie dice nada. Otro partido más, y así llevamos la de Cejudo... -por el derribo sufrido frente al Málaga que el colegiado no señaló como penalti-... Unas cuantas», protestó. Y es que no hay noticias del VAR en El Sardinero: «Si vemos en otros partidos que se paran, que ha habido penaltis, párate a analizar y toma la decisión, pero al menos, que haya algo». Porque para Toribio, «se está jugando con el Racing. Es un recién ascendido, pero hay miles de almas en el campo. Hay una institución aquí detrás que hay que respetar. Yo sólo pido respetar. Luego cada uno puede tomar las decisiones que quiera, porque los árbitros mandan y yo nunca me voy a quejar sobre ellos. Pero al menos, un respeto a la entidad, a una afición...».
El centrocampista verdiblanco guarda pocos recuerdos de la acción. «Me acuerdo de que me elevé. Me puso el codo, me desestabilizó totalmente, cogí mucha altura y no pude responder. Ya cuando caí perdí el conocimiento y ya no supe lo que pasaba. En la camilla recuperé un poco el conocimiento, pero me costaba mucho respirar y ya no tuve noción hasta que estuve en la ambulancia», tratando de poner en orden todo lo vivido.
El otro protagonista de la jugada, Aguza, «fue compañero mío en el Alcorcón. Se ha preocupado. Quiso venir incluso al hospital. Le dije que no, esto es deporte y si no me dedicaría a otra cosa. Le agradezco su llamada y no tengo ningún problema con él». «Ni con ningún compañero que me pueda hacer cualquier tipo de entrada, porque yo soy igual. Esto es fútbol», añadió el catalán, quitándole hierro al lance más allá de lo meramente arbitral.
Al final, lo sucedido en el minuto 57 del encuentro ha opacado el debut de Dani Toribio con la camiseta verdiblanca. El futbolista reconoció haberse sentido «muy bien» después de «un periodo de tiempo sin coger ritmo». Destacó la ayuda de sus compañeros y de la afición, pero «al final la pena es que te meten el gol y te quedas con un sabor agridulce, aparte de lo que me sucedió». Además, se mostró optimista con el futuro del equipo. Toribio ve «bien armado» al Racing. Con «las ideas muy claras, que yo creo que es fundamental. Hay un grupo fantástico».
Además de Dani Toribio, Iván Ania cuenta con otros cinco futbolistas lesionados que, salvo sorpresa mayúscula, el sábado -21.00 horas- no estarán en el partido frente a la Unión Deportiva Las Palmas. Ninguno de ellos se ejercitó ayer. Luca Zidane y Moi siguen con sus problemas musculares; Iván Crespo permanece en el dique seco por una fractura en el peroné que le tendrá aún un mes más de baja; Kitoko no se ha recuperado todavía de sus problemas de rodilla sufridos por una entrada en el choque contra el Málaga y Jon Ander, que ya toca balón y evoluciona favorablemente, sigue con la recuperación de la rotura del ligamento cruzado.
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