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Otro recital de silbato en un VAR cerrado

Otro recital de silbato en un VAR cerrado

El Racing cae en Ibiza tras una expulsión más que discutible de Sekou Gassama y un penalti de chiste en el tiempo añadido

Sergio Herrero

Santander

Jueves, 8 de diciembre 2022, 17:50

Lo de ver los partidos del Racing es un acto de fe. De viajar para presenciarlo, ni hablamos. No juega a nada, eso es así. Pero hay algo que empieza a ser sangrante. Rojo como las tarjetas que salen a pasear casi en cada partido del equipo cántabro. Es un tópico en el fútbol lo de no pronunciarse sobre los colegiados. Pero igual aquí ya hay que empezar a hablar de los árbitros. En la espalda de los verdiblancos un monigote pegado por alguien de Las Rozas y nueve expulsiones en 19 partidos. La de este jueves, a Sekou Gassama en el minuto 50 por un pisotón fortuito, de juzgado de guardia. Y pese a ser hasta mejor, en inferioridad numérica, que un débil Ibiza, en el tiempo añadido, Caparrós Hernández señaló un penalti de chiste. A Satrústegui le pegó el balón con el codo recogido y de espaldas al centro. Da igual lo que diga ese reglamento que no entienden ni los que lo deben impartir. Otro recital de silbato. Y el VAR –esta vez Sagués Oscoz–, cerrado. Aquí hay mucho en juego. Ya está bien.

En coincidencia con los problemas físicos de un Íñigo Vicente que arrancó desde el banquillo, Guillermo Fernández Romo hizo unos cuantos cambios. Para el técnico madrileño, casi una revolución. Así, echó a Pombo a la banda izquierda y le dio la mediapunta a Matheus Aiás en un amago de 4-4-2 junto a Sekou Gassama en ataque. Y el míster se salió por la tangente en el lateral derecho. Ni Dani Fernández ni Unai Medina:Álvaro Mantilla. La versión de la zaga que mejores resultados les había dado a los verdiblancos.

Que sí, que insiste el entrenador racinguista que la Liga es muy larga. Pero eso decía en la jornada 1 y ya van 19, con su equipo en un momento de suma debilidad. De ahí que el partido de ayer, ante el colista, era bastante más importante de lo que parecía. Y el Racing no arrancó bien. Nervioso. Como en esas fiestas populares en las que sueltan un chon y hay que agarrar al bicho. A los cántabros se les escapaba siempre por la banda izquierda de su defensa. Un centro. Otro. Otro más. Achicar. Al cuarto, Parera tuvo que trabajar. El remate de Ekain, peligroso, lo detuvo el meta balear. Los de Lucas Alcaraz daban mejores impresiones. Sin alardes, tampoco vayamos a pensar...

Catorce minutos tardaron los verdiblancos en poner un poco de orden. Robo, combinación y galopada en diagonal de Jordi Mboula. El tiro del catalán desde la frontal no fue gran cosa, pero al menos rompió la línea verde del encefalograma plano que era el Racing hasta ese momento. Y Pombo, pegado a la banda, había tocado un balón y medio. Sintomático.

Pero vamos, que debió ser casualidad o una equivocación, porque el partido estaba siendo como Ibiza en invierno. Vacío. Romo mandó a Pombo a la mediapunta y acostó a Matheus Aiás sobre la línea lateral izquierda. A ver si pasa algo. Una internada de Íñigo Sainz-Maza con un remate defectuoso en oposición fue un amago de lucidez. Paró Fuzato. Para una vez que el Racing rasca un córner, va uno de los asistentes y señala un fuera de juego inexistente...

Luego fue el colegiado principal el que marcó una falta rigurosa, cerca del área cántabra, de Eneko Satrústegui. Perfecta para que el exracinguista Javi Vázquez sacase su gran virtud. El lanzamiento, con muy mala intención al palo del portero, lo repelió Parera a saque de esquina con dificultades. El primer tiempo terminó. ¿Camino de los vestuarios? No, mejor todos a Amnesia, por favor. Hay que olvidar semejante horror. Visto el partido completo, injustificable la falta de ambición verdiblanca, once contra once, ante un rival flojísimo y casi desahuciado.

Romo implementó dos cambios al descanso. Dos entradas que tampoco invitaban a ver mejor fútbol a partir de ahí. Remodelación completa de la banda derecha, con el madrileño como lateral y el vasco en funciones de extremo. Al menos, de inicio ambos forzaron lo que no había hecho el equipo cántabro en toda la primera mitad: un córner. Que no fue a ninguna parte, pero bueno.

En el minuto 50 pasó lo de casi siempre. Expulsión. Esta vez le tocó a Sekou Gassama, que vio la segunda amarilla por un pisotón fortuito. Tendrá que cortarse la pierna la próxima vez. Otra más. 35 minutos, más el añadido, a jugar otra vez en inferioridad numérica. Nada nuevo. Si había alguna esperanza, se volvió a teñir de rojo. Y el VAR... Vamos todos a Pachá. Beber para olvidar.

Lo cierto es que el Racing había jugado tan mal la primera mitad y el Ibiza era tan flojo que el equipo verdiblanco apenas notó, al menos en sensaciones, el estar con uno menos. Será la costumbre. Unai Medina le pudo hacer el lío a Fuzato en una salida del meta, pero le faltó valentía en el momento decisivo. Encogió el pie.

Lucas Alcaraz metió dos delanteros y la decisión tuvo efecto inmediato. Aunque efervescente. El equipo pitiuso empezó a apretar. Tanto, que Cristian Herrera mandó un balón al travesaño. Yen la segunda jugada, una volea de Nolito la atrapó Parera. Pasaron más cosas en dos minutos que en los 72 anteriores. Romo dio entrada a Peque en lugar de Matheus Aiás.

Al Racing le quedaba la aislada. La inesperada. Eso, o firmar el empate con sangre, pero el Ibiza era tan triste que daba pena rendirse. En una contra liderada por Unai Medina, Marco Camus tuvo la oportunidad de correr hasta llevarse el premio de un saque de esquina. Un córner en el que Satrústegui remató de cabeza, en una posición muy buena, pero la pegó con la colleja y el balón se marchó desviado.

El equipo cántabro se abonó al vértice. Tres córner seguidos. Y la tuvo, por partida cuádruple. Remató primero Pol Moreno, que sacó abajo Fuzato con una fantástica mano. El rechace lo pegó Satrústegui, de nuevo al cuerpo del meta. Lo volvió a intentar Marco Camus. Su tiro, tras rebotar en piernas inoportunas, se envenenó y el arquero brasileño, caído en el suelo, se lució con otra parada genial. Y por último, logró dificultar la tentativa final de Peque. Increible, pero así es el Racing.

Pero para increible, lo de los arbitrajes. Tiempo añadido. Un centro desde la derecha le pega en el codo a un Eneko Satrústegui que ya estaba de espaldas. Ahí estaba el asistente. El colegiado, con ganas de fiesta. Y el VAR... Cri, cri, cri... Ruido de cigarras. La bola del desierto. Como siempre cuando deben entrar. De vergüenza. Que se lo hagan mirar. Cristian Herrera no falló. Ya habían fallado, con estrépito, primero el Racing por no haber ido a por el partido y después aquellos de los que no se puede hablar. Hasta que el vaso se desborda.

Ibiza

Fuzato, Martín, Nolito, Ekain (Cristian Herrera, min. 73), Javi Vázquez, Juan Ibiza, Darío (Sergio Castel, min. 73), Appin, Coke (Iván Morante, min. 58), Suleiman (Boguzs, min. 58) e Isma Ruiz (Miki Villar, min. 58)

1

-

0

Racing

Parera, Mantilla (Dani Fernández, min. 46), Satrústegui, Pol Moreno, Rubén Alves, Íñigo Sainz-Maza, Fausto Tienza, Mboula (Unai Medina, min. 46), Pombo (Marco Camus, min. 59), Matheus Aiás (Peque, min. 77) y Sekou Gassama

  • Equipo arbitral Caparros Hernández, asistido en las bandas por García Lorenzo y García Andreu, todos ellos del Comité Valenciano. Cuarto: Ortega Herrera (Valenciano); VAR: Sagués Oscoz (Vasco) y AVAR: Arcediano Monescillo (Castellano Manchego)

  • Gol 1-0, min. 94: Cristian Herrera, de penalti

  • Amonestaciones Amarilla al local Ekain y a los visitantes Satrústegui y Pombo. Expulsó a Sekou Gassama por doble amonestación en el minuto 50.

  • Incidencias Can Misses. Césped en regular estado en una tarde fresca. 2.741 espectadores

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