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El racinguismo sabía que en algún momento iban a llegar. Que ni todo el monte es orégano ni esto iba a ser un paseo entre las flores por la Segunda División. La temporada es muy larga y, como en las montañas rusas, hace dos semanas ... estabas arriba y ahora estás abajo. Las vacas flacas ya están aquí. La clave está en engordarlas lo más rápido posible. Porque este domingo, en Alcorcón, ante un rival en puestos de descenso y que no había ganado aún en su casa este curso, el equipo verdiblanco cayó con estrépito y, lo que es más preocupante, aumentando las malas sensaciones de los dos encuentros anteriores. Especialmente las que ofrece una defensa cada vez más permeable y que no deja de encajar goles. Trata de arrancarlo, José Alberto.
La 'horribilis septimana' racinguista no pasó factura en la alineación. De hecho, si hubiese podido, el técnico habría repetido la alineación del domingo anterior frente al Racing de Ferrol, pero los problemas físicos de Arana tras la entrada por detrás que se llevó de Zamora fueron demasiado importantes y ahí, en la punta de ataque, el míster tuvo que reemplazar al canario por Ekain. Lo demás, lo mismo.
Alcorcón
Jesús Ruiz, Castro, Rivas, Babin, Jacobo González (Artola, min. 71), Chiki (Chema Rodríguez, min. 83), Javi Lara (Dyego Sousa, min. 71), Eteki (Íñigo García, min. 76), Quintillà (David Morillas, min. 83), Iago López y Addai.
3
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1
Racing
Ezkieta, Dani Fernández (Marco Sangalli, min. 72), Saúl García (Mario García, min. 79), Germán Sánchez, Mantilla, Grenier, Iván Morante (Aldasoro, min. 72), Andrés Martín, Peque, Íñigo Vicente y Ekain (Arana, min. 60).
Equipo arbitral Orellana Cid, del Comité Andaluz. Asistido en las bandas por Garrido Concha (Castellano y Leonés) y García Lorenzo (Valenciano). Cuarto: Manrique Antequera (Andaluz);VAR:Gorostegui Fernández-Ortega (Vasco) y AVAR: Jiménez Yustos (Balear).
Goles 1-0, min. 12: Jacobo González. 2-0, min. 48: Addai. 3-0, min. 80: Castro. 3-1, min. 85: Arana.
Amonestaciones Amarilla a los locales Dyego Sousa, Iago López y Jacobo González y al visitante Dani Fernández.
Anunció el Alcorcón que, pese al desorbitado precio de las entradas –36 euros la más barata–, Santo Domingo iba a estar lleno. Pues bueno. Pues vale. Pues ya tú sabes. Muy logrados los disfraces de asiento amarillo que llevaron cientos de asistentes. Ellos sabrán. Vamos con el fútbol.
El choque empezó tosco. Con poco juego y con mucho balón vertical. El Racing le dejó la pelota a los locales, quizá por la presión añadida para el cuadro alfarero, incapaz de ganar en su estadio. A los verdiblancos, de momento, con tapar los huecos desde la medular hacia atrás parecía que les iba bastante bien. Pero en el minuto 12, la zaga visitante se convirtió en barro húmedo. A Saúl García lo desbordan por la izquierda. El centro de Iago López llega en el segundo palo a Quintillà. El lateral la pone rasa y Jacobo González, de primera, remata al cuerpo de Ezkieta. A la segunda, el porterno navarro no tuvo tanta suerte y el propio Jacobo González adelantó a su equipo.
Si el secreto del fútbol es dominar las áreas, eso no lo había sido. Y lo siguiente de Ekain, tampoco. Un buen pase de Peque dejó al delantero vasco ante Jesús Ruiz y con el agobio de un zaguero amarillo a su espalda. El ariete la pegó de primeras. Horrible. A la derecha de la meta alcorconera.
El Racing espabiló, pero poco. Conectaba algo más con el balón; pisaba de vez en cuando campo rival... Pero el necesitado Alcorcón vivía cómodo con su ventaja. Lo poco que alcanzaba el equipo local los dominios de Ezkieta llevaba más sensación de peligro.
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Borja Cavia
Aser Falagán
La imagen del conjunto cántabro iba adosada en el diccionario de la RAE a la entrada del término 'frustración'. Crecía el dominio verdiblanco. Y ya. En la línea de tres cuartos, donde los de José Alberto fabrican sus mejores obras, todo era imprecisión, ofuscación, falta de imaginación...
A nivel anímico, de confianza, se veía mucho mejor al que estaba en descenso que al que vive en una zona tranquila de la clasificación tras un gran inicio de temporada. El Alcorcón tuvo otra ocasión clara para haber aumentado la renta. Addai se plantó en el área verdiblanca y su duro disparo con la zurda se marchó en diagonal. Fuera. El árbitro señaló el descanso. Mejor así. No podía estar orgulloso esta vez el míster.
José Alberto no hizo cambios tras el descanso. Al menos, no en lo nominal. Los mismos once. Y no sólo no mejoró el guion, sino que empeoró y de qué manera. Addai, con escasa oposición, sacó un fantástico disparo al palo largo que batió a Ezkieta. El técnico asturiano, en el banquillo, se quedó pétreo, ojiplático... A saber lo que se pasaría por su cabeza.
Lejos de asomarse a recortar la renta rival, parecía más cerca el Alcorcón de hacer otro. Porque el ataque racinguista estaba anulado. Ekain, mal; Íñigo Vicente, inexistente; Peque, estrellado una y otra vez contra la zaga y Andrés Martín, intrascendente. Así que el entrenador hizo su primer cambio: Arana sustituyó a Ekain en la punta ofensiva. Addai intentó repetir la receta del segunto tanto madrileño, pero esta vez, defectuoso, atrapó Ezkieta.
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Marcos Menocal
Si esa modernez de transitar ha sido hasta ahora el gran fuerte del Racing, el equipo cántabro en Santo Domingo más bien vagabundeaba. Lento, sin ideas... La mayor intensidad del Alcorcón hacía el resto. Hubo que esperar hasta el minuto 66 para ver trabajar –por llamarle algo– al portero local. Un buen pase al espacio de Peque lo remató Arana ante la oposición de un zaguero. El balón, amortiguado, lo agarró sin problemas Jesús Ruiz.
Ahora sí, el conjunto verdiblanco empezó a apretar un poco. Al menos, forzó unas faltas laterales y saques de esquina a su favor que dieron un poco de sensación de vida. En uno de esos córners, Peque se elevó sobre Babin para cabecear, pero la pelota, centrada, se fue directa a las manos del arquero.
Como ante el Racing de Ferrol, el rival verdiblanco demostró tener mucha más fe y pegada. Germán Sánchez intenta despejar un balón en zona defensiva. El andaluz le pega al aire. El balón le cae a Jacobo González, que la golpea con el exterior de su pierna derecha y con un efecto endiablado, engaña a Ezkieta, pega en el larguero y se va para dentro. Tuvo suerte el Racing de que en Las Rozas estaban atentos y vieron un fuera de juego, por poco, en la acción previa. Anulado. Al menos, minimizó el castigo y el sonrojo.
Con un cuarto de hora de tiempo reglamentario por delante y tal y como estaba el Racing, no había mucha esperanza de reacción épica. José Alberto dio entrada a Aldasoro y a Marco Sangalli en lugar de Iván Morante y Dani Fernández. Poco invento. Minutos después, introdujo a Mario García para sustituir a Saúl García.
Ahora sí, llegó el tercero. Un saque de esquina botado desde la izquierda de la meta de Ezkieta. El balón alcanza el área, la zaga verdiblanca que es como los muñecos hinchables que utilizan para entrenar y Castro, casi de paseo por el segundo palo, solo tuvo que agachar la cabeza para acompañar la pelota al fondo de las mallas.
Mantilla lo intentó con un tímido lanzamiento raso en el otro área. Como si el camargués fuese últimamente el único capaz de hacer un gol. Pero el Alcorcón contestó como durante todo el encuentro. El equipo madrileño, con cañón. El verdiblanco, con matasuegras. Addai le ganó la espalda a Sangalli, se plantó ante Ezkieta, pero se cebó y su tiro se estrelló con violencia contra el poste.
El Racing tuvo un pequeño ataque de orgullo. A buenas horas. Andrés Martín, por fin, logró desbordar por la banda derecha, ganó la línea de fondo y la puso al primer palo, donde Arana ganó bien la posición para marcar un inútil tres a uno.
El resto fue un nulo intento de dignificar el resultado. El Alcorcón ya había tenido bastante y a los cántabros no les daba, como no les dio en ningún momento del encuentro, para hacer algo de daño a su enemigo.
El pitido final del colegiado señaló también el término de una semana horrible para el Racing. Dos derrotas, una eliminación copera... Y, lo que es más preocupante, las peores sensaciones en lo que va de temporada. Eso, además, en un momento en el que el calendario se complica: llegará a Santander el Valladolid y después toca viajar a la casa del Levante. Lo mejor para quitar el mal rollo es mirar la clasificación. El décimo puesto actual se firmaba con sangre allá por agosto. Eso ya está andado, pero el míster tiene trabajo para levantar a su equipo.
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