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Mediapunta, extremo derecho, por la izquierda, mediocentro... Es el comodín del Racing y un recurso innegociable en la libreta de Guille Romo. Arturo Molina (Abarán, 1996) es uno de esos futbolistas versátiles que potencian la plantilla. Nunca juega mal y siempre cumple. Necesario. Desde hace ... semanas pelea contra los dolores de una lesión silenciosa y molesta, pero aún así no desentona. Su polivalencia le ha servido a Romo para tapar las ausencias y de todas ha salido reforzado.
-¿Recuperado ya del partido de Andorra? Desde fuera se vio que tenían ustedes la cosa muy bien estudiada...
-Era un ejercicio de paciencia. A mí me tocaba defender al pivote defensivo y por eso me tocaba ir y venir; sí hay un momento que te desesperas, pero ellos creen en ello y está claro que les va bien porque tienen 21 puntos.
-A usted se le ve muy bien pese a que arrastra dolores desde hace meses, ¿cómo lo lleva?
-En el primer partido de Liga caí lesionado. Apareció ese edema en el calcáneo y a partir de ahí ha habido momentos malos, momentos en los que hay dolores, malas sensaciones... Además arrastro molestias en la fascitis plantar. Es difícil, pero el equipo sabe mi compromiso y yo se lo hago ver de todas las formas.
-Un edema óseo es preocupante, porque suele ser la antesala de la fractura.
-La fractura ya está descartada. El edema ha desaparecido, pero hay varias ramificaciones. Pero no es más problema que el de cualquier profesional que quiere y debe superar dolores.
-¿Le gusta ser un comodín?
-Por mis características sí que puedo adaptarme a varias posiciones. El mistar confía en mí y estoy encantado de poder ayudar en donde me pongan.
-Se estrenó como goleador en El Sardinero ante el Alavés con un golazo.
-Veo que el portero despeja de puños y veo que no está en su posición... Tampoco tengo muchas opciones y lo primero que se me pasa por la cabeza es golpear; veo que sale bien, pero no sé hasta qué punto va a ir dentro. Cuando vi que entró noté felicidad porque era el primer gol ante mi afición, en El Sardinero. Marqué un segundo y me lo anularon. Fue una pena
-¿Ante el Alavés fue su mejor partido con el Racing?
-Sí; en globalidad y por el rival, no hay que olvidar que el Alavés para mí ha sido el mejor equipo al que nos hemos enfrentado. Pero fue un buen día por el carácter que se veía en el equipo, la atmósfera del estadio... Se vio un Racing potente y con ambición. Puede ser el mejor partido desde que estoy aquí.
-¿Pensó mal el primer mes de Liga?
-Fue un inicio en el que se nos complicó todo. Cuatro derrotas seguidas, aunque la sensación no era tan mala. El equipo no cambió nada, somos jugadores comprometidos y por eso cuando llegaron los buenos resultados el ambiente todavía mejoró y empezaron a salir las cosas... Ahora mismo estamos en un momento en el que equipo se encuentra muy bien en todos los aspectos.
-¿Por qué dice que todo ha cambiado?
-Es por eso. Por la emoción que tiene la semana. Si vienes de una derrota no es lo mismo. El fútbol es muy emocional. Cuando tú notas el aliento de la gente en el campo, o por la calle, todo es distinto.
-¿No cree que pese a todo no están teniendo mucha suerte?
-Nos está pasando de todo en tema de lesiones. Aquí se ve la unión del vestuario. A quien le toca salir rinde al máximo y se ve una plantilla completa porque hay bajas y bajas y el que sale lo hace bien.
-Sin un delantero puro ¿Había visto usted algo así?
-Son complementarios. Cada uno tiene sus características y son importantes porque son la referencia para hacer los goles. Estamos deseando que lleguen al equipo, pero hasta entonces hay que seguir. Nosotros no somos delanteros centros, pero tenemos que adaptarnos. Somos jugadores que bajamos a recibir entre líneas. Pombo estuvo participativo y creo que cumplió con lo que le pidió el míster.
-¿Sin goles no hay paraíso?
-Hablando con un miembro del cuerpo técnico me dijo que somos uno de los equipos que más generan en posición de ataque, pero el porcentaje de acierto que tenemos es muy bajo. Tenemos que hacer goles. Defender igual, pero tenemos que marcar.
-Lleva un año y medio aquí, ¿qué le parece lo que ve?
-Santander y el Racing es un sitio de esos en los que cuando vienes te sientes futbolista. La afición aprieta, la gente te conoce, te anima, te saluda... Es un sitio en el que se respira el ambiente de fútbol del de antes. La ciudad apoya al equipo incondicionalmente. Estoy muy a gusto. Me lo habían dicho y no se equivocan.
-¿Qué le parece cómo se vive el fútbol en Santander?
-Me acuerdo cuando salgo al campo. Lo primero que hago es mirar a la izquierda y ver cómo cantan el himno. Eso me hace entrar de otra manera. Veo como animan y eso te lo transmite cuando estás ahí abajo.
-¿Se logrará la permanencia?
-La Segunda División es una Liga muy larga, una temporada muy larga. Yo por desgracia he vivido un descenso en el Castellón y faltando siete jornadas estábamos fuera y acabamos bajando. No quiero ser pesimista, pero sí realista. La trayectoria dice que podemos salvarnos, pero no podemos relajarnos porque es muy largo y da mil vueltas. Lo hemos visto.
Arturo Molina es agradecido, comprometido y ambicioso. Pero ante todo es «realista, porque esto es muy largo». El murciano adelanta que no se aburrirá con tanto fútbol que ver «con este Mundial poco habitual» que se avecina.
-¿Es usted uno de los jugadores 'fetiche' de Guille Romo?
-A Guillermo le tengo un gran aprecio porque me dio la oportunidad de venir al Racing en un momento muy complicado para mí. En el Fuenlabrada no tenía ningún peso y Romo confió en mí y me dio la confianza y entré en el equipo e inicié un proyecto ilusionante. Aquella confianza trato de devolvérsela dentro del campo que es donde puedo y debo.
-Y de repente. Un Mundial.
-No es muy normal, pero veré todos los partidos que pueda. En mi opinión no es normal. A los equipos les va a lastrar en la competición de casa, pero hay instituciones que lo han decidido y estamos en un momento en el que parece que los jugadores nos tenemos que resignar. No mandamos entre comillas mucho; jugamos miércoles, sábado, domingo... Ni nosotros, ni la afición, ni los clubes.
-Y esta semana como son grandes, exentos de la Copa del Rey.
-Me parece bien. Antes te daban el trofeo de campeón de Segunda B y a correr.
-Dicen de usted que es un currante, ¿qué le parece?
-Cuando me llaman currante me alegra. Soy una persona que ha tenido momento malos en el fútbol, pero me he podido superar. Llegar al fútbol profesional no es fácil. Vengo de un pueblo de 15.000 habitantes y había que salir todos los días para Murcia con el tupper o el bocadillo y volver a las once de la noche a la cama y al colegio al día siguiente. Así desde los diez años. Estoy feliz y me siento querido e identificado cuando me llaman currante.
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