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A Jokin Ezkieta le va a venir bien el día de hoy para descansar. Tuvo demasiado trabajo el domingo en Anduva. Le tiraron hasta con las zapatillas. Pero salió airoso y dejó su portería a cero, que «para los porteros es una buena señal». Fue ... la primera vez que el Racing no encajaba a domicilio y el meta navarro se encargó de cambiar el destino. Sus intervenciones le convirtieron -con permiso de unos cuantos- en el mejor del partido. Finaliza contrato con los verdiblancos este verano y pasa por su mejor momento desde que llegó a Santander. Asegura tener «el móvil en sonido» por si le quieren llamar para renovar y no quiere quitarle a nadie la ilusión del ascenso, «pero hay que ser fríos y pensar poco a poco». Es sobrio, serio, seguro y... alto. Un portero de la escuela de Lezama al que le va bien en El Sardinero.
-Se dice por ahí que el domingo en Anduva hizo su mejor partido desde que llegó a Santander...
-Ha habido partidos de mucho trabajo. Dejar la portería a cero nos encanta a los porteros y ayer -por el domingo- por primera vez la dejamos fuera de casa. Pero se nos quedó la sensación de que merecimos algo más, aunque ellos también tuvieron ocasiones. Cualquiera se podía llevar el partido y al final se empató. El punto nos sabe a poco, pero puntuar siempre es importante y al final de temporada te acabas acordando de estos puntos.
-En el partido pasó de todo y hubo buenos momentos, es una pena que se recuerde tanto el gesto feo de Gabri a Mantilla, ¿qué pasó realmente?
-Las imágenes están ahí. A mí me extraña que no actuase el VAR, las imágenes las ha visto todo el mundo. Hay ocasiones en las que tiene que entrar el VAR. Hoy hablaba con Íñigo, porque el árbitro se puso a hablar con él y le pregunté : '¿Qué te decía?'. Hay una toma en la que parece que el árbitro está revisándolo. Le decían desde el VAR que no había ninguna toma. Es raro. Se le podía ayudar. Ojo, hablo sin saber, porque no se cómo funciona la realización en la tele, pero una toma lo muestra realmente. Es una toma clara, no sé si se llamará agresión, pero es inaceptable, porque es un mal ejemplo para los niños. Siempre hay tensiones y suele haber roces, pero esto se pasó de punto.
-A dos puntos del play off de ascenso en la jornada 18, ¿se puede soñar?
-No quiero quitarle la ilusión a nadie. La ilusión siempre está ahí. Todo el mundo quiere poner al Racing en el sitio que se merece, pero sabemos lo difícil que es. Lo que ha pasado esta jornada habla por sí solo; sacar un partido siempre es complicado y se dice 'ahora viene uno asequible' y de asequible nada. Ahora es el Oviedo y hay que fijarse ahí y luego la categoría nos pondrá en nuestro sitio. Habrá rachas buenas y malas y lo importante es tener un equilibrio y ya veremos dónde acabamos.
-El día que le tocó salir por Miquel Parera en Zaragoza tuvo usted mucho trabajo también. ¿Se acuerda de aquel partido?
-La sensación es otra diferente a la de ayer -domingo-. En Anduva, cuando dejas la puerta a cero es buena señal, pero no solo es el portero; mira la ocasión que salva Rubén Alves. Siempre digo que los goles nos los meten a todos. Unas veces actúas más y otras menos, pero dejar la puerta a cero siempre es una buena señal.
-¿Puede estar pasando por su mejor momento desde que juega en el Racing?
-Sí. Claro que sí. Lo que quieres es jugar y en eso es donde mejor te sientes. Cuando estás en el banquillo, es como un gato enjaulado porque no puedes aportar; estás ahí, pero siempre cuesta. Hay que entrenar bien y sumar y eso no se ve; haces tu trabajo y aportas de otra manera, pero estás incomodo. En esa fase que no juegas te agarras a eso, pero disfrutas jugando y ahora estoy en ello. El club es espectacular, con su gente, su estadio y la ciudad... Muy a gusto.
-Ahora le va bien, pero cuando llegó a Santander se encontró con la misma situación que dejó en Bilbao y que usted quería cambiar, ¿qué pensó?
-Pues tienes la sensación de frustración. Intentas salir de un sitio y caes en la misma situación y es frustrante. Venías con unas expectativas, pero había un compañero que estaba haciendo un buen trabajo y tocaba esperar la oportunidad. Ahora estoy feliz, porque las cosas están saliendo bien y que siga así por mucho tiempo.
-¿Qué ha cambiado con respecto a la pasada temporada?
-Comparado con el año pasado, sí que nos costó el inicio. Después de la manera que empezamos merma mucho y es difícil recuperarte de un inicio así. Eso fue lo que realmente pasó y no pasa mucho, pero por suerte hicimos una segunda vuelta buena; llegó el míster y su cuerpo técnico y se cambió bastante la manera de trabajar y la gente se adaptó. Y el mister sacó lo mejor de muchos jugadores. Eso fue lo que realmente influyó para poder acabar como acabamos. El día a día, aunque siempre se diga y sea un tópico, pero el grupo trabaja muy bien y eso se transmite. Da confianza y si eso se consigue, luego en el partido siempre salen las cosas.
-¿Cómo explica un portero que para ganar los partidos su equipo tiene que marcar al menos tres goles?
-Han sido partidos de locos. Una locura. Como portero, encajar es un fastidio. Hemos aprendido la lección, porque ha habido partidos que para ganar hemos metido cuatro goles y eso no es normal. Unos han salido cara y otros cruz. Hay que tener solidez defensiva, porque arriba tenemos recursos y eso es lo que debemos tener claro.
-Acaba contrato en verano, ¿le han llamado para renovar?
-Me quedaré aquí hasta que quieran. Me siento uno más. Estoy encantado aquí y estoy en un buen momento de mi carrera. Yo tengo el móvil en sonido y cuando quieran ponerse a hablar, hablaremos y encantado.
-Habrá acuerdo, ¿no?
-En verano acaba mi contrato y ojalá podamos llegar a un acuerdo, claro que sí.
-Ahora es local. ¿Había jugado en El Sardinero de visitante?
-No, por una cosa o por otra no había estado nunca. Cuando estaba en Segunda B yo, el Racing estaba en Segunda, y al revés. No me había tocado y ahora estoy enamorado.
-El jueves juega 'su' Athletic en El Sardinero contra el Cayón. ¿Irá como aficionado?
-Sí. Seguro que sí. Tengo muchos amigos y les guardo mucho cariño. Me gustaría verles de cerca.
-En Bilbao, lo de ser aficionado también es una religión, ¿no?
-Allí es otra historia. La afición del Athletic es una maravilla. La viví en primera persona y ahora les ha tocado un desplazamiento cercano y la suerte de poder jugar en El Sardinero, que es algo que le beneficia totalmente al Athletic. Vendrá mucha gente.
-Bueno, mójese: ¿se ve jugando el play off de ascenso a Primera División con el Racing?
-Sería estupendo ¡Mejor, ascender directo! No quiero quitar la ilusión a nadie, pero no podemos mirar más allá del Oviedo, porque la dificultad es muy grande, pero hay que seguir haciendo lo que hacemos bien.
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