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El Racing pierde a uno de sus últimos grandes mitos. Con Santi Gutiérrez Calle (Laredo, 15 de agosto de 1945-Santander, 22 de noviembre de 2023) se va el alma de La Albericia; el forjador de un Racing histórico y más doméstico sin el cual ... no se entenderían ni el actual ni el de las grandes tardes en la élite. El eterno coordinador de las secciones inferiores escuchó el silbido final en la madrugada de este miércoles en el Hospital Valdecilla, no muy lejos de las instalaciones a las que entregó su vida y su pasión. La noticia no por esperada es menos triste.
Quien fue jugador, técnico y, sobre todo, el jefe de La Albericia deja huérfanas unas instalaciones que llevan el nombre de su amigo Nando Yosu, allí donde forjó durante décadas la cantera verdiblanca. Hasta hace muy poco tiempo, mientras la enfermedad se lo permitió, aún se le podía ver en las gradas, su propia y particular red social, antes o después de sus largos paseos por la ciudad. Ya jubilado, no renunciaba a seguir a su equipo de siempre desde la grada del campo 1, ese que desde hace exactamente dos años lleva el nombre.
⚫️ El Real Racing Club, consternado por el fallecimiento de Santi Gutiérrez Calle https://t.co/h1KSDtxIfP pic.twitter.com/x3P7qss6kJ
— Real Racing Club (@realracingclub) November 22, 2023
Nacido en Laredo, a donde regresaba periódicamente, pronto se mudó con su familia a Santander. Comenzó a jugar a los quince años en el Sardinero y un año después regresó a la villa para enrolarse en el Charles. Allí llamó la atención del Rayo Cantabria, al que llegó en 1964 y con el que esa misma temporada jugó la promoción de ascenso a Segunda División. Con el paréntesis de la mili en Burgos, estuvo cuatro años en el filial hasta dar el salto al Racing a los 25 años. Ocho temporadas estuvo en el primer equipo, con el que jugó en Primera, Segunda y Tercera (entonces tercera categoría del fútbol español) hasta su retirada en 1977. Antes de lo que hubiera querido, pero las lesiones no perdonan.
Él mismo recordaba su trayectoria hace dos años y medio, cuando se enfrentaron por última vez en partido oficial los dos equipos de su vida: Laredo y Racing. Dejó el Charles para incorporarse a «un Racing doméstico, un grande de la época pero que he visto crecer desde dentro una barbaridad». Comenzó en el Rayo con 18 años, le tocó hacer la mili -«competí con el filial del Burgos, el San Juan y me dejaron hacer un servicio relajado por eso de que era futbolista» y estuvo diez años en el primer equipo hasta que a los 31 años su tendón de Aquiles le dijo que hasta ahí había llegado. «Aceleró un poco mi retirada. Quién me iba a decir que me dedicaría después a lo que siempre quise».
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Marcos Menocal
Dejó de vestirse de corto, pero no el fútbol ni el Racing. Ese verano José María Maguregui había dejado el banquillo y pasa sustituirle el club optó por su segundo, Nando Yosu, que enroló a quien hasta pocos meses antes había sido uno de sus futbolistas para el cuerpo técnico. Fueron dos temporadas durante las que incluso tuvo que sentarse en el banquillo como máximo responsable durante siete partidos por una operación de Yosu.
Ya entonces comenzó a trabajar con la cantera, labor que alternó con el primer equipo, el banquillo del juvenil y el Rayo Cantabria. Siempre vinculado a la vieja Albericia que él mismo impulsó y reivindicó junto otros entusiastas. Sin él nunca hubiera sido posible y ese es su gran legado Construyó la fábrica verdiblanca y se ganó el reconocimiento de un Racing que siempre caminó junto a él, salvo una breve etapa en la que Emilio Bolado decidió fulminar casi todas las categorías inferiores y Santi se buscó acomodo en el banquillo del Escobedo. Afortunadamente el sarampión duró poco y el jefe de La Albericia regresó a los campos del antiguo aeródromo a seguir construyendo leyendas.
Hoy es un día muy triste para mi en lo personal y muy triste para el Racing en lo institucional. Ha muerto Santiago Gutiérrez Calle, Santi, un referente absoluto en el club. Jugador, entrenador, segundo entrenador y máximo responsable de las secciones inferiores durante un periodo total de más de treinta años. Pero sobre todo una persona honesta y honorable. Un señor. Nos marcó a todos los que estuvimos con él, y también en cierto modo al Racing. Quiero mostrar mi respeto absoluto y agradecimiento máximo a Santi, que se lo merece. Perdurará en la memoria del racinguismo durante toda la vida. Muchas gracias, Santi
Como futbolista fue importante. Ocho años en verdiblanco, en una plantilla a la que llegó en Tercera División y con la que llegó a Primera. Ocho años que ya le convertirían solo por eso en histórico. Como técnico fue un clásico del equipo a caballo entre los setenta y los ochenta. El de los Magu, Nando y Moruca. De todos fue segundo de a bordo. Al frente de la nave tuvo dos experiencias: esos siete partidos por la baja de Yosu (en Primera División) y el Racing-Deportivo de la jornada 19 de la temporada 87-88, en la que fue sustituto interino de Delfín Álvarez, con el equipo ya en Segunda.
Pero en un fútbol y en un Racing en el que las funciones no estaban tan compartimentadas, su gesta fue construir, en el sentido figurado y casi en el físico, el vivero verdiblanco. Ese es su gran legado: las cerca de tres décadas durante las que coordinó las secciones inferiores del Racing, hasta su jubilación en 2007. Incluso regresó brevemente cuando, tras el secuestro del club, se rastreó a todos los entusiastas posibles para echar una mano e intentar (lo consiguieron) evitar el derrumbe. Por sus manos pasaron todas las grandes promesas cántabras. Hizo de la defensa de la cantera y la formación de futbolistas (también en valores) su pasión y de La Albericia, su casa.
Por sus manos pasaron los Álvaro Cervera, Sergio Canales, Pedro Munitis, Gonzalo Colsa, José ceballos, Pedro Alba, Iván Marcano, Álvaro González, Esteban Torre e Ismael Ruiz, por citar solo algunos ejemplos. Incluso Pablo Torre, el último gran talento de la factoría, lleva en cierto modo su sello; el de la herencia que dejó Santiago Gutiérrez calle.
Durante los últimos años siguió al club con el mismo interés. Con el mismo ojo analítico. Y con su expresión cordial y directa. También en El Diario Monatñes, donde escribía periódicamente. «A ver qué os parece», titulaba siempre sus correos, en los que había «juntado unas letras». Era otro modo más de seguir enganchado al fútbol.
Su último artículo en El Diario Montañés
Santiago Gutiérrez Calle
Los allegados ya sabían que su salud había empeorado. Por eso se prodigaba menos en los corrillos habituales, pero le dio tiempo a recibir innumerables homenajes en vida.
Un mito del Racing como José Ceballos, trabajó codo a codo con él. «Fue la primera persona que me llevó cuando entré en las secciones inferiores del Racing y después fue mi entrenador en mi segundo año en el Rayo», recuerda el Gato de Pámanes, que una vez retirado formó parte de su equipo en La Albericia. «Se va una gran persona, con un conocimiento muy profundo del fútbol, y sobre todo del fútbol base. Para mí es la figura más importante en el Racing en los últimos cuarenta años, al menos deportivamente. Es una gran tristeza por la gran pérdida. En primera lugar como ser humano, porque era excelente, y después, claro está, para el mundo del fútbol».
José Ceballos
Exfutbolista
Pedro Alba
Exfutbolista
«Siempre dispuesto a ayudar, su trabajo fue admirable, sobre todo conociendo las dificultades con las que lo hacía, porque en la cantera, salvo Santi y unas pocas personas más nunca se ha creído», destacaba un extremadamente triste Pedro Alba. Fue Santi quien le recibió cuando a los 17 años llegó al Racing, y quien después le inició en el entrenamiento.
«Es difícil transmitir en palabras lo que ha supuesto para el Racing, porque es demasiado extenso. Han sido generaciones, generaciones y generaciones. Los máximos exponentes de las últimas décadas del racinguismo tienen su sello de. Munitis, Canales, Colsa... Incluso pablo Torre. Todo el mundo ha estado influido por la figura de Santi, tanto en lo deportivo como en lo personal», resumía el presidente verdiblanco, Manolo Higuera.
«Por aquí han pasado miles de niños que querían ser futbolistas y Santi era el transmitir de los valores y los principios de este club. Es un referente absoluto. Yo terminé siendo futbolista gracias a él, porque los principios que te transmitía te obligaban a esforzarte y a respetar a los demás. Es una persona esencial en la historia del Racing», añadía al enterarse de la triste noticia.
«Hoy es un día triste para el fútbol cántabro. Ha fallecido Santi Gutiérrez Calle, un hombre que respiraba fútbol por los poros de su piel», decía el presidente de la Federación Cántabra, José Ángel Peláez.
Hoy es un día triste para el Fútbol Cántabro .@RFCF_es. Ha fallecido Santi Gutiérrez Calle, un hombre que respiraba fútbol por todos los poros de su piel. Un abrazo fuerte a toda su familia y DEP. pic.twitter.com/u1exDuqLgp
— José Ángel Peláez (@YEYDA) November 22, 2023
Su adiós deja un profundo vacío en el Racing, el fútbol cántabro y, en especial, al ejército de futbolistas que llegaron a serlo con su ayuda. Y deja también un recuerdo indeleble. Su nombre y el de Nando asociados para siempre en esos campos en los que tanto barro pisaron.
Su familia, sus amigos, los muchos y no solo del fútbol, le despiden hoy junto a Ángeles y sus dos hijos en Tanatorio de Nereo Hermanos, como no podía ser de otro modo, en La Albericia, tal vez en un último guiño. El funeral, mañana jueves, cerca de su casa, en la iglesia de los Pasionistas en Castilla-Hermida. Allí también le arropará el fútbol montañés, como lo hará el racinguismo cuando el sábado le dedique un minuto de silencio en los Campos de Sport antes del partido frente al Villarreal B.
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