Hacia la nueva normalidad

La quiniela apunta al '1' en el casillero, aunque si fuera tan fácil acertar las quinielas habría mucho más millonario futbolero. El Leioa solo ha tenido tres días para entrenar después de superar un nuevo brote de covid, el segundo que sufre esta temporada -el primero ya obligó a aplazar su partido contra el Racing en Sarriena- y llega por lo tanto más justos de preparación que los cántabros, que ya se veían con una especie de mini pretemporada en ciernes hasta que los de la margen derecha decidieron que sí, que iban a jugar.

Los verdiblancos han recuperado además el optimismo, o al menos se han reivindicado, tras golear al Alavés B en Ibaia, y lo que a la llegada de Solabarrieta al banquillo fueron tres derrotas en otros tantos partidos ahora son siete puntos de nueve... con un gol encajado en el tiempo añadido frente al Bilbao Athletic que rompió el pleno. Lo dicho, que el fútbol son estados de ánimo, por mucho que suene a tópico. y las estadísticas no siempre objetivas. Tan cierta es la buena racha del Racing de Solabarrieta en los últimos tres partidos como que el vasco aún no ha vencido en los Campos de Sport.

Además, el club ha cerrado cuatro fichajes que deben mejorar el nivel competitivo de una plantilla en la que muchos de los fichajes estivales no han ofrecido el nivel esperado. Ahí sí estaban de acuerdo todos: José Mari Amorrortu, Pedro Menéndez, el destituido Javi Rozada... Toda la comisión deportiva, en realidad, y así se ha comprobado con varias salidas. Los nuevos fichajes han traído algo de frescura e ilusión, aunque sólo Riki haya debutado por ahora. Previsiblemente hoy lo harán Isma López y Luan Capanni, y quizá incluso Álvaro Traver. Las tres ventanas de cambios hacen más sencillo que quien no sea titular pueda disfrutar de unos minutos para entrar progresivamente en la dinámica del grupo, algo que Riki parece haber conseguido ya.

El mayor problema lo tendrá Solabarrieta en la defensa. Por seguir tirando de sabiduría popular, la alegría dura poco en casa del pobre, y justo cuando el Racing se decide a dar la baja a Jordi Figueras, confiando en que podría incorporar a otro central, no solo sigue buscando, sino que se le lesiona Bernardo Matic. Su baja se une a la de Óscar Gil por sanción, con lo que un Mantilla renqueante de sus problemas en el hombro es lo más parecido a un central específico del primer equipo para recibir a los azulgranas. Salvo que Solabarrieta tenga reservada una sorpresa, su acompañante será Villapalos, a quien deberá adaptar a un puesto que, sin ser el natural, no le es del todo ajeno al madrileño.

El centro del campo es donde con más incógnitas juega un técnico que ha entrenado, otra semana más, dos días a puerta cerrada. Riki ofreció un gran juego la semana pasada ante el Alavés B, Íñigo aspira a recuperar la titularidad y está por comprobar si Pablo Torre y Álvaro Cejudo jugarán juntos o el técnico sentará a alguno de ellos. Por banda derecha se ha asentado Soko, aunque la llegada de Álvaro Traver supone que Solabarrieta dispone ahora de un comodín para todos esos puestos.

En la delantera, Jon Ander parece en estos momentos por delante de Cedric en la jerarquía racinguista.¿La duda? Si el entrenador se decidirá, tras una semana de trabajo, a alinear como titular a Luan Capanni, un futbolista que ha dejado muy buenas sensaciones en estos primeros días en las Instalaciones Nando Yosu, pero cuyo rendimiento está necesariamente por comprobar. Resulta evidente que tendrá minutos, y la incógnita es si saldrá entre los once titulares que se midan a partir de las 17.00 horas al Leioa.

El partido tiene además otra clave: cuando a las siete de la tarde López Vila pite tres veces para señalar el final, el Racing estará ante un pequeño parón de dos semanas por su jornada de descanso justo antes del derbi contra el Laredo. Si pierde... Mejor no pensar en ello. Si gana y el juego es como el de los mejores momentos en Vitoria, sus acciones cotizarán de nuevo al alza, como las de GameStop entre los millenials. Si eso ocurre, si por fin el racinguismo puede volver a creer, solo hará falta que no sea una burbuja.