Una nueva Segunda B espera al Racing

La Federación Española aún debe perfilar definitivamente cómo será la nueva Segunda B en una temporada de transición antes de que en el curso 21-22 se ponga en marcha la 'Segunda B élite', que aún no tiene denominación oficial.

Con este nuevo panorama el Racing no podrá contar con futbolistas extracomunitarios y tendrá una nueva limitación a la hora de configurar la plantilla: 16 fichas profesionales y seis sub 23. Si quiere contar con más futbolistas (este año tiene 24 fichas profesionales en el primer equipo, a las que hay que sumar las del Rayo) deberá echar mano de licencias del filial o el juvenil. La Federación debatirá este verano una posible ampliación a 25 fichas, pero no es la postura mayoritaria.

Los verdiblancos tendrán además un adversario cántabro en su grupo: Laredo, Gimnástica o Tropezón. Después de que la pandemia obligara a modificar el sistema de ascensos para dar por terminada la competición antes de tiempo, un club cántabro de Tercera ascenderá a Segunda B en un play off que tendrá lugar en Cayón del 18 al 25 de julio. El Rayo Cantabria es el cuarto clasificado para las eliminatorias, pero ante el descenso del Racing no podrá ascender. Sin embargo, eso no impide que participe en la fase, en la que está encuadrado en la semifinal con la Gimnástica.

Los verdiblancos deberán afrontar una temporada que arrancará hacia el 10 de octubre y contará con unas 32 jornadas en sus dos primeras fases. Todo condicionado, eso sí, a que puedan surgir o no nuevos problemas con la pandemia de covid.

Al haberse decidido finalizar el curso sin descensos, a los 80 equipos actuales de la Segunda B se unirán todos los ascendidos hasta completar una nueva categoría con 100 clubes divididos en cinco grupos. Si no cambia el proyecto que maneja la Federación Española, cada uno de ellos se dividirá en dos subgrupos para completar una primera fase de 18 partidos. Después, los mejores de cada subgrupo afrontarán una breve segunda fase con grupos de entre seis y ocho equipos. Queda, por último, pendiente de decidir si los campeones de esta segunda fase ascienden o si por el contrario se organiza un play off. En cualquier caso, en una Segunda B ampliada el ascenso estará aún más complicado y, si se confirma la hipótesis principal de trabajo, sin la repesca que ofrecía el actual sistema a los campeones de grupo.

De cara al curso 21-22, aquellos que no asciendan y los que bajen de Segunda División tendrán garantizada su presencia en la 'Segunda B Profesional', que estará integrada por 40 equipos divididos en dos grupos. Se trata de una nueva división que se impulsará para oficializar el oficioso profesionalismo de muchos clubes de la categoría de bronce, pero dependiente de la Federación Española, y no de LaLiga. Por debajo, el sistema actual de la Segunda B con cuatro grupos de 20 equipos, marcando aún más si cabe el carácter autonómico de la Tercera División.

Los verdiblancos deben así comenzar a preparar el nuevo curso, conscientes ya de la categoría en la que competirán, cuando restan aún tres semanas para que el fin de semana del 19 de julio concluya la Liga. Hasta que no termine formalmente la temporada el club no podrá rescindir al director deportivo, Chuti Molina, sin necesidad de indemnizarle. El manchego tiene contrato hasta 2021, y prevé incluso su prórroga si en esa fecha el Racing ascendiera a Primera, una hipótesis ya imposible. Sin embargo, el Racing se blindó con la posibilidad de rescisión unilateral en caso de descenso.

En los últimos tiempos solo se ha incorporado al cuerpo técnico -más allá de los cambios de entrenadores- Cali Trueba. Y es que el club trabaja con la dificultad de tener aún a Molina en el equipo, lo que dado el perfil que adoptó prácticamente desde su llegada a Santander ha dificultado el relevo. Según ha insistido el club repetidamente, no incorporará a un nuevo responsable deportivo hasta que salga el anterior.