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La vida gira en torno a los números. Mucho más de lo que uno puede imaginar. ¿Qué años tienes? ¿Cuánto vale esto o aquello? ¿ ... A qué hora vienes? ¿Qué día naciste? ¿Cuántos hijos tienes?... Todo tiene un número a cuestas. Nada se escapa de la medición, quizás por eso a aquel compositor italiano de gafas ridículas se le ocurrió escribir una canción a la que puso por título 'Los números, no los soporto mas'. Las dichosas matemáticas. El fútbol no podía escapar a tan aplastante omnipresencia. Y mucho más los finales de Liga... Las calculadoras echan humo ¿Con cuántos puntos te salvan? ¿Cuántos se necesita para ser campeón? Lo curioso del fútbol -mucho menos en otros deportes- es que a pesar de responder a muchas fórmulas matemáticas no está bien visto refugiarse en las estadísticas.
Así como en baloncesto, fútbol americano, béisbol... No existe nadie que pueda imaginar el deporte sin que surja una explicación del éxito o el fracaso a nivel matemático, en el fútbol sí, pero no. Nadie puede, por mucho que se empeñe, asegurarle a José Alberto y los suyos que si consigue 47 puntos se salvará. Nadie. Aunque pueda resultar difícil de creer que la Ponferradina consiga los mismos que él y siete más. Nadie. Quizás por eso el fútbol es distinto a todo lo demás.
Lateral Dani Fernández, recuperado, volverá al carril diestro y completará la defensa tipo
Banda derecha Unai Medina se postula como el interior a falta de Mboula y Arturo y con la duda de Sangalli
La duda Jorge Pombo, que vuelve a su casa, está en los pensamientos del míster pero no en su libreta
A pesar de todo, los números siguen estando presentes. Hoy, en La Romareda, los tres puntos pueden resultar casi definitivos. De ganar el Racing, el Zaragoza quedaría por detrás de los cántabros, ambos empatados con 44. En la última década, tan solo una vez ha sido necesario sumar más de 48 puntos para salvar la categoría, por lo que el Racing tendría seis partidos para sumar cuatro puntos y cumplir con esa tradición. Es decir, si las matemáticas no engañan, los santanderinos lo tienen al alcance de la mano, pero... En el fútbol la lógica es tan habitual como la sorpresa.
En cualquier caso, José Alberto, como él dice, solo piensa en los tres puntos de hoy y no en los que quedan después o los que le saca a la Ponfe. Entre otras cosas porque sería inútil. Para ganar hoy tiene que solventar alguna eventualidad que le ha surgido, como la plaga de lesiones en la banda derecha; se lesionó el máximo goleador, Mboula, y después sus dos sustitutos, Marco Sangalli y Arturo Molina. Baraja dos opciones, la aportación de Unai Medina, un lateral con cierto oficio y toque de balón, o la de Yeray, un futbolista diferente que aporta en ataque y baja en defensa. Con esa disyuntiva por resolver, el resto empieza a ser algo predecible. La vuelta de Dani Fernández al carril del diestro será la única novedad a priori. No parece que haya muchas más. Al menos no se esperan, aunque la duda que planea en el ambiente -quién sabe si en la libreta de José Alberto- es si Jorge Pombo, uno de los futbolistas más determinantes del Racing y que regresa a su casa, Zaragoza, donde se formó y creció, seguirá siendo suplente o se cuela aprovechando esa baja en la banda derecha.
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En La Romareda también se lo preguntan. Puede ser el as que el míster se guarda bajo la manga y cuya incógnita esconda hasta el final para no dar pistas. Su presencia, la de Pombo, convierte el ataque del Racing en diferente. El equipo no juega igual cuando está el maño en el campo o no. En el resto de las posiciones, a estas alturas de campeonato, no será fácil coger a contrapié al entrenador del Zaragoza. Todos se conocen. Y además, ahora que se mide todo y que los números explican buena parte del rendimiento de los futbolistas, los enemigos saben más del contrario casi que uno mismo.
Así las cosas, a un Miquel Parera incuestionable, le seguirán defendiendo en primera línea Saúl, Rubén Alves, Germán Sánchez y Dani Fernández. El primero de ellos estaba cuestionado, pero el partido ante el Albacete le empujó. Los dos centrales han sobrevivido a su bache personal; Alves, inmaculado todo el campeonato cometió errores groseros y Germán, con un rendimiento muy discreto sigue en liza porque a José Alberto no le encaja otro mejor que el andaluz. Así, uno con otro, han seguido sin oposición. En el centro del campo todos tienen asumido su rol; Aritz Aldasoro e Íñigo Sainz-Maza se han consolidado como los titulares; Juergen ha aparecido y su versatilidad le permite jugar más adelantado y Fausto Tienza, desde que llegó el entrenador asturiano a Santander, se ha convertido en el 'finiquitador'. Cuando el míster decide que se acabó, el extremeño entra en acción. La cosa es que cuando esto ha sucedido, ha salido bien. Así que, pues nada más que añadir.
Lo del ataque, hoy en La Romareda, no tiene visos de que pueda cambiar mucho. Íñigo Vicente volverá a la banda izquierda, aunque en realidad el vasco termina jugando donde le parece, pero bueno... No le va mal ni a él ni al Racing. Y en la punta de lanza, Roko Baturina es el elegido. De momento, como en la libreta de José Alberto no hay tantas prisas ni nervios que le obliguen a cambiar el dibujo y le impongan jugar con dos delanteros, el croata es el que mejor sabe hacer lo que le pide el técnico. Matheus Aiás, que se reconcilió con el gol la semana pasada, es un futbolista aprovechable, pero no para lo que quiere el entrenador de inicio.
Mucho menos Cedric, que con ilusión renovada ha vuelto a contar, pero tampoco para esas instrucciones iniciales. Sí para cuando el equipo necesite tener más la pelota en el área rival, pero no para jugar de espaldas ni para bajar esos envíos largos con los que el Racing intimida en la primera parte de los encuentros. En el autobús se montaron ayer 23 futbolistas, porque a los 21 con ficha del primer equipo disponibles el míster sumó a Yeray, que ya es uno más, e incluyó a Mario García, el chaval del Rayo Cantabria que regresa después de dos semanas fuera. En principio estará para lo que pueda pasar puesto que si Saúl aguantó el tipo cuando no estaba fino sería extraño que perdiera el sitio ahora que espabiló.
A rasgos generales, este es el planteamiento con el que el Racing quiere que los números le den la razón de una vez por todas. O la confianza, según se mire. Porque en el fútbol hay muchas tardes en las que pasa como en la política, que es más importante parecer que tienes la razón que tenerla.
El Racing y el Zaragoza son dos históricos, como gusta a los futbolistas decir en sus presentaciones cuando fichan por cualquiera de los dos equipos. Y tanto. Entre uno y otro suman 102 temporadas en Primera División; 58 el Zaragoza y 44 el Racing. Es curioso, pero el destino casi les juntó para descender de la élite y desde entonces ni la huelen. Los cántabros bajaron en la campaña 2011-12 y los maños, un curso después. Más de una década luchando por encontrarse de nuevo. Hoy se volverán a enfrentar, será el duelo número 95 en su historia. Los locales ganaron 44 y los visitantes 29. Llover sí que ha llovido desde que el Racing fue capaz de salir de La Romareda victorioso por última vez, nada más y nada menos que 26 temporadas. Hay que remontarse a la campaña 1996-97 para recordar aquel 0 a 2 con goles de Schürrer y Beschastnykh. Sin duda la tarde de hoy es de Primera y hasta allí se han ido, al menos, los 600 racinguistas que compraron la entrada en El Sardinero para acompañar a su equipo.
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