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En medio de la paz social, los buenos resultados y el optimismo que rodea al equipo, el Racing tiene al mismo tiempo muchos frentes abiertos. Cada vez más, según confiesa en confianza su presidente, Manolo Higuera. No es un problema sino fruto del impulso que ... trata de dar a la sociedad y de su propio crecimiento, que como los objetivos trazados a medio y largo plazo genera nuevas necesidades. Los nuevos dueños quieren un club en efervescencia y lo están consiguiendo, aunque resten muchos pasos por darse.
Una de ellos es la renovación del jugador revelación de Segunda División: Peque, un mediapunta que ha pasado de no tener clara su continuidad en Santander a principios del verano pasado (José Alberto llegó a valorar una cesión para que no se interrumpiera su progresión por falta de minutos con el primer equipo) a ser el máximo goleador de la categoría y una pieza muy codiciada. Junto a Íñigo Vicente, el jugador franquicia verdiblanco, puesto que sus otras estrellas no son futbolistas en propiedad.
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Gerard Fernández Castellano (L'Hospitalet de Llobregat, 4 de octubre de 2002) termina contrato con el Racing el 30 de junio de 2025, con lo que antes de abordar la prórroga de su contrato el club debe cerrar la continuidad de varios futbolistas que terminan su compromiso este 30 de junio, algunos de ellos, caso de Jokin Ezkieta, Álvaro Mantilla y Rubén Alves, titulares y muy importantes en el esquema de José Alberto.
Pero el catalán, que aún no ha recibido una oferta, es el siguiente. Al menos esos son los planes de la directiva y los que debe dar un Mikel Martija al que le gusta trabajar con calma, sin dejarse llevar por impulsos y cuya continuidad en Santander sigue sin estar nada clara. Por el momento el futbolista sigue creciendo y revalorizándose y, con él, el Racing en una sombiosis que afecta a buena parte de la plantilla.
El ruido generado por la eclosión del hospitalense contrasta con su tranquila llegada a Santander. Guillermo Fernández Romo, que le había conocido en las secciones inferiores del Cornellá, le reclutó para el Racing en verano de 2022 después de que el Barça no le renovara su contrato con el filial. Firmó entonces como agente libre por dos temporadas con ficha del filial, aunque solo a efectos federativos y de LaLiga, puesto que siempre estuvo en dinámica del primer equipo.
Ese era el plan y así se cumplió en su primer curso en verdiblanco, en el que se ganó la renovación automática por un año más (hasta 2025) por disputar un mínimo de partidos. Lo que era ya una buena noticia para el jugador se ha revelado en mejor aún para el club, cuya subida de salario tampoco fue extremadamente onerosa (está entre la clase media-baja de la primera plantilla). Le resta así temporada y media y por lo tanto su continuidad a corto plazo (siempre que no llegue un club dispuesto a pagar íntegramente la indemnización por liquidar su contrato) está asegurada.
El catalán firmó en 2022 por dos temporadas, pero su contrato por objetivos se prorrogó de forma automática este verano
Figura entre la clase media-baja del primer equipo, puesto que la renovación se produjo antes de su eclosión
«Está bien; desde luego no es una cláusula sencilla de que nadie la utilice», ha señalado Higuera, que no desea desvelar las cifras
El Racing no ha puestoa ningún jugador en el mercado y ante cualquier oferta exigirá el pago de la indemnización íntegra
La prioridad es renovara los futbolistas que acaban contrato este año para después abordar la de un Peque que se revaloriza
No hay por lo tanto prisa, pero el objetivo del Racing es renovarle en los próximos meses y, en cualquier caso, antes de que termine la presente temporada. Atar su continuidad no es tan urgente como ocurre con otros futbolistas que terminan contrato este mismo año, caso de Jokin Ezkieta, pero sí una tarea pendiente y necesaria. Exigiría un sustancial aumento de sueldo en una plantilla que debe vigilar su techo de gasto y el futbolista es además consciente de su buena situación en el mercado, pero la ficha del catalán no está entre las más altas, con lo que existe un importante margen de mejora. Máximo cuando Peque es uno de los pilares sobre los que se quiere construir el proyecto a largo plazo, que incluye el regreso a Primera División y para lo que se necesita consolidar un bloque en crecimiento. De ahí que durante estos meses se vaya a trabajar -en algunos casos ya se ha hecho- no solo en prorrogar los contratos no solo de aquellos futbolistas que terminan el 30 de junio, sino de otros que considera estratégicos.
Ya lo consiguió este verano, cuando prorrogó el contrato de Íñigo Vicente hasta 2027. El de Derio también tenía compromiso en vigor hasta 2025, pero se le ofrecieron otros dos años para asegurar su futuro en Santander o, al menos, que una eventual salida dejara un importante beneficio económico. A su prórroga contractual y el incremento de ficha se le añadió una cláusula de rescisión de seis millones de euros. La del catalán es menor, pese a la mejora de contrato que ya ha tenido, y el Racing aspira a incrementarla.
El plan es repetir la operación con Peque. De no conseguirlo no peligrará su continuidad a corto plazo, pero el club se puede ver este verano en una situación complicada. Si el catalán llega a final de curso sin renovar, afrontará una pretemporada en una situación muy ventajosa: consolidado en el Racing, pero con un solo año por delante y, por lo tanto, en disposición de buscarse destino sin necesidad de que su nuevo club pague ningún traspaso. La reglamentación española permite incluso que cualquier jugador pueda comprometerse con otro equipo a partir del 1 de enero del año en que termina contrato de cara a la temporada venidera. Es decir, que Peque podría firmar dentro de exactamente un año con cualquier equipo de cara a la temporada 25-26 sin que el Racing, al margen de perder al futbolista, recibiera ningún rendimiento económico a cambio.
Ante esta situación, el riesgo es que se vea obligado a vender este verano para que la pérdida deje al menos dinero en caja. A cambio, eso sí, de desprenderse de un futbolista fundamental en su esquema. Solo son futuribles, pero de ahí el interés del club en rubricar un nuevo contrato, máxime cuando ha dejado claro que no va a poner a sus futbolistas en el mercado.
Ya el verano pasado la nueva directiva evitó la tentación de tratar de rentabilizar, vía traspaso, a algunos de los futbolistas que se habían revalorizado, y esta es la política que ha anunciado también de cara al futuro. Ya lo advirtió Higuera el 13 diciembre, antes de que se abriera el mercado: si alguien quiere a Peque o Vicente, tendrá que pagar: «Para que la gente lo tenga claro, el Racing no va a negociar la salida de ningún jugador. Si alguien está interesado en Peque o en cualquier futbolista: cláusula de rescisión. Nosotros no vamos a debilitarnos a cambio de dinero».
Se trata, en el caso del catalán, de una cantidad asumible para un equipo de la máxima categoría que quiera apostar por un futbolista joven, pero onerosa en el mercado en Segunda División. Las cláusulas del Racing rondan entre el millón de euros de los contratos más modestos a los citados seis de Íñigo Vicente, que marcan el tope. Los de la clase media rondan los dos o tres millones y la del mediapunta es ligeramente superior, aunque el club no desea que trascienda la cantidad exacta. «Está bien; desde luego no es una cláusula sencilla de que nadie la utilice», ha ofrecido Higuera como única pista. De ahí que el Racing esté moderadamente tranquilo y trabaje sin prisa pese a ser consciente de que su jugador puede ser una pieza apetecible.
Los dos futbolistas de moda en Santander (máximo goleador y máximo asistente de Segunda) se muestran, por su parte, felices en los Campos de Sport. Ambos insisten en ello públicamente y en el caso del vasco lo ha demostrado por la vía de los hechos: renovando su contrato cuando tenía una posición muy cómoda. Ahora la situación se repite con un atacante que se ha convertido en referencia en el ataque y ha desplazado a su competencia natural, Jorge Pombo, hasta el extremo de que el aragonés tenga sus días contados en Santander, ya sea cuando a final de temporada finalice su vinculación o incluso en este mercado de enero, vista su falta de oportunidades y pese a lo corto de una plantilla en la que, por otra parte, se esperan uno o dos refuerzos.
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