Secciones
Servicios
Destacamos
Meticuloso e incombustible. No tiene horas. A Javier Rozada no le importa juntar las noches con los días pensando en fútbol. Se empeñó en convertir su pasión en su trabajo desde muy pronto y cada día que pasa va cumpliendo consigo mismo. Como futbolista le ... dio un par de patadas a la pelota. Hay quien cuenta que se dejaba la vida por no desentonar. Que mitigaba su falta de calidad con intensidad. Ya en juveniles decidió salirse a la banda y cambiar las botas por el silbato. Nació, creció y vive en Oviedo, que le puso la mayúscula a su historia en los banquillos. Primero fue el Covadonga, luego la selección asturiana, el Oviedo cadete, Lealtad y el primer equipo del carbayón.
Su verdadero nombre es Javier Fernández-Rozada Álvarez (Oviedo, 3/7/82). Así es como le llamaban los profesores cuando pasaban lista en la Universidad Alfonso X El Sabio, donde se licenció como abogado siguiendo la estela de su padre, Isidro Fernández-Rozada, senador del Partido Popular por la capital asturiana, y a quien es probable que le diera un disgusto cuando su hijo le propuso cambiar el estrado y la toga por el banquillo y el chándal. Su apellido compuesto le ha abierto puertas –y le abrirá–, pero también le ha puesto zancadillas y le ha colgado un San Benito del que nunca podrá despojarse.Nadie deja de ser hijo de alguien porque sí.
Simpático, divertido y excesivamente intenso, entre libros y fiestas de juventud apostó por reducir su nombre y apellido compuesto a Javi. Ni más ni menos. El partido del Oviedo los sábados, el Madrid o el Barça los domingos. Los de Segunda, alguno de Segunda B... No perdonó una tarde de fútbol en la televisión ni tampoco un madrugón para ir a quitar el veneno jugando al fútbol sala cuando pasó la veintena de primaveras.
A los amigos de facultad ya les colocaba en el campo. Fue en aquella localidad de Villanueva de la Cañada, donde los jóvenes forjan entre aulas y bibliotecas sus sueños de adolescencia, donde el hijo del político quiso ser entrenador más que nunca. Donde a su tradición de corbata y traje bien planchado le añadió la gorra y la pizarra entre hierba recién segada.
Su vida rueda y rueda como el balón en el que no deja de pensar. Está soltero y tiene todo el tiempo del mundo –por el momento– para dedicárselo al que es «un sueño de la leche». No salió nunca de Asturias para hacer lo que más le gusta, por eso este es para él un reto en mayúsculas. Tras su destitución como entrenador del Oviedo en el mes de febrero se lo pensó. Barajó la idea de irse a Londres a seguir su formación –no la de abogado, sino la de entrenador–, pero finalmente la pandemia le calmó las ganas y se dio una tregua. La agencia de representación que lleva su carrera (Youfirst Sport) colocó su nombre en varios clubes. Otro histórico como el Hércules le sedujo, pero solo hasta que el Racing se cruzó en su camino. Mandó parar cualquier asunto y se centró en Santander.
Guiño
El embrujo del viento del sur y de los acordes de la Fuente de Cacho que escuchó en los Campos de Sport la temporada que terminó ayer le cautivaron. Ese día acabó agarrado por sus jugadores cuando un arrebato de vehemencia le traicionó camino del árbitro. Como ese, cuenta una docena de ellos en su corta trayectoria en los banquillos. Su volcánica personalidad le adelanta y se salta de vez en cuando todo aquello que aprendió en las aulas. Bien es cierto que el fútbol tiene otras leyes, y Javi, poco a poco, las va aprendiendo.
Ascendió al Covadonga a primera infantil, al Lealtad y al Oviedo a Segunda B y ahora le han subido el listón. Cuando Villaviciosa amaneció con 3.500 racinguistas en sus calles, Javi era el entrenador de aquel modesto equipo –el Lealtad– que podía matar al gigante. 0 a 1, gol de Dioni. Todos contentos. Javi, quedó boquiabierto con lo que vio. Ese día se enamoró del Racing.
Su obsesión por el fútbol le lleva a no ver impedimentos cuando se le ocurre algo. No mira el reloj si tiene que llamar a alguien de su equipo y despertarlo si es necesario. Atraviesa por medio. En Oviedo le impidieron poner un andamio para subirse a grabar los entrenamientos en la ciudad deportiva y al día siguiente él mismo llamó para que fuera una grúa y lo instalara. Listo.
Fiel de los suyos. Muy de hacer grupo y buen gestor de vestuario. Aún no le tocó lidiar con grandes egos, algo que está por ver le toque en este nuevo Racing que capitaneará José María Amorrortu, con quien ha compartido ya sesiones de fútbol. La mesura y moderación del vasco encuentran el contrapunto en la intensidad jacobina de Javi que tiene prisa por demostrar lo que su 'jefe' en la parcela deportiva –si se confirma a Amorrortu en el organigrama técnico– ya ha enseñado por media España.
Íntimo amigo de Pedrín –Pedro Menéndez, presidente del Lealtad, quien también ocupará un puesto en la asesoría deportiva del Racing–, tanto como que el mandatario del modesto equipo de Villaviciosa lo firmó sin que aún tuviera el carné de entrenador. Le faltaba una asignatura, que aprobó más tarde ya con la experiencia del banquillo como aval.
Por el fútbol se quita de dormir, pero también le desvela el baloncesto. Fan de la autoridad y mando en el banquillo de Pablo Laso no esconde su preferencia por el club merengue, pero sólo cuando aparcar su trabajo, su pasión, su sueño... Rozada quedó paralizado cuando el Racing llamó a su puerta. Buscaba algo así, pero no se lo esperaba. Le sorprendió, pero si de algo están seguros los que le conocen es de que no se dejará nada en el intento de aprovecharlo. Sus paisanos Paco Fernández, Iván Ania o Paquito, hicieron carrera con el Racing. Lo utilizaron como un trampolín que por el momento sólo este último supo sacar partido del todo. Lo ascendieron todos ellos. Todos ellos habían sido jugadores y luego de rebote entrenadores. Javi, todo lo contrario. Fue de casualidad futbolista, porque lo que quería ser de verdad era entrenador.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Estos son los mejores colegios de Valladolid
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.