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Oltra ya gana más que Ania y Cristóbal
Racing | Fútbol

Oltra ya gana más que Ania y Cristóbal

De tres en tres. Con el triunfo ante el Numancia del pasado sábado, el técnico valenciano acumula las mismas victorias que sus dos colegas juntos en la mitad de partidos

Marcos Menocal

Santander

Lunes, 9 de marzo 2020, 07:17

La diferencia entre ganar y empatar lo es todo. José Luis Oltra ya dobla los triunfos que consiguieron sus predecesores, Iván Ania y Cristóbal Parralo, o lo que es lo mismo, el valenciano acumula las mismas victorias que sus dos colegas juntos. Los números del Racing son tan pobres que Oltra con dos partidos ganados ya ha mejorado los registros de los dos técnicos anteriores. El promedio de puntos es significativo, ya que mientras que Iván Ania firmó una tarjeta de 0,8 puntos por partido y Cristóbal con 0,83 apenas lo elevó, Oltra en sólo cinco partidos ha logrado que el Racing acumule 1,4 puntos por encuentro.

Es evidente que la situación del conjunto verdiblanco sigue siendo dramática, pero la sensible mejoría hace que el racinguismo se aferre a la esperanza. Y en realidad, lo que ha sucedido es que el Racing ha conseguido ganar. Lo hizo el pasado sábado en Los Pajaritos por la mínima y sufriendo. El final, las sensaciones y el modo fueron exactamente iguales que la mayor parte de los 16 empates que tiene reflejados en su hoja de servicios, pero esta vez fue capaz de aguantar el resultado y sumar tres veces más que en el resto de ocasiones. Lo mencionado parece de perogrullo, pero poco más ha cambiado. El juego de los de Oltra ante el Numancia no fue mucho mejor que el que exhibió ante el Cádiz o Las Palmas con Cristóbal en el banquillo, pero la diferencia efectiva es abismal. No deja de ser sabiduría popular, pero si esos 16 empates los hubiese repartido entre derrotas y victorias la cuenta de resultados a buen seguro sería más positiva.

De lo que no hay duda es de que la rentabilidad de Oltra es muy superior a la de Ania y Cristóbal. El primero de los entrenadores, el asturiano, dirigió quince partidos antes de ser destituido con un balance de un triunfo, nueve empates y cinco derrotas. El estilo de juego con el que arrancó la Liga, fiel al manual de Ania, era más ofensivo y arriesgado. La construcción desde atrás, la participación del portero y la permisividad de asumir ciertos riesgos en ataque dibujó un equipo con intención y competidor, pero poco efectivo. El mal de los últimos minutos le atacó de lleno ante el Cádiz, Almería o Huesca y vio cómo se le escapaban cinco puntos, uno que saboreaba contra los gaditanos y a razón de dos por partido ante los nazaríes y oscenses. En cualquiera de los tres duelos, el Racing hizo méritos para llevarse el triunfo y fue incapaz de hacerlo. La recompensa fue infinitamente menor como consecuencia de los descuidos finales, algo que le condenó desde muy pronto a la zona baja de la clasificación.

Las jornadas fueron pasando y la dinámica del Racing no cambió; siempre compitió de tú a tú contra sus rivales -a excecpión de los partidos ante Girona y Zaragoza-, pero sumando de uno en uno fue imposible salir de la cueva.

De la jornada 1 a la 15, 0,8
Ivan Ania

De la jornada 1 a la 15, 0,8

puntos por partido. El asturiano acumuló un triunfo, nueve empates y cinco derrotas antes de ser destituido. Sin que su equipo fuera superado con solvencia por ningún rival, no consiguió sacarle rentabilidad

De la jornada 17 a la 26, 0,86
Cristobal Parralos

De la jornada 17 a la 26, 0,86

puntos por partido. El cordobés no logró mejorar los registros de su antecesor y, por tanto, no cumplió con su cometido. Acumuló un triunfo, siete empates y cuatro derrotas antes de decir adiós.

Desde la jornada 27 , 1,4
José Luis Oltra

Desde la jornada 27 , 1,4

puntos por partido. El valenciano ha doblado prácticamente la media de sus dos antecesores. En cinco partidos ha sumado dos triunfos, un empate y dos derrotas. La dinámica parece mejor.

Con Cristóbal nada cambió. Empezó empatando ante el Lugo un partido que tuvo medio ganado y superó sin merecerlo al Extremadura (3-0), pero a partir de ahí de nuevo repitió los errores y se convirtió en víctima de sí mismo. El Fuenlabrada neutralizó una ventaja de dos goles (2-2), el Cádiz le ganó en los últimos minutos (1-0), el Deportivo le dio la vuelta al marcador para ganarle (2-1) y cederle el farolillo rojo, un golpe moral del que aún no se ha recuperado. El último trompazo que le dejó grogui a Cristóbal fue el empate con Las Palmas (1-1) en El Sardinero cuando ya el árbitro consultaba su reloj. No menos de siete puntos perdonados en los últimos minutos que dan cuenta de la posición que ocupa el equipo. El mismo cantar, de un mísero empate a un triunfo la distancia es incuantificable.

El manual de Cristóbal no añadió nada nuevo al de Ania, apenas retrasó a la defensa un poco y le quitó el protagonismo al portero en la elaboración del juego. El cordobés asumió las lesiones de hombres importantes, la salida de jugadores en el mercado de invierno -entre ellos su máximo goleador, Karim Yoda- y la llegada de refuerzos que realmente no eran los que había pedido. Lo asumió todo... Hasta que no pudo más y pidió la cuenta. Se marchó con un promedio de 0,83 puntos por partido, como fruto de sus siete empates, un triunfo y cuatro derrotas. El equipo siguió compitiendo y dando la cara con todos los contrarios, pero inofensivo en las áreas. No empatizó con la plantilla ni con la grada y pese a su educación y rectitud pasó sin pena ni gloria y dejó al Racing peor de como estaba cuando lo cogió.

Cambió de moral

Y entonces llegó Oltra. Se comprometió con el Racing con 16 jornadas por delante y cogió al equipo a siete puntos de la salvación. Debutó en Almería con un triunfo contra todo pronóstico. Allí empezó la montaña rusa de emociones en la que se ha convertido este equipo y que el valenciano trata de dominar. Después de superar todas las previsiones el Racing perdió con todo merecimiento en Málaga (2-0) y cayó con estrépito y ridiculizado en El Sardinero, ante 20.000 espectadores (0-2) con el Sporting de Gijón. Lo cerca que se colocó con el triunfo en los Juegos del Mediterráneo quedó dilapidado con dos actuaciones infames que volvieron a hundir al racinguismo.

Sin embargo, nunca antes -y ya llevaban quince- un empate dejó mejor sabor de boca e inyecto tanta esperanza como el obtenido ante el Zaragoza. Oltra apostó por algo que sus dos colegas en el banquillo no se atrevieron: cambiar el sistema. Si bien es cierto que tanto Ania como Cristóbal trataron de escudriñar su plantilla y probar a todos los jugadores, sobre todo a los delanteros, a Oltra no le tembló el pulso y decidió poner una defensa de tres centrales con cinco defensas. Bingo. El equipo superó en todo menos en el resultado al conjunto más en forma del campeonato y dejó un poso muy optimista. Tuvo la iniciativa, controló el partido y mereció mucho más que un punto.

Para los socios y 1.500 aficionados más, entradas a cinco euros

El Racing quiere que El Sardinero presente el viernes en el partido ante el Lugo otra vez una estampa envidiable. Para ello, desde hoy mismo se pone a la venta para los 1.500 primeros aficionados una entrada a cinco euros, el mismo precio que le costará a cualquier socio una localidad en el mismo emplazamiento de su abono si desea adquirirla. El club quiere premiar la fidelidad de sus socios y animar al resto de los seguidores.

La dinámica parecía que cambiaba y el vestuario se alimentó de algo que no tenía: confianza. Esto es precisamente lo que Oltra le ha cambiado al equipo, la fe. El Racing viajó a Soria con la intención de ganar y lo hizo cuando nadie lo pensaba ya. Superó un contratiempo prematuro- la lesión de Toribio en el minuto 22- y también se sobrepuso a la expulsión de Aitor Buñuel. Con un hombre menos no solo mantuvo la ventaja si no que fue capaz de marcar el segundo gol que a la postre le daría la victoria. Para culminar el supuesto cambio de dinámica, recibió un gol en el minuto 91 y los fantasmas del pasado revolotearon. Aún así remató la faena y se llevó los tres puntos que le colocan en la casilla inicial. El Racing está a siete puntos de la salvación, es decir, a la misma distancia que cuando Oltra aterrizó en Santander... Eso sí, han pasado cinco jornadas y el final está más cerca.

Las sensaciones desaparecen ante la evidencia de los datos, pero Oltra ha necesitado la mitad de los partidos que cualquiera de sus dos antecesores para sumar más victorias que ellos. Eso, que no deja de ser un número, marca la diferencia. Si el entrenador valenciano afina el tiro en lo que queda de Liga y suma de tres en tres en los duelos directos que se le avecinan -Lugo, Tenerife, Extremadura y Oviedo- todo es posible.

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