Operación salida en El Sardinero

El tercero de los afectados, Borja Domínguez, aún alberga alguna esperanza. Tiene experiencia en Segunda y posee un perfil distinto al de los fijos Íñigo Sainz-Maza y Fausto Tienza en el mediocentro. Más ofensivo. Además, siempre ha sido un hombre de confianza de Guillermo Fernández Romo. Eso sí, todo dependerá de lo que llegue a la plantilla en las próximas semanas en su parcela.

Otra situación diferente es la de los dos nuevos canteranos que esta temporada pasan a formar parte de la primera plantilla: Juan Gutiérrez y Marcos Bustillo. Tendrán difícil hacerse un hueco y una cesión parece lo más factible. Además, con la llegada de Rubén González, en el centro de la defensa hay overbooking.

Borja Domínguez comenzó la pasada temporada como habitual titular en el doble pivote racinguista, hasta que cuajó la pareja formada por Íñigo Sainz-Maza y Fausto Tienza. A partir de ahí, su protagonismo se fue diluyendo, acelerado además por un bajo rendimiento y el mal gesto –por el que pidió disculpas inmediatamente– que tuvo hacia la grada de los Campos de Sport al ser sustituido en el choque frente al Racing de Ferrol. Llegó a Santander el pasado verano como un hombre de absoluta confianza de Guillermo Fernández Romo, pero se quedó muy lejos de las expectativas. Sus números quedaron en treinta partidos disputados, 17 de ellos como titular, y un gol anotado en Liga –frente al Talavera. Marcó otro en Copa Federación contra el Avilés–. Tiene un año más de contrato con el Racing y, aunque su continuidad es complicada con el salto de categoría, en el club, de momento, no le buscan salida.

Con dos mediocentros de perfil defensivo como Íñigo y Fausto Tienza como fijos en la plantilla y con el más ofensivo Sergio Marcos en la rampa de salida, Borja Domínguez aún tiene alguna opción de quedarse como complemento si el mercado de fichajes no marcha según la hoja de ruta marcada por Mikel Martija y Guillermo Fernández Romo. Eso sí, si en la cesta de la compra empiezan a entrar centrocampistas ofensivos, al gallego se le cerrarán las puertas de los Campos de Sport. De momento, como el resto de sus compañeros, está citado para volver a trabajar el próximo 5 de julio en las Instalaciones Nando Yosu de La Albericia.

Su experiencia en Segunda División –ha disputado 72 partidos en total– juegan a su favor, aunque lo más reciente y más definitivo cuando haya que tomar una decisión es su más que mejorable rendimiento con la camiseta verdiblanca la pasada temporada en una categoría de nivel inferior como la Primera RFEF. Así que tendrá que estar pendiente del fax del Racing.

Tras el ascenso del Racing a Segunda División, Sergio Marcos renovó de forma automática por una temporada más. Al final, esa cláusula se ha convertido en un problema para el club cántabro que, al no contar con el alcarreño para el proyecto de Segunda División, tendrá que buscarle una salida. Mediocentro ofensivo, con un gran toque de balón aunque poco despliegue físico, puede tener acomodo en algún equipo de la parte media-alta de Primera RFEF. Propuestas tiene encima de la mesa, como la del recién ascendido Real Murcia. Eso sí, si al futbolista no le satisfacen los posibles destinos, no hay acuerdo entre las partes y el Racing va completando las licencias de su plantilla, podría obligar al club cántabro a una siempre desagradable y costosa rescisión de contrato. El último de los escenarios posible.

Durante la pasada temporada, a Sergio Marcos le pasó algo similar a Borja Domínguez. Llegó el pasado verano para ser una habitual en el once, pero tras no convencer en el tramo inicial de la competición, se fue viendo relegado al banquillo.

A pesar de esa falta de protagonismo, el de Sacedón ha cumplido bien con su rol de aportar desde el banquillo, con algunos detalles de calidad y asistencias importantes, como la que permitió a Cedric anotar el tanto del triunfo en el minuto 87 en San Sebastián de los Reyes. Jugó 27 partidos en total, pero apenas seis como titular en el campeonato liguero de Primera RFEF. Con esos números, parece lógico que si el curso anterior no contaba, el que viene aún menos. Pese a tener 72 encuentros en Segunda División en su trayectoria e incluso siete más en Primera con el Villarreal.

En principio también debería volver el 5 de julio y aunque la prioridad en el club ahora mismo son los refuerzos, cuanto antes se llegue a un acuerdo mejor para el Racing y también para el futbolista, que podrá preparar con garantías y con su futuro equipo la próxima temporada.

No es especialmente mayor Isma López. Tiene 32 años. Una buena edad para un futbolista. Pero su rendimiento ha caído en picado en las últimas temporadas. Dos campañas con poco protagonismo en el Tenerife iniciaron el declive. El paso por el Dinamo de Bucarest no fue enriquecedor y, pese a que en su primera media temporada en el Racing aportó cosas tras su llegada en el mercado de invierno, su bajo rendimiento al inicio del pasado curso le llevó a un banquillo del que ya no salió nunca más. De hecho, Guillermo Fernández Romo, que a principio de la temporada le calificó como «el mejor lateral izquierdo de la categoría», finalmente le mandó al ostracismo por detrás de un central reconvertido como Eneko Satrústegui; del filial Simón y también del fichado en enero Javi Vázquez.

Aún así, desde el burladero ha tenido un papel importante en lo ambiental. Ha demostrado una gran profesionalidad y una aún mejor implicación con el resto de sus compañeros en la consecución del ascenso a Segunda División. Pero como el fútbol no vive de eso, está condenado a salir de los Campos de Sport este verano.

El problema para el Racing es que el navarro tiene aún dos años más de contrato tras renovar el pasado verano. Y es un futbolista con un caché importante, que quizá no todos los equipos de Primera RFEF pueden asumir en una categoría de mucho gasto y poco ingreso. Además, después de una temporada prácticamente en blanco, su futuro rendimiento para el club al que le pueda interesar es una verdadera incógnita.

Por lo tanto, la mejor opción para el Racing es, en caso de no encontrar un destino, llegar a un acuerdo con el futbolista, porque una rescisión total de los dos años de contrato puede ser una rémora dentro del límite salarial con el que cuente el club cántabro de cara a la próxima temporada. Algo que en los últimos años se ha vivido bastante por los Campos de Sport. La lección debería estar aprendida.