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Cedric y Pablo Torre se retroalimentan. Lo hacen desde la primera jornada ante el Tudelano, cuando un pase medido del canterano a la carrera del delantero acabó en gol. Rondaba el minuto 89 y los dos futbolistas cumplieron a la perfección su respectivo rol. «Es ... que para un delantero tener a Pablo Torre en su equipo es un lujo», declaraba Cedric minutos después de darle con ese tanto el triunfo al Racing. Aquello fue una premonición, pero que se estancó durante meses y ha vuelto a florecer justo cuando más se necesitaba.
Entre los dos llevan 17 goles, prácticamente la mitad de los tantos de su equipo (36), que en la actualidad tan solo es superado en el plano colectivo por el Celta B (38). Su conexión es total y basta con seguir de cerca los movimientos de uno y otro sobre el campo para comprobar que se necesitan. El cenit de esa especie de vínculo que surge en el campo entre ambos llegó con el despertar de Cedric, que tras casi cinco meses sin marcar se apoyó en el chaval de Soto de la Marina para juntos inventar diabluras. La primera fue ante la Cultural Leonesa a la salida de una falta que por su perfecta ejecución hacía sospechar que fuera producto de la casualidad. Para nada.
7goles ha marcado Pablo Torre en lo que va de curso. Su despegue llegó tras la Navidad | El canterano es el mejor dotado para esa conexión con el delantero que marca la diferencia
Pablo Torre puso un balón con la necesaria potencia y precisión para que Cedric se diera la vuelta en un movimiento de '9' puro y marcase un tanto milimétrico. «Le señalé dónde quería que me mandase el balón y lo mandó perfecto. Estaba hablado y Pablo lo hizo medido», explicaba Cedric a todo aquel que le preguntaba si la jugada estaba ensayada o no. En el fútbol, como casi todo en la vida, cuando detrás de algo hay una preparación el resultado suele coincidir con lo que se desea. No son matemáticas, pero la ecuación falla poco. No es extraño ver a los dos futbolistas quedarse un poco más que el resto cuando acaban los entrenamientos a trabajar la estrategia. Lo mismo hacen en esas sesiones semanales a puerta cerrada que se esconden tras los muros de El Sardinero. La precisión cirujana de Pablo Torre es una bicoca para un delantero en estado de gracia como ahora parece que disfruta Cedric.
Días más tarde, después de ese 'hat trick' que le hizo despertar al delantero llegó el segundo tanto de estrategia de ambos; Pablo Torre botó un córner y sin mirar retrató el lugar donde iba a ponerle el balón a Cedric. Inapelable. El balón raso por delante de los defensas para que el '9' rematase en carrera.
10goles lleva Cedric, seis en los últimos tres partidos. Su reaparición ha sido explosiva. | Anotó cuatro goles en el arranque liguero y no volvió a ver puerta en casi cinco meses
Los dos futbolistas han llegado al momento más importante de la temporada en su mejor estado. Su trayectoria este curso es un tanto similar; mientras que los dos arrancaron a un ritmo alto y con goles, las decisiones técnicas y la falta de puntería les restaron protagonismo y peso en el equipo. El estilo de juego, conservador y sin mucho espacio para la imaginación que practicaba el Racing, hacía dudar en ocasiones si el propio Pablo Torre tendría un hueco en la alineación. En medio de estas dudas sobre el canterano, alimentadas con alguna suplencia como la de Irún o Valladolid, el acierto inicial de Cedric desaparecía. Ocasiones falladas, actuaciones grises... Incluso el acierto de su sustituto Manu Justo hizo sumir al delantero referencia en un estado de angustiosa espera.
«No es normal que estuviera tanto tiempo sin marcar», reconoció una vez que logró ver puerta. El covid se añadió a los contratiempos y acabó disfrutando de la noche para el recuerdo en Riazor desde el banquillo. Para entonces, Pablo Torre ya se había quitado el disfraz de promesa y había conseguido convencer del todo a su entrenador. Pablo Torre con tres goles y Cedric, con cuatro, eran dos futbolistas a los que se les pedía mucho más, pero... Y entonces todo echó a rodar. El canterano comenzó a destaparse y exhibió un recital de goles de cabeza -ante el Real Unión, Unionistas y Talavera- que nadie imaginaba, de falta directa y de jugada personal que le colocó como el máximo goleador del equipo. Sus actuaciones terminaron por desencadenar su fichaje por el Barcelona, algo que ya estaba rodado, pero que aceleró las prisas del club culé ante el posible efecto llamada de otros equipos importantes.
Y de remate, el estado dulce de Pablo Torre despertó por fin el de Cedric, aletargado desde noviembre sin hacer un gol. Juntos se han convertido en lo que, por otro lado, todo aquel que entiende algo de fútbol pronosticaba: la base ofensiva del Racing. La pareja racinguista suma 17 tantos, unos registros que entre los equipos que pelean por el ascenso con el Racing tan solo es superado por la formada por Quiles y Miku en el Deportivo, con 21 dianas. De hecho, la estadística de los dos dúos explica perfectamente la marcha de sus equipos. Mientras que Quiles y Miku firmaron catorce goles antes de Navidad, Pablo Torre y Cedric tan solo habían anotado seis. Los gallegos eran líderes con seis puntos de ventaja sobre los cántabros y las previsiones más realistas apuntaban a que sería el Deportivo, precisamente, el que marcase el ritmo de la competición. Sin embargo, el estancamiento de ambos -Miku no marca desde hace dos meses- coincidió con el despertar de los racinguistas, Pablo Torre y Cedric, que a partir de enero doblaron sus cifras.
Así las cosas, las parejas atacantes de sus otros tres rivales en puestos de privilegio -el Racing de Ferrol, UD Logroñés y Celta B- no superan los quince tantos. Los ferrolanos tienen al incombustible Joselu con nueve y al veterano David Rodríguez, con 6; los riojanos a Guarrotxena y Duba, con ocho y siete; en el Celta B, Gabi Veiga suma ocho y Miguel siete.
«No soy un delantero de rachas», decía Cedric. Con el tanto que anotó en Calahorra sumaba seis en tres partidos consecutivos, que para estar casi 150 días sin anotar uno tiene toda la pinta de racha, pero... Si el futbolista lo dice. En cualquier caso, lo único cierto es que los dos futbolistas con más peso en el Racing han encontrado su camino justo en el momento en el que el Racing también ha experimentado una mejoría futbolística y sobre todo anímica.
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