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ASER FALAGÁN
Santander.
Viernes, 15 de marzo 2024, 01:00
Paco Fernández dejó Santander hace ya nueve años, pero en solo temporada y media se convirtió en una figura recurrente. Por la época canalla que navegó, con una directiva que actuaba en contra del propio Racing. Por cómo gestionó un grupo de futbolistas modestos ... que ni siquiera cobraba. Por un ascenso especialmente afectivo y una salida probablemente injusta. Y por el histórico plante que capitaneó hace una década. Ahora entrena al juvenil del Oviedo mientras da clases en el Colegio Público de Colloto. Su vida está anclada en Asturias, pero le caló Santander. Si su figura resulta recurrente, mucho más lo es cuando se enfrentan el Real Oviedo y el Racing, como ocurrirá mañana en el Carlos Tartiere. Hablar en verdiblanco le evoca a una época que pese a las enormes dificultades y las situaciones críticas que le tocó vivir, incluidos los impagos, define, por lo afectivo, «feliz».
–¿Verá mañana el partido?
–En principio tengo pensado ir, sí; si no hay ninguna novedad.
–Recuerda el Racing con cariño, pero irá con el rival...
–Bueno, hay cosas que no se olvidan nunca. Fui del Oviedo desde que nací. Jugué en el Oviedo, vivo en Oviedo, entreno en Oviedo... Pero por eso no pierdo cariño por el Racing. Lo que pasa es que, lógicamente, me toca pensar en que el Oviedo tiene que ganar. Y yo quiero que gane siempre, aunque tenga mucho cariño, que se lo tengo, al equipo que está en frente.
–¿Se quedó con las ganas de estar en febrero en el homenaje que se hizo a los protagonistas del plante de 2024?
–Claro. Yo tenía un partido en Vigo y me fue imposible. Hicimos todo lo posible, tanto yo como el Oviedo, por jugar antes y que me diera tiempo a llegar, pero nos dijeron que no se podía por circunstancias del primer equipo y por no solapar horarios. Aun así fuimos lo más pronto que pudimos, pero a mi ya me daba igual, porque no iba a llegar. Me quedé con las ganas, claro. Con las ganas de estar con la gente de aquella época y de recibir el reconocimiento. Me siento muy partícipe de aquello, recibí muchísimo cariño de muchas personas y me gusta recordarlo.
–Solo estuvo año y medio en Santander, pero el Racing y Paco Fernández se dejaron mucha huella recíproca.
–Sí; sobre todo por todo lo que ocurrió. Aunque hubiese estado a gusto y bien en Santander y en Cantabria de todos modos, creo que aquellas circunstancias tan difíciles nos unieron y quedan para toda la vida. Compartimos muchas vivencias y emociones muy duras, afortunadamente para bien, y el trato de la gente fue estupendo hasta el último día. No es normal que te vayas de un equipo –tras su destitución– y te hagan un homenaje. Recuerdo el reconocimiento de la afición y de la cantera, cómo fueron a despedirme. Me lo decía mi familia: «Es verdad, el cariño que te demostraron». Y eso que yo me iba. Ese trato que me dieron no se olvida nunca: hasta mis hijos me lo recuerdan mucho.
–¿Qué le parece este Racing?
–Lo está haciendo muy bien, al menos en los partidos que le he visto. Creo que está en un momento parecido al del Oviedo: esa ilusión por estar arriba y la confianza hacen, no digo que subas, pero sí que pienses en positivo. El Racing está haciendo una gran temporada y se le ve un fútbol alegre. Desprende ilusión; con cualquier cosa que hace la afición se entusiasma, y eso significa que algo hay. Espero que asciendan los dos.
–Ya me ha dicho lo que quiere. Ahora lo que cree: ¿Puede ascender el Racing?
–Puede ser el año. Por lo menos lo veo posible, aunque no es nada sencillo.
– ¿Y el Oviedo?
–Aquí estamos bien. Con el cambio de entrenador se generó un clima nuevo. Normalmente no surgen cambios tan radicales, pero hay mucha ilusión y alegría. Por eso decía que Racing y Oviedo se parecen mucho. La afición está muy metida otra vez; vas al campo y disfrutas. El equipo está francamente bien y no descarto nada. Al menos existe la ilusión y la sensación y que se puede, porque al final son sensaciones, y me imagino que en Cantabria estaréis parecido. Se ve que el equipo puede y quiere; que si pierde 1-0 no baja los brazos, que es un poco lo que yo viví en Santander el año de Segunda B, con un equipo que quería a pesar de las dificultades.
–Lo que sí hay desde hace casi dos décadas es una animadversión que a nivel social quizá se debiera combatir.
–Si te digo la verdad, yo esa rivalidad que había no la intuía tanto. En mi época pasaba más con el Sporting, porque esto va por años y barrios. De repente hay mucha rivalidad y de repente al cabo de unas temporadas, ocurre lo contrario. Desde juvenil, para mí, era un partido muy bonito
–Efectivamente, en su época como futbolista al que se tenía cierta ojeriza en Santander era al Sporting...
–Sí, por eso te digo que como jugador no vi ese pique. Había rivalidad, como con todos los equipos del norte, porque siempre son partidos bonitos e importantes, pero sin más. Yo al menos así lo vivía ¿Que hay más rivalidad? Claro, porque son dos ciudades cercanas, pero yo con la buena relación que tengo no la aprecio.
–Me refería más a la mala relación entre aficiones.
–Como las hay con otras. Y eso también depende del año o de que surja alguna circunstancia que empeore o que mejore las relaciones. Imagina que en un partido en que un equipo no se juega nada y el otro suba. Puede surgir cualquier circunstancia que cambie todo y que de repente se conviertan en amigos para muchos años. Las del Racing y el Oviedo son aficiones que se saben comportar.
–¿Se imagina volviendo a Santander algún día?
–Sí, claro, uno siempre se imagina las cosas. Siempre sueñas con volver a los sitios donde fuiste feliz.
–Pero su carrera está muy atada a Asturias por el trabajo.
–Soy profesor y ahora no puedo pedir otra excedencia, que fue lo que hice cuando marché a Santander. A medida que pasan los años intento centrarme cada vez más en lo que hay hoy. Los sueños son sueños; a veces se cumplen y a veces, no.
–¿Se atreve a mojarse con un resultado?
–(Ríe) Nunca me mojé para esas cosas y en este caso menos, porque voy con el Oviedo. Por mucho que me pese, por mucho cariño que le tenga al Racing, quiero que gane el Oviedo.
–Y ya puestos a soñar, ¿les ve ascendiendo a los dos?
–Te lo firmaría ahora mismo
–Se lo repito: eso es lo que quiere. ¿Y lo que cree?
–Creo que hay posibilidades; sí. Las veo. No con seguridad, porque fácil no va a ser, pero hay que pelarlo. Lo que sí te puedo decir es que yo estaría el doble de contento.
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