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Primer tanto. Gassama, el domingo en El Molinón Daniel Pedriza
La Pantera de Granollers

La Pantera de Granollers

Sekou Gassama ·

Llegado para asumir la responsabilidad goleadora, en especial tras los problemas físicos de Cedric, el catalán se estrenó como anotador frente al Sporting

Aser Falagán

Santander

Miércoles, 14 de septiembre 2022, 07:53

Cuando El Molinón vio el domingo a Sekou Gassama Cissokho (Granollers, 6 de mayo de 1995) celebrar su tanto, más de uno debió mirar con extrañeza. No muchos de los 2.000 cántabros que viajaron a Gijón para ver la primera victoria del Racing esta temporada -salvo los que habían hecho los deberes- sabían que así celebra sus tantos. Pero hasta entonces no había tenido tiempo de hacerlo y le tocó estrenar el ritual en Asturias.

La hinchada verdiblanca le conocía para mal. Por aquel gol que marcó en los Campos de Sport de Sport con el Almería cuando los racinguistas ya veían el partido ganado en su anterior temporada en segunda. Saltó la Pantera y marcó de cabeza. Y celebró el tanto como suele.

Porque a Gassama, que es lo que pone en su camiseta, le llaman la Pantera y le gusta. Tanto como para celebrar los tantos imitando los movimientos del felino; su potencia y agilidad, como potente es Sekou en el ataque.

Cedido por el Valladolid, llegó a debutar en agosto en Primera División antes de incorporarse al Racing

Que a nadie le engañe el nombre de un delantero bregador, acostumbrado a pegarse con la defensa, pero con buena técnica, aunque no haya tenido la continuidad suficiente para demostrarla como le hubiera gustado. Gassama es de Granollers, como Jordi Mboula, y si tiene algún acento es el catalán, el aprendido en el Vallés Oriental. El del Granollers donde se crió el segundo hijo de Issaga Gassama y Foune Cissokho, dos jóvenes senegaleses que emigraron a España a ganarse la vida de la forma más dura. Su padre llegó sin documentos y solo hasta que consiguió reunirse con su mujer, a la que le tocó cuidar a los cuatro hijos. Después el esfuerzo y el deporte recompensaron a la familia. El fútbol y, sobre todo, el balonmano.

Porque mientras Sekou comenzaba a destacar en el fútbol, tanto como para pasar por La Masía siendo aún un niño, entre 2004 y 2007, Mamadou, Kaba y Goundo hacían lo que toca en su ciudad, donde el balonmano es casi una religión. Hasta el propio Sekou pudo jugar en las categorías inferiores del Granollers después de pasar por varios equipos de barrio. No lo hacía mal, pero lo suyo era el fútbol, aunque sus padres le animaran a seguir probando sobre el parqué.

Tampoco le fue mal en el fútbol, aunque no pudo continuar en La Masía. A los doce años se marchó al Damm, donde destacó saltándose categorías hasta llamar la atención de otros equipos. Una etapa en la que pasó de lateral a central, mediocentro y, por fin, a delantero. Tenía hambre, gol, un físico imponente y mucha agilidad en sus casi 190 centímetros. Todo para ser un ariete como Didier Drogba, a quien soñaba emular, aunque las lesiones se hayan cebado con él cada vez que ha tratado de dar el último salto y le hayan impedido tener la continuidad que todo futbolista necesita. Le ocurrió en Almería y también en Málaga, cuando trataba de convertirse en titular en La Rosaleda, y tampoco en el Fuenlabrada pudo encadenar los suficientes partidos.

A los 18 años ya llamó la atención del Almería, que le fichó para el segundo equipo. Comenzó entornes un largo peregrinar por filiales (Almería B, Valladolid B, Mestalla y Rayo B) y de cesiones a clubes modestos mientras esperaba su oportunidad. La misma que encontraron sus hermanos con el balón pequeño. Porque Mamadou es extremo del Sporting de Portugal, Kaba es la pivote de las Guerreras y Goundo es una de las porteras de la selección española júnior. Sekou también sabe lo que es vestir la camiseta de una selección: la sub 20 de Senegal, que pudo defender gracias a la ascendencia de sus padres.

Su buen rendimiento en Málaga cuando pudo jugar de forma más o menos habitual y tener minutos le selló el pasaporte de regreso a Pucela, donde esta misma temporada ha llegado a debutar en Primera División. Fueron 35 minutos antes de su cesión al Racing , donde a sus 27 años aspira a consolidarse y ser el 'nueve' de referencia', de momento como cedido por los blanquivioletas ya con la Liga comenzada. De momento no ha empezado nada mal. El gol de su estreno fue también el primero en verdiblanco de todo el curso. Debe ser el primero de muchos.

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