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Los aficionados de Racing y Sporting posan ayer junto a las cubas de la Sidrería Cachopo, en el Centro Asturiano de Santander. José Marqués, Loren Castro, Miru García, Pedro Carante, Ramón Fernández, Francisco Javier Antolín, Andrés Mediavilla, Carlina Gutiérrez y César Pérez, Enzo, Guadalupe Estrada, Alfredo Castillo, Ana Canal y Andrea Morosini. Agachados, Josecho Collantes y Felipe Somohano.
Mucho más que un partido de fútbol
Fútbol | Racing

Mucho más que un partido de fútbol

Este viernes las taquillas cerraron con 27 entradas por vender, que se podían seguir comprando a través de la web

Aser Falagán

Santander

Sábado, 15 de febrero 2020, 07:08

Pocos futbolistas han sido más silbados en los Campos de Sport que Juanele. Quizá, si acaso, Rafa Paz. Hubo un tiempo, hace mucho ya, en que Racing y Sporting eran archienemigos. Archinémesis. La simpatía capitalina vestía de carbayón oviedista y la Gradona, que entonces no se llamaba Gradona, cantaba 'Oviedo capital; Gijón sucursal'. Pero de pronto, en julio de 2006 llegó a Gijón un tipo con bigote de mosquetero y pelo rebelde que cambió la historia. Se llamaba Manolo Preciado y se convirtió en nexo de unión entre ambos equipos. Eran los tiempos felices de la Primera División, la UEFA y los sueños coperos, algunos de ellos conseguidos de la mano de un asturianín que responde al nombre de Marcelino. El azar, dos permanencias recíprocas con sendos favores, algún episodio desagradable con el Oviedo y el Pacto de Llanes hicieron el resto. De pronto Sporting y Racing eran y siguen siendo amigos para siempre. A lo Barça y Tenerife, pero de verdad.

Aquel Sporting tenía como ariete al hoy racinguista David Barral. Poco menos que apartado durante el chutismo más duro, cuando se buscó forzar su salida, con José Luis Oltra parece rehabilitado y tiene opciones entrar en la lista de hoy, aunque el club ha intentado evitar el ruido en torno a él y alejarle del foco. «Yo era un hijo para él -para Preciado-. Nos íbamos de cena, de comida, al cine... con su mujer y la mía. Me hizo grande. Llevo sus iniciales tatuadas», recordaba hace pocos años un gaditano convertido en otro nexo de unión entre dos clubes cada vez más hermanados.

Como este fin de semana lo será en la Sidrería Cachopo, donde ya han reservado el domingo para comer más de 50 gijoneses. No en vano es también el Centro Asturiano de Santander. Y esperan muchos más. «Son partidos especiales. Son casi un derbi», se lanza Josecho Collantes, vicepresidente de una peña racinguista que lleva precisamente ese nombre, El Cachopo. Allí se han encontrado con la única peña sportinguista de Cantabria, El Rinconín, y lo han hecho arropados por alguno de Aúpa Racing. «¡Qué va a ser un derbi», le acota Dani Noval. Pero él continúa: «Somos dos aficiones hermanadas y el campo va a estar lleno. Va a ser todo una fiesta».

El caso es que Racing y Sporting son, en resumen y por tirar de otro lema futbolero, mucho más que dos clubes en Santander y Gijón. No es en absoluto normal que un partido de Segunda División entre el 16º y el último clasificado arrastre a 22.000 personas a un estadio. De Asturias llegarán muchos más de 2.000. Es imposible calcular el número exacto, puesto que se han comprado entradas en Santander. Pero miles. En Peña Herbosa y El Sardinero ya hay muchas reservas de asturianos. «Ya tenemos muchas reservas para el domingo», explica José Luis, socio de La Pirula; ese local que ejerce como eje gravitatorio de Peña Herbosa. También Felipe Somohano, del Centro Asturiano, confirma que tendrán «mucha gente» comiendo el domingo. La previa se prevé, en definitiva, una fiesta.

Y es que con la Mareona que se avecina se prevé buen ambiente. Con tanta afición visitante, necesariamente el partido se ha declarado de alto riesgo, pero lo que se espera mañana es una fiesta de dos aficiones amigas que lo que quieren es disfrutar antes del partido. Y durante. Después a alguno le tocará perder. Porque para el Racing el empate también sabe en este caso, y dada la necesidad, a derrota.

Con Preciado, improvisado gestor de la entente Sardinero-Molinón, hicieron la diáspora cántabra Matabuena, al que llamaban el Gatusso del Sporting, Cristian Portilla, Raúl Domínguez y Neru. «Han sido los equipos más importantes en mi carrera. Los dos están en una situación complicada; es un partido muy importante para los dos», resume el pejino. «Y sobre todo para los del Racing, que el campo esté lleno es una motivación extra. Van a ver que la gente está con ellos y que les apoya. Hace mucho que el estadio no esta lleno y eso siempre es motivante», añade.

Porque es especial. Por supuesto para un Racing que con excepciones como la del año pasado está huérfano de derbi cántabro, así que busca la rivalidad en Bilbao y Gijón. Pero también para un Sporting que también ve ese pique sano como un partido diferente y de proximidad. Naturalmente distinto a lo que se siente por el Oviedo, como corresponde a un derbi asturiano que sin embargo ha degenerado a veces en episodios desagradables. La rivalidad con Santander es mucho más sana. Como en aquellas permanencias en las que la Mareona cantó 'Racing, Racing' en la grada de los Campos de Sport a finales de los dos mil. Como también ocurrió a la inversa en El Molinón.

«Cuando yo estaba allí -evoca Neru-, se vivía con expectación y como cierto derbi de vecinos». Un interés al que hay que añadir el contexto de ambos conjuntos. «Quizá haya muchas más ganas debido a la situación de los dos; ha coincidido que ambos se juegan muchísimo». Con el corazón dividido, para mañana el exjugador pejino se decanta por una victoria del Racing. Al que más falta le hace. «En estos casos voy con el que más lo necesite, que esta vez es el Racing. Se juega muchísimo. No solo tiene que superar a un equipo; tiene que hacerlo con cuatro. Lo tiene muy complicado, pero confío en que ganando se vean las cosas diferentes. Sumando los tres puntos lo tendrá mejor». El laredano no podrá verlo en directo, al estar fuera de Cantabria, pero lo seguirá con atención.

Otro que se lo va a perder es Pablo Lago, muy habitual en los Campos de Sport, pero que esta vez no podrá ir. «Cuando uno está un poco dividido lo mejor es que gane quien más lo merezca», dice quien además de vestir las dos camisetas fue también hasta el año pasado entrenador de la Gimnástica. Esperaba «un poco más» de los dos equipos, pero avisa de que hay «mucha Liga». Aun así no se atreve a mojarse: «Que gane el que más se lo curre. Al Racing le ha venido bien ganar el Almería después del cambio de entrenador. Parece que todo el mundo es mejor», dice ante un partido que reconoce no ve como uno más de los 42 que salpican la Liga.

En 2009. Revilla, con la camiseta delSporting tras recibir el premio al sportinguista del año, acompañado por la entonces alcaldesa de Gijón, Paz Fernández Felgueroso.

Que es un «partido con mucho aliciente para los dos equipos» lo tiene todo el mundo claro. También Juanjo González, suplente de Ablanedo en el Sporting y miembro del cuerpo técnico del Racing europeo hasta llegar a entrenar a los verdiblancos. El ahora técnico de la Roja. Y gran conocedor, y desde dentro, de las dos plazas. Pone la cita del domingo como «un ejemplo». «Si en algo se parecen el Racing y el Sporting es en su gran afición, que siempre está ahí. Que se vean estos desplazamientos masivos y con tan buen ambiente es un ejemplo para muchos equipos», insiste el asturiano, que vivió en sus carnes, aunque desde el banquillo, una época diferente: la de los noventa. «Siempre ha habido buena relación. Otra cosa son momentos puntuales -dice recordando aquella época-, pero siempre hubo una buena relación institucional y de aficiones».

No se atreve sin embargo a aventurar un resultado: «Ojalá los dos arreglen su situación, pero este fin de semana la dinámica de uno y otro hacen muy difícil el pronóstico», reflexiona. «Es un momento muy complicado para el Sporting y el Racing tiene con el cambio de entrenador una oportunidad de cambiar la dinámica. Si ofrece la misma imagen que contra el Almería no veo por qué no puede tener opciones de permanencia.

Porque de aquel 'Oviedo, Gijón...' se ha pasado a que a uno y otro lado del Deva disfruten recíprocamente de la que se convierte por unas horas en ciudad de acogida. A pequeños rituales. A que el Sporting abriera El Molinón cuando el Racing jugaba contra su filial en la oscura época de Segunda B. Para que los suyos vieran a los verdiblancos, sí, pero también como un guiño a los cántabros; para ofrecer la oportunidad de que otra marea, la verdiblanca, bañara el Principado. Como la comida a la que José Marqués, irredento sportinguista, pixueto y ferroviario en Santander, invita siempre a quienes le acompañan en las visitas del Racing, con escala obligada, por supuesto, en su Cudillero, a Gijón. Como le invitará mañana la cuadrilla racinguista con la que verá -los hinchas de su pueblo no podían esta vez- el partido de su Sporting. «Necesitamos ganar seis partidos», resume.

En 2017. Los entonces presidente honorario, capitán y entrenador del Racing, Tuto Sañudo,Borja Granero y Ángel Viadero, dejan flores en la estatua a Preciado junto al Molinón. Al fondo, el resto de la plantilla.

Ni siquiera les hace falta, pero ambas aficiones tiene referentes comunes también en los banquillos. Lejano queda Vicente Miera, que también dirigió a la Roja, pero no tanto Marcelino García Toral, que vivió tres etapas en Santander -sí, tres, que una lo fue como futbolista-. El de Careñes caló. Mucho más que su relevo, Juan Ramón López Muñiz, que no cuajó en Santander, pero fue otro de los que pasaron por los dos estadios. Como lo era hasta hace muy poco el recién rescindido Berto Cayarga de la actual plantilla.

Y a caballo entre Cantabria y Asturias se ha quedado Loren Castro, presidente de la Peña El Rinconín y presentador de '¡Ahora Sporting!' en Radio Sporting. «Lo veo mal -bromea-, porque andan los dos equipos en un momento complicado. Y la verdad, no tengo el corazón partido: deseo todo lo bueno al Racing, pero quiero que gane el Sporting». «Yo también», acotan Somohano y Miru Castro. Y los tres a coro: «Cuando venga el Oviedo seré del Racing».

En ese mismo Racing en el que trabajó el sportinguista Ramón Fernández, que ve «un empate como justo». «Siempre hay buen ambiente, aunque en todos los pucheros se pueda encontrar algún problema. Pero en general la gente es de chapó. Y nos tratan muy bien los dos equipos». Mañana toca otro capítulo de un partido de Segunda, pero de Primera.

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