Ni un paso atrás

Fíjense lo devota que es la afición racinguista que, en una temporada desastrosa y con el farolillo rojo colgando de la oreja del equipo, un cambio de entrenador, el paso al segundo plano del plenipotenciario director deportivo, Chuti Molina, y una victoria -convincente, eso sí- en Almería, frente al segundo clasificado, le han llevado a empujar, incluso más que cuando el Racing disputó la extinta Copa de la UEFA. En las duras y con más fuerza aún, en las maduras. Aunque llueva o sople Sur. No es un direte. Es la realidad.

Mientras el racinguismo -y un parte importante del sportinguismo- agotaba todo el papel en los Campos de Sport, casi se ha olvidado el personal de que José Luis Oltra tiene hoy bajas, como diría Mariano Rajoy, muy importantes y mucho importantes. Porque la defensa está en cuadro. Al ya inquilino de la enfermería Alexis se le sumó en el estadio Juegos del Mediterráneo un Figueras que andaba mejorando su rendimiento. Con los veteranos lesionados, los más jóvenes del centro de la zaga, Manu Hernando e Iñaki Olaortua, se quedan solos ante el peligro. Hoy tendrán una oportunidad para doctorarse en manejo de la presión. Porque el palentino, si lejos de Santander ha sido un descubrimiento, en el choque contra el Alcorcón, en los Campos de Sport, generó dudas para repartir. Y el vasco, con un poco más de experiencia, tendrá que ejercer de jefe de la zaga aún a pierna cambiada. Y, toquen madera. Que no pase nada. Porque el míster ha decidido no citar a ningún central de la cantera, así que, ante una hipotética e inoportuna urgencia, el olvidado Nkaka o el mediocentro al alza Kitoko son las alternativas.

Pero si hay una ausencia que condiciona el planteamiento de un Oltra que quiere seguir la línea de su estreno en Almería es la del sancionado Cejudo. El cordobés vive su segunda juventud, pero hoy tendrá que ver el partido desde la grada. Hay hombres en la plantilla con características para sustituirle, pero el míster afirmó en la rueda de prensa del viernes que Papu y Enzo Lombardo, que salen de sus respectivas lesiones, no serán titulares. De hecho, el francés, con molestias a lo largo de esta semana, quizá ni se siente en el banquillo. Eso lleva a modificar el guión. Hay tres opciones. O Borja Galán deja la banda para ocupar la mediapunta; o entra otro delantero junto a Guillermo o, lo más probable, Mario Ortiz se coloque en el doble pivote con Kitoko y Sergio Ruiz adelante su posición.

Lo que está claro es que, con respecto a Almería, el escenario y el ambiente obligarán al Racing a tener más protagonismo. A mandar. El técnico sportinguista, Miroslav Djukic, lo tiene asumido y, por sus palabras, probablemente dejará hacer al equipo cántabro.

Por El Molinón ya casi nadie habla de luchar por el ascenso, aquello para lo que se confeccionó la plantilla rojiblanca el pasado verano. Con el equipo asturiano decimosexto en la tabla y sólo tres puntos por encima de los puestos de descenso, parece más práctico mirar por el retrovisor. Y es que un triunfo del Racing esta tarde puede meter a otro contendiente más en la pelea en el fango de la parte baja de la tabla. Cuantos más, mejor.

La parroquia rojiblanca se aferra a su futbolista más determinante: Manu García. El mediapunta del Sporting es el jugador diferente, aunque en medio de la pobre temporada gijonesa, tampoco es que esté mostrando su mejor nivel. Todo lo malo se contagia.

Además, la mala suerte en forma de lesiones no va a ser sólo para el Racing. En la sesión de ayer, Djukic sumó una baja muy importante a su ya mermado equipo. El central Babín se tuvo que retirar antes de tiempo y hoy no viajará a Santander. Eso obligará al técnico balcánico o a darle la titularidad a Borja López o a retrasar la posición del mediocentro Cristian.

Mientras tanto, el conjunto de José Luis Oltra debe hacer buena la estadística. La historia está para aprender. Para repetir los aciertos y no reincidir en los errores. Y hace 24 años que el Sporting no gana en Santander. Desde 1986. Hay que hacer valer esa circunstancia en un momento clave. Porque las estadísticas están para romperlas o para agrandarlas, según se mire.

El racinguismo anda con la calculadora en la mano. Aporreando teclas para que le salgan las cuentas de la permanencia. Las matemáticas del balón. Son cinco los puntos de distancia con la salvación que a día de hoy marca el Oviedo, con un partido más. Si todo va bien, a las 20.00 horas la bocana del pozo puede estar a sólo dos de trayecto. A tiro de piedra. Y con una visita en cinco días al maltrecho Málaga. La receta es fácil de entonar, aunque difícil de ejecutar: ganar los ocho partidos que restan en los Campos de Sport.

Un fortín. Abonar de nuevo 'El huerto del francés'. Un triunfo frente al Sporting sería un gran primer paso. De momento, la afición ya ha metido el primer gol. El estadio verdiblanco lucirá el mismo lleno que cuando, hace no tanto, pasaban por aquí el Real Madrid, el Barcelona o el Manchester City. A partir de las 18.15 horas, la responsabilidad será de quienes habiten el 'prao'. Que la presión la sientan los foráneos. Y los de casa, que estén a la altura.