«Mi paso por el Racing fue un máster. Ahora me siento más preparado»

-¿Qué ha hecho desde que salió del Racing?

-Desde que salí de Santander no he hecho otra cosa que formarme. Prepararme. Cursos. Para mí fue un máster estar en el Racing. Estoy muy agradecido de que me dieran la oportunidad.

-¿Qué fue para usted este club?

-Llegué con mucha ilusión. Antes que nada quiero felicitar al Racing actual, a los jugadores y al cuerpo ténico que han hecho un trabajo espectacular. Y en cuanto a mí, cuando fui a Santander fue una apuesta decidida. Era mi primera experiencia fuera de casa. Y me fui con la cabeza muy alta, porque trabajé mucho y siempre por el Racing. Fuimos honrados e hicimos cosas buenas que ahora se están viendo. Por eso estoy orgulloso. Claro que hay cosas que cambiaría, es normal. Se aprende y yo lo agradezco.

-¿Qué se encontró cuando empezó a trabajar?

-Teníamos un presupuesto muy justo. Se apostó por la cantera y se ha visto este año que no fue mala elección. Salí con una espina clavada, porque tenía la sensación de que habíamos dejado un trabajo a medias. Sabía que habíamos sentado las bases para que mi trabajo hubiera sido mucho más fácil este año, pero son cosas del fútbol.

-¿Que fue lo más difícil con lo que lidió en Santander?

-Nos encontramos un vestuario con una media de edad de 32 años y cuando salimos era de 23, con gente muy buena, muy sana y con jóvenes que estaban creciendo. Hicimos un trabajo a medio y largo plazo, porque no podíamos hacer otra cosa. Sabíamos que eso en el Racing es difícil de digerir, pero con el presupuesto que teníamos, no se podía hacer otra cosa.

-Dirigió un proyecto de cantera, pero el desastre del primer equipo le mató...

-Desde el primer momento, desde la primera reunión que tuvimos con José Mari Amorrortu, la idea que se puso en la mesa fue que había que ir al medio plazo. Teníamos a ocho o nueve chavales que pasaban del filial, que había sido tercero en Tercera División. Con Pablo Torre, que ya había dejado claro lo que tenía, pero que era el segundo año de juvenil y había que echarle al verde. En eso hay que agradecerle a Amorrortu que siempre tuvo claro que había que hacerle jugar. Fue tajante. No hicimos apenas cesiones, porque no queríamos cerrar el paso a lo nuestro. Yo entendí que ese era el proyecto, aunque sé lo que es el Racing.

-¿Qué fue lo que salió mal?

-El Racing es el Racing. Tiene su historia, sus socios, su repercusión... Pero en el fútbol, si quieres crear algo o tienes un presupuesto alto con el que vayas holgado o hay que apostar por los de casa a ver cómo sale. Quiero destacar lo bien que se han hecho las cosas esta temporada, en la que se ha tenido confianza, paciencia en el cuerpo técnico y hay que ver el trabajo y los resultados que ha tenido.

-Acudieron al mercado con lo puesto, ¿no fue así?

-Fuimos al mercado con lo justo. Con muy poco dinero. Había contratos en la plantilla muy elevados que teníamos que heredar y destinar buena parte de lo que teníamos a esa hipoteca. Había que intentar fichar jugadores de Segunda, pero los jugadores tenían dudas de si la Segunda B empezaba o no por la pandemia y el nuevo formato. El Racing gustaba a los futbolistas, pero no pudimos convencer a nadie. Hasta que no vino Riki en invierno, no fichamos a nadie de categoría superior. Este año han llegado jugadores de Segunda o incluso de Primera. Eso se nota.

-¿Cuál fue el objetivo?

-Tuvimos fallos. Trabajar con Amorrortu es un privilegio, es un libro abierto. Pero yo creo que el Racing tiene que tener una dirección deportiva mayor. Esta temporada se está haciendo bien, se están incorporando buenos profesionales. Amorrortu se centró en la cantera, en contratos para retener el talento, para que no se fuera como se habían ido catorce jugadores de La Albericia sin pasar por caja. El Racing necesita una estructura más grande, que veo que este curso va a tener y me parece un acierto.

-Rozada y Solabarrieta. De mal en peor.

-Hablar ahora es fácil. A Rozada lo conocía. No entendió bien lo que queríamos de él o la oportunidad que se le presentó. No éramos el cuerpo técnico de él y estaba solo. Le faltaron cosas. De Solabarrieta puedo decir que llegó tras salir de un confinamiento y perdió tres partidos en una semana. Le mató. Creo que le faltó experiencia en un equipo grande, quizás como a mí, pero quedó marcado.

-¿Qué cambiaría ahora?

-Quizás de lo mucho que aprendó en Santander es que el entrenador siempre tiene que estar rodeado de su cuerpo técnico. Sentirse respaldado, como está ahora Romo, rodeado de su gente.

-¿No cree que algo del éxito es suyo y de Amorrortu?

-El mérito lo tienen los propios jugadores y el cuerpo técnico actual, que ha confiado en ellos. Yo sí puedo decir que desde que salí de Santander soy mejor; me siento mucho más preparado, formado y orgulloso. Allí apostamos por Íñigo Sainz-Maza y ha demostrado que puede liderar al equipo; por Mantilla, que ha crecido enorme; por Cedric, que venía de Bélgica después de una lesión; por Soko, que se ha convertido en un futbolista diferencial, o por Pablo Torre, que el primer año hay que ver lo que pesa la camiseta del Racing. Creo que una gotita de lo que ahora hay es nuestra, pero insisto en que realmente hay que destacar el trabajo del cuerpo técnico actual.

-Y ahora, ¿qué? ¿Cuándo vuelve al verde?

-Mi vida es el fútbol y quiero volver pronto al verde. He tenido ofertas buenas. Me he formado, he viajado a Inglaterra, he visto fútbol y ahora tengo algo que me ilusiona y que creo que puede salir en breve. Ojalá, porque es lo que me entusiasma.