Los pecados del Racing
Demasiados errores ·
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Demasiados errores ·
Las malas decisiones arrastran al club en la peor temporada deportiva de su historia1. Mal análisis de la realidad
El responsable de estrategia deportiva del Racing ha llevado al club a hacer una apuesta por la cantera. Hasta ahí, todo ha salido bien. Eso queda en su haber. Sin embargo, José Mari Amorrortu parece no haber entendido lo que es el Racing. Un club que debe apoyarse en la cantera, sí, pero con una historia, una masa social y unos problemas económicos que no le permiten estar pudriéndose años y años en el pozo. Sus líneas rojas –no cedidos ni mayores de 27 años– y su trabajo en el mercado estival han supuesto un lastre –agregado al escaso presupuesto– para el equipo verdiblanco que, ya en enero –con más poder para el secretario técnico, Pedro Menéndez– no ha podido ser subsanado. Pero su gran pecado ha sido pensar que el Racing es su banco de pruebas. El club cántabro tendrá menos historia, menos títulos y menos presupuesto que el Athletic, pero el sentimiento que genera en sus aficionados es comparable. Y colocar a un amigo sin experiencia ni capacidad a dirigir el futuro, tan crítico, del Racing es algo muy grave. Algo que, evidentemente, ha permitido la propiedad del club verdiblanco, con lo que se ha convertido en corresponsable de la situación.
2. Directiva
El propio Alfredo Pérez reconocía el verano pasado que el fútbol era un mundo que desconocían, a diferencia de lo que les había ocurrido en otras aventuras empresariales, y que pagaron ese peaje, convencidos como están del aprendizaje que han llevado a cabo desde que se hicieron con la mayoría accionarial del Racing. También admiten que resultó un error estratégico confiar todo el proyecto a una sola persona que, además, resultó no ser la adecuada.Pero siempre que han detectado el problema –o han admitido haberlo detectado— les ha costado mucho revertirlo o ponerle solución. Se trata de unos dirigentes que, al menos por lo demostrado, hasta ahora han tratado de mirar más allá del cortoplacismo habitual del fútbol, pero que tanto en cursos pasados como en el actual también parecen enrocarse en ciertos errores que no pueden, no saben o no quieren corregir cuando aún están a tiempo. Y para una vez que lo intentaron, con Rozada, el problema venía de base, tras la humillación a la que le sometieron teniéndole dos semanas sin firmar tras dar –y trascender– su sí y no permitirle siquiera tener segundo. Empezar así fue mala idea.
3. Entrenador cuestionado
Uno de los grandes debates desde su llegada han sido las decisiones y la propia figura del entrenador, Artiz Solabarrieta. Avalado por Amorrortu, su gran valedor en Santander, su llegada al club con tres derrotas consecutivas dificultó enormemente su aterrizaje en el club. En ese difícil periodo acusó la presión y le costó gestionar su discurso, lo que al margen de los malos resultados deportivos también le penalizó. Posteriormente, una serie de victorias le dieron tregua, pero sin llegar nunca a calar entre la mayor parte de la masa social. La eliminación del Racing de la carrera por el ascenso y su desaforada actuación en la banda en el partido contra el Amorebieta, por la que pidió incluso disculpas en rueda de prensa, terminaron de lastrarle. A pesar de que el Racing ya es estadísticamente el peor de la historia, Amorrortu, y con él el resto de responsables del club, mantienen su apuesta por el técnico vasco, que pese al nuevo traspié del domingo sigue en el banquillo y salvo sorpresa mayúscula o que el equipo se hunda aún más, terminará la temporada. Otro asunto es el curso 21-22, para el que dado su gran desgaste parece descartado. De hecho, su figura ha provocado al mismo tiempo un gran desgaste de la figura de Amorrortu.
4. Débil en la estrategia
Estrategia y balón parado. Una de las razones que Alfredo Pérez y José Mari Amorrortu esgrimieron para el despido de Rozada fueron los síntomas de equipo poco o mal trabajado que a su juicio mostraba el Racing. Sin embargo, con el paso del tiempo y pese a que el responsable de estrategia ha hablado de «mejoras futbolísticas», el equipo sufre mucho en el balón parado y la estrategia. El primer gol del Tarazona el domingo, con tres jugadores sin marca en un libre indirecto, es el mejor ejemplo. El caso es que, ya sea por errores puntuales, como se pudieron observar en la parcela central el domingo en Tarazona, como por decisiones del entrenador o por errores grupales en la marca o la estrategia, el Racing cede muchos puntos que a la larga le han costado muy caros. Y queda sobre todo la sensación de que si el equipo no estaba bien trabajado con Rozada, tampoco con Solabarrieta ha dado muestras, excepto en la serie de partidos ante los adversarios más modestos de su anterior subgrupo, de mejora, a pesar del evidente intento y trabajo del entrenador, a quien a veces se ve abrumado con la situación deportiva. Algo que se ha dejado ver incluso en alguno de los entrenamientos en las Instalaciones Nando Yosu de La Albericia.
5. Plantilla que no rinde
Si hace unos meses los futbolistas del Racing ya filtraron, incluso con la colaboración de la directiva, que acusaban la presión que rodea al equipo, en el partido del domingo se observaron problemas de intensidad. Más allá de configuración de plantilla y decisiones técnicas, los que debían ser los pesos pesados de este año no han respondido en su mayor parte, ya sea por escaso rendimiento o porque no se les haya dado la oportunidad. En algunos casos, como en el de Álvaro Cejudo, no se le han dado muchas oportunidades con Aritz Solabarrieta, quizá por esa antipatía por los veteranos. En otros casos, algunos fichajes han defraudado mucho. Por último, tampoco Jordi Figueras, capitán y jugador de referencia, rindió como se esperaba en su tercera temporada y se marchó en invierno. Al margen de lo acertado o no de su baja desde el punto de vista deportivo y económico, su salida no sentó bien en el equipo, sobre el que el catalán tenía una gran ascendencia después de dos años y medio gracias a su liderazgo. En cualquier caso, el Racing tiene una de las mejores plantillas del grupo a la que se debe exigir más, porque no está cosechando los resultados esperados.
6. Roles no siempre claros
El equipo ha experimentado una superposición de roles muy difícil de esclarecer. En principio, José Mari Amorrortu es solo (y nada menos) que el responsable de metodología deportiva, pero suyos han sido varios fichajes del primer equipo y la decisión de contratar a Aritz Solabarrieta. Tampoco confió nunca en Javi Rozada, y apostó por el relevo en el banquillo cuando el consejero delegado y copropietario, Pedro Ortiz, decidió prescindir del asturiano. Mientras, el rol de Pedro Menéndez ha quedado muy difuminado en una comisión deportiva que en cualquier caso ha demostrado no funcionar, en lo que a fichajes se refiere, ni en invierno ni en verano. Desde el principio ha quedado claro que la figura de Amorrortu estaba por encima de la de Menéndez en la jerarquía del club, pero en un principio se marcaron parcelas, y mientras uno se iba a ocupar del concepto general y la base, el otro lo haría del primer equipo. No fue así.Posteriormente otro miembro de la comisión deportiva, Cali Trueba, presentado como metodólogo, se ha convertido en segundo entrenador de Solabarrieta. Figura, por cierto, que no se permitió tener a Rozada.
7. Sin estilo claro
El Racing ya ha utilizado infinidad de sistemas. El domingo, en un intento desesperado por remontar el resultado (lo que consiguió a medias, puesto que pasó del 2-0 al empate), Solabarrieta dio una nueva vuelta de tuerca para jugar con un 3-4-3 en los últimos minutos. Ya antes había comenzado la remontada, pero a pesar del buen tino verdiblanco la situación no mejoró demasiado y solo las buenas intervenciones de Lucas Díaz y los errores del Tarazona evitaron la derrota cántabra. Aritz Solabarrieta ha insistido desde su llegada a Santander que veía a su equipo cada vez mejor desde un punto de vista futbolístico y, a tenor, sobre todo, de los entrenamientos.Se ponía, eso sí, como punto de partida, su propia llegada, sin juzgar ni compararse nunca con Rozada. Sin embargo, todos los responsables técnicos han insistido en los muchos cambios introducidos respecto a la época del asturiano. Posteriormente Solabarrieta ha probado distintos sistemas y modos de abordar el partido (el domingo en Tarazona hasta tres dibujos) sin haber dado con una seña de identidad propia del Racing que le permita afrontar los partidos con solvencia.
8. Malos fichajes
La mayor parte de los fichajes de verano no ha funcionado. Con la excepción de Álvaro Bustos y Soko, los demás no han destacado. También Cedric, con seis tantos, ha cumplido el objetivo de mínimos, pero se esperaba mucho más de un delantero llamado a ser, dentro de las dimensiones del Racing, el futbolista franquicia de la plantilla. En invierno ocurrió igual. Con la excepción de Riki y, en el primer tramo desde su llegada, de Isma López, los refuerzos de invierno no han funcionado. Álvaro Traver no ha quitado el puesto a Soko ni a Álvaro Bustos; Lars Gerson ha jugado poco y no ha convencido en sus apariciones, al menos por el momento. El joven Luan Capanni sigue sin estrenarse como goleador en el Racing. El delantero brasileño, cedido por el Milan después de estar mucho tiempo sin jugar en sus categorías inferiores, no ha sido el nueve de referencia en que se tenía la esperanza que se convirtiera en un fichaje que desde el principio se sabía que era una apuesta. Por el momento ha disputado ocho partidos, si bien solo uno como titular y con 210 minutos jugados, lo que se traduciría en poco más de dos encuentros completos.
9. Dificultades económicas
No se puede negar que la mochila que heredó el Grupo Pitma era muy pesada tanto en lo económico como en lo deportivo. Pero en esta segunda vertiente su gestión de los dos años anteriores, el denominado chutismo, la llenó de piedras. En Segunda B el Racing es deficitario por definición, e incluso se ha visto obligado a pedir (y lo ha obtenido) el aplazamiento del último pago concursal. En comparación con lo que tuvo Chuti Molina, el Racing configuró su nueva plantilla con muchas más limitaciones presupuestarias. Según las cuentas del club, Molina dispuso de 3,2 millones solo para configurar el primer equipo, mientras que en esta temporada, de acuerdo con las palabras del presidente, pero aún sin cuentas aprobadas, el gasto será de alrededor de 1,8. Aunque pueda parecer lo contrario, uno de los criterios que aplica el Grupo Pitma en la gestión del club, en especial en el día a día, es la autarquía presupuestaria. Aunque las dificultades que se evidenciaron en diciembre llevaron a que los accionistas de referencia permitieran un mayor gasto, los problemas económicos heredados siguen siendo un gran lastre para el equipo, también en lo deportivo. Y es que siempre sale al mercado con ventaja sobre los modestos, pero no respecto a rivales directos.
10. Bandazos en el modelo
El Racing ha pasado de marginar a su cantera a proponer un modelo basado en ella. La promoción de seis futbolistas formados en La Albericia demuestra con hechos que al menos en parte la apuesta era real, pero se había perdido mucho tiempo antes y no se pueden pedir resultados de un día para otro. Los canteranos han cumplido, aunque hayan tenido dificultades en algunos partidos, pero los fichajes que debían arroparles no siempre han sabido o podido hacerlo. Cuando Pérez y Ortiz se hicieron cargo del equipo, el trabajo de cantera se había subordinado al objetivo del ascenso inmediato –que tampoco se consiguió–, pero se dieron alternativas a futbolistas de la casa. La llegada de Chuti Molina supuso una purga de todo futbolista formado en La Albericia y cerrar las puertas del primer equipo al Rayo. Tras comprobarse lo negativo e insostenible del modelo, además del fracaso deportivo, se ha tratado de cambiar, pero es muy pronto para que dé frutos, y las consecuencias son una generación de canteranos aún en construcción y una gran diáspora de jugadores que de otro modo hubieran completado el equipo, abaratando su coste y aportando experiencia.
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