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La rivalidad entre un pequeño grupo de las aficiones de Racing y Zaragoza volvió a mostrar ayer su cara más triste. Eso sí, entre un mínimo grupo de seguidores, porque la mayor parte de los verdiblancos que se desplazaron a la capital aragonesa disfrutaron ... de la jornada sin mayor incidencia que el mal juego de su equipo.
Sin embargo, por la tarde sí que se produjo un altercado en el que se vieron envueltos ultras de ambos clubes. Una riña que derivó en una pelea multitudinaria en el barrio de La Bozada. Todo terminó con dos heridos –uno de cada equipo– en principio leves, según publicaba El Heraldo. Como consecuencia de los hechos, que obligaron a intervenir a la Policía, aproximadamente 40 hinchas verdiblancos fueron enviados de vuelta a Santander en autobús y no pudieron por lo tanto asistir al partido.
Afortunadamente, y según parece, no hubo que lamentar heridos de gravedad ni de gran consideración. De hecho, los servicios médicos desplazados a la zona, preparados para actuar ante la preocupante situación que se había desencadenado, no tuvieron que atender a nadie. Y es que cuando los radicales fueron neutralizados por las fuerzas de seguridad o se alejaron ante su presencia pronto se disolvió el barullo.
Así ha sido la salvaje pelea entre ultras del Zaragoza y del Racing de Santander pic.twitter.com/cztW1KOCXG
Rubén Cañizares (@Ruben_Canizares) December 14, 2019
Todo ocurrió cerca de las 17.00 horas, mucho antes del partido, cuando algo más de tres docenas del grupo zaragocista Ligallo y aproximadamente otros tantos a hinchas racinguistas se vieron envueltos en una trifulca.
Como se puede observar en los videos colgados por vecinos de Zaragoza, los miembros de ambas hinchadas, algunos de ellos con los distintivos de sus diferentes equipos, se increpan y retan en el parque zaragozano mientras se lanzan distinto mobiliario urbano, fundamentalmente sillas de plástico de las terrazas cercanas.Se produjeron también algunas peleas cuerpo a cuerpo, pero en líneas generales se trató de un encuentro en el que ambos grupos se arrojaban objetos desde la distancia. Una situación que también produjo por lo tanto daños en algunos vehículos cercanos y distintos cristales rotos.
Alertados por los propios vecinos, pronto llegó a la zona la Unidad de Intervención Policial, que obligó a regresar a Santander a ese grupo de aficionados. El resto de verdiblancos –alrededor de 300 cántabros se desplazaron a Aragón– pudo seguir sin mayor problema el duelo entre los zaragocistas y los racinguistas. Era además el último desplazamiento del Racing este año 2019, que la mayor parte de los aficionados vivio sin ningún problema.Y es que solo ese pequeño grupo manchó la jornada en el regreso del Racing a Zaragoza, que hasta entonc es se había caracterizado por la cordialidad entre ambos clubes.
El próximo será ya el 4 de enero, cuando los de Cristóbal Parralo deben desplazarse a Miranda de Ebro en el que se prevé un importante desplazamiento verdiblanco. Será además, previsiblemente, un compromiso decisivo para el Racing de cara a una segunda vuelta que se prevé intensa y disputada.
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