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El brasileño Vanderlei Luxemburgo llegó al banquillo del Real Madrid en diciembre de 2004. No ganó ni un título en Chamartín. Se marchó con un balance de 28 victorias, siete empates y diez derrotas. No pasará a la historia del fútbol español, ni siquiera del club blanco. Pero sí que dejó su aura de inventor del fútbol. Él fue el creador de lo que denominó el 'cuadrado mágico'. Vamos, lo que viene siendo jugar con un sistema 4-2-2-2 y sin extremos. Quizá tenga la patente, pero ahí quedó el pobre resultado en un equipo con futbolistas como Casillas, Zidane, Roberto Carlos, Figo, Beckham, Raúl, Ronaldo Nazario o el cántabro Iván Helguera. Solabarrieta ha sido más práctico. Se encomendó a algo ya conocido: el 4-2-3-1. Y, con el cambio anímico en el vestuario y con las piezas nuevas que le puso el secretario técnico, Pedro Menéndez, a su disposición tras el mercado de invierno, de repente, casualidad o causalidad, todo hizo 'clic' y encajó a la perfección. Con especial incidencia de otro polígono: el pentágono mágico del Racing.
Un dato que muestra el cambio de rostro racinguista. En los cinco encuentros que el equipo verdiblanco ha formado con el 4-2-3-1 ha anotado catorce tantos. En los once partidos anteriores de lo que va de temporada hizo solamente once... Al menos a nivel ofensivo el potencial se ha incrementado de una manera notable.
Lo cierto es que el efecto del dibujo no fue inmediato. El equipo cántabro, con un 4-4-2, venía de ganar por la mínima, y con más oficio y fortuna que brillantez, al Portugalete en La Florida (0-1). El líder visitaba los Campos de Sport y Solabarrieta probó, esta vez sí y visto el bajo rendimiento de los delanteros y el talento de sus centrocampistas, con un mediapunta –Cejudo– y un sólo ariete. Tampoco fue un partido para guardar en las videotecas. El doble pivote de corte defensivo formado por Nana e Íñigo Sainz-Maza no era suficiente. Ahí faltaba algo. El cuadro cántabro, que ganaba el choque sin muchos alardes, se vio empatado en el tiempo añadido por un error defensivo y de concentración.
Pero algo se estaba gestando. Algo que por fin hizo contacto en Ibaia, en el choque contra el Alavés B. Riki era la piedra filosofal. En esa ocasión, su pareja de baile fue Nana. El engranaje del doble pivote, ahora sí con su vertiente constructura y su parcela defensiva, hizo funcionar todo lo que circulaba a su alrededor. Pablo Torre, en la mediapunta, destapó el tarro de las esencias. Y en los extremos, tanto Soko como Álvaro Bustos se erigieron como los futbolistas más desequilibrantes. Tras remontar el 1-0 del filial vitoriano, el Racing venció por 2-4. No fue un partido redondo, por el bajón en los últimos minutos, pero sí un buen comienzo.
Solabarrieta siguió puliendo su nuevo polígono. En casa, frente al Leioa, el técnico vasco dio entrada a Íñigo Sainz-Maza, junto a Riki, en el doble pivote. Nana fue el sacrificado. El equipo verdiblanco dio nuevos pasos hacia adelante, pero la lesión de Álvaro Bustos postergó la cuadratura del pentágono. El resultado ante el cuadro vizcaíno fue de dos goles a cero.
Partidos jugados: 14.Minutos jugados: 1.057. Goles: 0
Partidos jugados: 5. Minutos jugados: 373. Goles: 2
Partidos jugados: 9. Minutos jugados: 641. Goles: 2
Partidos jugados: 14. Minutos jugados: 1.121. Goles: 3
Partidos jugados: 15. Minutos jugados: 884. Goles: 3
El buen momento ya se había convertido en racha. Diez de los últimos doce puntos. Y así, con esa tesitura, el ambiente se calmó alrededor del vestuario y de esta manera se trabaja de una forma mucho más diferente y productiva. el técnico tuvo una semana de asueto, por el descanso protocolario del equipo verdiblanco en la competición, para seguir incidiendo en las virtudes de su nuevo sistema.
Un dibujo que alcanzó su mejor rendimiento hasta el momento en los primeros sesenta minutos del partido frente al Laredo. Doble pivote formado por Íñigo Sainz-Maza y Riki; extremos para Álvaro Bustos y Soko y mediapunta con Pablo Torre. Aprendanse el quintento, porque va para largo. El equipo verdiblanco fue un rodillo, especialmente durante la primera mitad, tras la que se marchó al descanso con un tres cero a su favor en el marcador. Sin embargo, en la segunda mitad, el carrusel de cambios y la relajación por el resultado deslucieron una actuación que podriá haber sido redonda. Sin aristas.
Tanto le gustó al técnico el nivel de su equipo en el derbi cántabro que el pasado sábado, en Lasesarre, con motivo de la visita al Barakaldo, el entrenador verdiblanco repitió el once al completo. Y aunque se encontró un partido con un registro diferente a los anteriores, los componentes de su pentágono mágico se erigieron en protagonistas para forjar un triunfo que por algunos momentos de la primera mitad peligró para los racinguistas. Un gol de Riki; dos de Pablo Torre; una asistencia de Soko y otro par de ellas de Álvaro Bustos. Poco más que decir. Como en el Pentágono estadounidense, dentro de sus cinco lados se decide la mayor parte de las cosas.
Lo que parece claro es que el quintento formado por Íñigo Sainz-Maza, Riki, Soko, Álvaro Bustos y Pablo Torre se ha conformado para quedarse. Y, lógicamente, eso ha provocado daños colaterales. Victimas del detrimento. En el doble pivote, Martín Solar ha quedado para dar respiro a sus compañeros; Alberto Villapalos, a día de hoy, es más un recambio para el centro de la zaga que para la sala de máquinas; y Nana, que el sábado, antes del partido, tuvo charla con el psicólogo José Miguel Manzanares, no ha disputado ni un minuto desde su titularidad frente al Alavés B.
Los últimos partidos se han resuelto relativamente rápido y por ello Aritz Solabarrieta ha aprovechado para sacar del terreno de juego y proteger a algunos de sus jugadores más importantes. De ahí que, por ejemplo, en las bandas Traver, incorporado en el mercado invernal, se haya convertido en uno de los primeros recambios. Habrá que comprobar el rol de Marco Camus cuando se recupere de su lesión muscular.
También ha actuado como recambio pegado a la cal un Álvaro Cejudo al que Pablo Torre le está poniendo las cosas muy complicadas. Porque nadie duda de que el cordobés sería titular en la mediapunta de prácticamente cualquier equipo de la categoría o incluso de alguno de Segunda División, pero al futbolista más veterano de la plantilla le está cerrando el paso el más joven, el juvenil de 17 años, que desde la implantación del pentágono ha sacado a relucir todo su potencial.
El instaurado dibujo racinguista no funcionó del todo bien en su estreno frente al entonces líder, el Bilbao Athletic, y fue engrasándose contra rivales de la parte media-baja de la tabla. Ahora, con tres duelos directos frente a rivales de la zona alta en las últimas cuatro jornadas, el nuevo Racing tiene una auténtica prueba de fuego para ver lo que puede dar de sí.
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Mikel Labastida y Leticia Aróstegui (diseño)
Óscar Beltrán de Otálora y Gonzalo de las Heras
José A. González y Álex Sánchez
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