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ASER FALAGÁN
Domingo, 18 de febrero 2024, 01:00
En plena temporada de renovaciones (faltan las de Álvaro Mantilla, Jokin Ezkieta, Dani Fernández y, si finalmente se produce, la de Rubén Alves), el Racing afronta de ahora a final de temporada un nuevo objetivo: decidir el futuro de Peque. El mediapunta, jugador revelación del ... equipo y, probablemente, de toda la Segunda División, termina contrato el 30 de junio de 2025, por lo que en principio prorrogar su compromiso no debería ser una urgencia. Sin embargo, dada su gran temporada, se presenta un verano convulso si el catalán no ha renovado antes de fin de curso.
El Racing no es un club vendedor y su objetivo está claro: seguir contando con el mediapunta. Pero en caso de no poder hacerlo, no está dispuesto a perderle a medio plazo sin que deje al menos un buen rendimiento económico. De ahí que el planteamiento es claro: Peque debe renovar o, en caso contrario, se le debe buscar acomodo en verano. ¿Su precio? Manolo Higuera lo ha dicho públicamente: su cláusula de rescisión, que no ha hecho pública, pero es una de las más importantes del equipo. Bastante por debajo, eso si, de los seis millones de euros que tiene el jugador franquicia, Íñigo Vicente.
Por el momento el jugador no ha recibido una propuesta formal, prioritario como es renovar a los futbolistas que terminan contrato este 30 de junio y que interesa su continuidad. Pero el plan está claro: cuando comience la próxima temporada, Peque debe haber renovado su contrato. En caso contrario, podría dejar el Racing en verano de 2025 como agente libre, sin que el club recibiera ninguna compensación por su marcha. Además, de mantener su situación actual, el futbolista sería libre de comprometerse con cualquier otro club a partir del 1 de enero, una situación incómoda que el Racing quiere evitar. En esas circunstancias, la prioridad absoluta es ampliar su contrato. En caso contrario, encontrar un club dispuesto a pagar su cláusula de rescisión.
Peque llegó a Santander en verano de 2022 por petición expresa del entonces entrenador del equipo, Guillermo Fernández Romo, que le había conocido en su etapa de formación, cuando entrenaba al primer equipo del Cornellà. Firmó un contrato de dos años, con ampliación automática por número de partidos y en su primer curso como verdiblanco jugó con ficha del Rayo Cantabria, aunque siempre estuvo en dinámica de primer equipo.
El gran salto de calidad lo dio la pasada pretemporada, cuando José Alberto descartó la idea de cederle. Ya a finales de la temporada pasada fue ganando peso en el equipo en detrimento de Jorge Pombo, y para el comienzo del curso actual ya estaba por delante del aragonés, que además comenzó la Liga lesionado y terminó saliendo del equipo en enero. El gran rendimiento del catalán en los primeros partidos de competición le hizo indiscutible. Es además el lanzador de penaltis y suma ya doce tantos (siete de de jugada y cinco desde los once metros) pese a no actuar como 'nueve'. Su futuro es brillante y Manolo Higuera y Sebastián Ceria tienen una aspiración: que transcurra en Santander.
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