De no perder nunca a no ganar a nadie

Si ya de por sí es llamativo -a la vez que lastimoso- valorar el bajísimo rendimiento de los de Romo en los Campos de Sport, aún se requiere un mayor esfuerzo de comprensión cuando se compara con su trayectoria el pasado curso en el que acabó invicto ante los suyos en todo el campeonato. Inmaculado. «No se explica que llevemos una año sin perder y ahora no seamos capaces de marcar un gol». A sí se lamentaba el entrenador del Racing el domingo tras ver cómo volvía a perder ante un rival directo por la mínima y después de un partido calamitoso.

Los números del Racing como local son los peores de sus últimas décadas. Ni tan siquiera el equipo de Iván Ania (2019-2020), que terminó descendiendo con estrépito y firmando un espantoso ridículo deportivo, había firmado a estas alturas de temporada una hoja de servicios tan mala; aquella plantilla sumó diez puntos en las primeras dieciocho jornadas, por los siete del actual, y había marcado doce goles, cuatro veces más que los que ha hecho el conjunto de Guille Romo. ¡Cuatro veces más! Los datos al igual que las matemáticas no son una opinión.

No es nada nuevo pensar en que un equipo modesto debe centrar su salvación en el poderío como local y, sin embargo, el Racing de esta temporada no logra ser fuerte en su campo ni parecerlo. Empezó cayendo por 0 a 2 ante un recién ascendido, el Villarreal B, y a los quince días firmó una derrota por la mínima (0-1) ante el Oviedo, tras una de esas decisiones del VAR que tanto daño le han causado en este inicio de Liga. Parecía que todo cambiaba cuando tras superar aquellas cuatro derrotas consecutivas del arranque del campeonato se empataba ante Las Palmas (0-0), uno de los candidatos al ascenso a Primera, se volvía a firmar tablas con el Málaga (0-0), otro de los favoritos a retornar a la élite, y se ganaba al Zaragoza (1-0), al que también las quinielas colocaban entre los mejores de la categoría. La racha no fue mala, pese a que tras ella se escondía una escasez de gol alarmante: un tanto en tres partidos. Eso sí, cinco puntos al zurrón. Prosiguió el baile de empates con la Ponferradina (1-1) y Alavés (1-1), este último se consideró un éxito ya que se trataba de uno de los líderes de la competición, recién descendido y con muchas aspiraciones. Sin embargo, todo empeoró y se cayó con el Burgos (0-1) y el Lugo (0-1). Sí, no es menos cierto que apenas le marcan goles a este Racing, al que siempre le ganan por la mínima y por un error, fallo o indecisión. Un error de cálculo. Es de insistir que con nueve goles a favor y catorce en contra no deje de ser un milagro que el Racing no esté en descenso.