La persecución cambia de orden

El pasado domingo, al Racing se le iluminó en el espejo retrovisor el chivato del ángulo muerto. Poco, pero el equipo de Guillermo Fernández Romo ya empieza a ver un poco de color blanquiazul en una esquina del cristal reflectante. Después de 25 jornadas por detrás, los verdiblancos completaron el pasado domingo, tras golear al Real Unión, el sorpaso en la clasificación. Habría que poner a funcionar la 'photo finish' si llegasen a sí a meta, pero la diferencia de goles entre ambos dice que los cántabros van un cuerpo por delante.

Y la ventaja tiene truco. El Racing se guarda un poco más de nitro en el turbo para acelerar y ampliar la distancia cuando la competición encara su tramo final y decisivo. Esta semana, los de Romo juegan frente a un rival en puestos de descenso como el Talavera. Los gallegos acogen el derbi ante el Racing de Ferrol. Pero el miércoles que viene, 9 de marzo, solo los verdiblancos tendrán la oportunidad de puntuar, en el choque aplazado frente a la Cultural Leonesa en los Campos de Sport.

La diferencia a favor del Deportivo llegó a ser de seis puntos en dos momentos de la competición. El primero de ellos, en la cuarta jornada , cuando el Racing acumulaba dos victorias y dos derrotas -ambas a domicilio- y el equipo de Borja Jiménez iba arrollando contrincantes. La segunda, más cerca. En la 18, 19 y 20. Los de Romo empataron en casa con el San Sebastián de los Reyes y su enemigo no falló. Dos puntos más que elevaron la brecha hasta los seis. Se mantuvo pese a las victorias cántabras ante Sociedad Deportiva Logroñés y Racing de Ferrol. Después se produjo el desajuste de partidos aplazados y llegó la racha verdiblanca. Diez puntos en cuatro partidos ante Badajoz, Deportivo, Unionistas y Real Unión. El equipo coruñés solo ganó al Calahorra y sumó un empate ante el San Sebastián de los Reyes. El del sorpaso del domingo pasado.

Esta no es la primera vez en la temporada que Racing y Deportivo están empatados a puntos. Más allá de la clasificación tras la primera jornada, en la que ambos sellaron sus encuentros con triunfo, en la primera vuelta, con el equipo gallego sumido en su primera crisis de resultados -derrota, empate, derrota-, los cántabros recuperaron la desventaja de seis puntos que habían acumulado. Sin embargo, esa igualdad no fue igual a la de ahora, porque entonces -aún no se había disputado ningún duelo directo entre ellos- un puñado de tantos en la diferencia de goles general le daba una ligera ventaja a los blanquiazules.

Este asalto del Racing a la primera posición del campeonato llega en un momento importantísimo. Aún queda mucho por delante, pero el conjunto dirigido por Guillermo Fernández Romo ha logrado auparse al liderato gracias a sus resultados en la parte, sobre el papel, más complicada de su calendario. Un tramo en el que se ha enfrentado, además de al propio Deportivo en Riazor, a Unionistas, en Salamanca, y al Real Unión, en los Campos de Sport. Tres equipos que aspiran, como mínimo, a meterse en el play off de ascenso.

Si uno se fija en lo que resta por delante, los verdiblancos, además de haberse quitado a estos tres rivales directos, aún tiene que verse las caras en esta segunda vuelta con los que a día de hoy ocupan los ocho últimos puestos de la tabla. A priori, eso es beneficioso, aunque lo de la superioridad hay que demostrarla en el terreno de juego.

Uno de esos últimos clasificados, en concreto el penúltimo, es un Extremadura cuya disolución este martes confirmada ha incluido una nueva variante que puede beneficiar al conjunto cántabro. La lógica dice que la Federación hará una media de los goles encajados por el club de Almendralejo en lo que ha disputado de segunda vuelta y, a partir de ahí, le dará por ganados los partidos a sus rivales. Al Racing le tocaría en la última jornada, por lo que, si todo está en juego en ese fin de semana de cierre del mes de mayo, los de Romo saben que para ellos la jornada supondrá un más tres. Los demás tendrán que llegar con los deberes hechos.

Además, eso reduce un poco más el tramo decisivo de la temporada. Al Racing le restan catorce jornadas, que en realidad serán trece partidos al descontar el duelo frente al Extremadura. El Deportivo, en su caso, tiene trece fechas por completar, que supondrán doce compromisos sobre el terreno. Ya queda menos.

Pero ojo, porque se cae en la tentación de hablar de un duelo únicamente entre Racing y Deportivo, pero como Guillermo Fernández Romo y Borja Jiménez, uno en Santander y otro en La Coruña, llevan advirtiendo ya un tiempo, en la mesa donde se dilucidará el título hay platos para algunos más. Otra cosa es que vengan.

Uno de los candidatos a aumentar la lista de aspirantes llega como un avión por detrás. En las últimas ocho jornadas, sólo hay un equipo que supera los números cosechados por el equipo cántabro -a día de hoy, con el Racing aún con un partido por disputar- . Los de Romo han sumado 17 puntos de 21 posibles. El Celta B ha atropado 19, eso sí, de 24 en disputa. Un botín que, unido a los pinchazos consecutivos del Deportivo -13 puntos de 24-, ha dejado al filial celeste a seis puntos de los dos primeros clasificados. Y se tiene que enfrentar con ambos.

En una situación parecida se encuentra el Rayo Majadahonda. También tiene que verse las caras con Racing y Deportivo y se puede colocar a los mismos seis puntos de la cabeza que el Celta B si es capaz de ganar el encuentro que tiene aplazado contra el Racing de Ferrol -previsto para el próximo martes- y el Racing no puntúa contra la Cultural Leonesa.

El factor anímico puede ser clave de aquí en adelante, porque tanto Racing como Deportivo llegan en dinámicas diametralmente opuestas. Los cántabros van con la flecha hacia arriba. Todo son sonrisas y en el terreno de juego les sale todo. Los blanquiazules, por su parte, ya están atenazados por los nervios y por la ansiedad. Y mientras Guillermo Fernández Romo ha aumentado exponencialmente su credibilidad en los Campos de Sport, a Borja Jiménez, tras tener a su equipo diecinueve jornadas en la primera posición, ahora ya se le empieza a discutir en Riazor. La risa va por barrios, dicen.

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