Piezas de difícil recambio

El Racing sufre la crisis de las piezas que asola la economía mundial. La pizarra de Guille Romo vive la falta de stock en el vestuario racinguista y cada semana se reinventa. Que si un central disfrazado de lateral, que si un centrocampista metido a mediapunta, que si un delantero que se estrena...Que si Eneko Satrústegui a la banda, que si Borja Domínguez de Pablo Torre, que si Manu Justo de '9'. Soluciones de urgencia que sirven para no parar la producción. Las fábricas de medio mundo andan suspirando por la escasez de material para continuar su tarea. Hay quien se refugia en las piezas de desguace para suplir a corto plazo la sequía tecnológica que tiene en jaque el normal curso de la economía y, por tanto, a los consumidores. Pan para hoy y hambre para mañana. Hay algunos gurús –del sector automovilístico– que ven como apaño para aguantar de pie la «relocalización de las piezas», pero como bien apuntan, «siempre dependerás de las materias primas. Si las hay, bien, pero si no las hay...». Y en esas está Guille Romo, relocalizando quién puede sustituir a aquellas piezas que tienen difícil recambio.

Existen cuatro futbolistas que en el almacén de La Albericia no tienen otra igual: Eneko Satrústegui, Pablo Torre, Cedric y Patrick Soko. Si se estropean hay que buscar un arreglo pasajero. Así las cosas, a Eneko Satrústegui el primer día que no ha podido jugar –por sanción– lo ha sustituido Simón Luca, el lateral izquierdo del filial, que precisamente hace algo más de un mes le parecía verde para el primer equipo al encargado de personal del vestuario. En el caso de Patrick Soko, el único extremo derecho específico, ha ocurrido algo similar, ya que cuando el camerunés cayó lesionado, ha tenido que salir por él un mediapunta reconvertido, Manu Justo, o bien un extremo zurdo a pierna cambiada, Marco Camus. Y como con estos dos, qué decir de Pablo Torre y Cedric, que para más inri son dos futbolistas diferentes. Son tan distintos que es evidente que su ausencia tiene difícil remedio. A Pablo Torre se ha encargado de tratar de hacerlo olvidar por un rato Borja Domínguez, un centrocampista de toque, pausa y desplazamiento, que se ha vestido de mediapunta aseado y con llegada. El gallego ha jugado en ese puesto en Irún y ante el Bilbao Athletic, y no se puede decir que el resultado haya sido malo. Ni mucho menos.

Finalmente, la sanción de Cedric –tras su expulsión en León– dejó al equipo sin delanteros frente a los cachorros del Athletic y Guille Romo se inventó un delantero: Manu Justo. El gallego empieza a ser el comodín del ataque en la pizarra racinguista. Que falta un extremo;que no hay mediapunta; que se queda el equipo sin '9'... Manu Justo. «Obviamente, me encuentro más cómodo de delantero, o segunda punta, pero si me ponen en otro puesto, trataré de hacerlo lo mejor que pueda y también estaré cómodo». Con sus argumentos y sus carencias, Manu Justo se ha convertido en la pieza maestra del taller de Guille Romo. Los dos partidos en los que Patrick Soko no ha podido estar en la lista, ante la Cultural Leonesa y el Real Unión de Irún, ha ocupado la banda derecha cumpliendo, pero sin brillantez. Sus características no son ni mucho menos las de un extremo al uso que corra la banda y galope pegado a la cal, como hace el camerunés. Más bien son las de un mediapunta, quizás por eso también ha jugado cuando Pablo Torre no ha estado disponible, como en la primera jornada de Liga, en la que el canterano andaba tocado y salió en los minutos finales. Su tercera posición sobre al campo, bendita versatilidad, fue la de delantero el pasado viernes en la que tuvo la fortuna de marcar el primero de los goles de su equipo y abrir el camino a la victoria.

La dirección deportiva, en verano, se dio prisa para armar una plantilla competitiva. Dio la baja a quien creyó oportuno –Alberto Villapalos– y a otros tantos los dejó marchar –Jon Ander, Iván Crespo, Bernardo Matic...– con la intención de fichar a su gusto y a su modo. Tomó precauciones en algunas demarcaciones y en otras no tantas y quizás por eso ahora se encuentra con algún problema de escasez.

El lateral izquierdo, la mediapunta, la delantera, la banda derecha... Falta de material. En el carril del zurdo, Guille Romo confió plenamente en Isma López y no fichó a nadie para sustituirle. Al fallarle el navarro, ha desplazado a Eneko Satrústegui de su posición natural, la de central, a la de lateral. Y como alternativa –la segunda– ha aparecido afortunadamente un chaval de la casa, Simón Luca. Algo similar ocurrió con Pablo Torre y Patrick Soko, a quienes la dirección deportiva no les trajo un competidor puro para que rivalizaran por el puesto, algo que lógicamente produce desasosiego cuando falla el titular. Y en la delantera, el rendimiento de Carlos Castro puede estar haciendo pensar a los responsables a hacer un pedido de Navidad para ver si solucionan los problemas de stock.

En definitiva, la falta de recambios para los futbolistas que marcan la diferencia es un problema que afecta al Racing de lleno. No es un escenario que le ataque en exclusividad al club santanderino, puesto que en una categoría tan modesta pocos son los equipos que pueden permitirse tener una pieza titular buena y un recambio de la misma calidad. La crisis, cuando azota, no hay quien se libre.

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