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Daniel Pedriza
La crónica del Racing

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El Racing zanja las críticas con una goleada frente al Vitoria tras un triplete de David Barral

Sergio Herrero

Santander

Domingo, 10 de febrero 2019

«En busca de fortuna y de placeres, mas siempre atrás nos ladran. Ladran con fuerza… Quisieran los perros del potrero por siempre acompañarnos. Pero sus estridentes ladridos sólo son señal de que cabalgamos». Estos versos del poeta alemán Johann Wolfgang von Goethe, que derivaron en la mal atribuida frase del Quijote 'ladran, luego cabalgamos', la podían haber acuñado Iván Ania o Chuti Molina si les diese por escribir. Pero como lo suyo es el fútbol, a su equipo, ante las críticas forasteras, le dio por golear. Galopada hacia el título. Por la vía rápida. Sin tener que esperar a los sospechados penaltis de los últimos minutos. Victoria, con 'c'. 4-0 frente al Vitoria. Yasí, con una tarde de autoridad, el Racing mantiene su ventaja de nueve puntos sobre el Mirandés, a falta de catorce jornadas. Casi, ni por el retrovisor.

Racing

Crespo, Nico Hidalgo, Redru, Óscar Gil, Julen; Sergio Ruiz (Mario Ortiz, min. 52), Quique Rivero; Noguera (De Vicente, min. 69), Cejudo, Cayarga; Barral (Jon Ander, min. 64)

4

-

0

Vitoria

Jonmi, Brani, Roger (Ángel, min. 46) , Kaiser, Malón, Atienza, Jaime Dios, Marí (Luis, min.68), Xesc, Ríos (Txaber, min. 46) y Kike.

  • Goles: 1-0, min. 8:Barral. 2-0, min. 39:Barral. 3-0, min. 43:Sergio Ruiz. 4-0, min. 60:Barral.

  • Árbitro: Fernández Buergo (Comité Asturiano). Amonestó a los locales Óscar Gil, Mario Ortiz, Cejudo y Sergio Ruiz y al visitante Roger.

  • Incidencias: Campos de Sport de El Sardinero. Césped en buen estado, en una tarde fresca pero agradable.

  • Público: 7.787 espectadores en las gradas según los datos facilitados por el Racing. La afición verdiblanca disfrutó por fin, con tranquilidad, de una victoria holgada.

  • El detalle: Antes del inicio del encuentro se rindió homenaje al boxeador Sergio García, que logró recientemente retener el título de campeón de Europa de los pesos superwelter y a la atleta Melanie Peñalver, que reeditó el campeonato del mundo de raquetas de nieve.

En su alineación titular, las principales noticias de Iván Ania fueron el mantenimiento de Nico Hidalgo en el lateral derecho en detrimento de un Buñuel que ya suma tres encuentros consecutivos en el banquillo después de jugarlo todo; la aparición de Quique Rivero en el doble pivote y el estreno por fin, de inicio, de David Barral en la delantera. Con ese planteamiento, el míster asturiano esperaba lo que siempre agurda el Racing en esta categoría: dominar. Ser mandón. Aunque últimamente le cueste demasiado.

En parte, esos problemas para hacer de los partidos en casa un monólogo verdiblanco se deben a las dificultades para hacer gol pronto. A los cántabros se le ha puesto habitualmente pindio para abrir la lata y al final los rivales logran coger la confianza suficiente como para plantar cara a un líder que muestra mucha más solvencia en la clasificación que sobre el terreno de juego.

Y eso el equipo cántabro lo solventó rápido esta vez. Fue en el minuto 8. A Cayarga le han relegado en el asunto de las jugadas a balón parado. Los galones y la veteranía se impusieron. El asturiano se alejó de la pelota. Cejudo tocó de tacón y Barral chutó a portería. El gaditano, prácticamente en su primer disparo como racinguista, logró su estreno como goleador. En ventaja, todo se ve mucho mejor. Así se morían las opciones de que algunos de los principales enemigos en la lucha por el título acusasen al Racing de ser favorecido por los árbitros en los últimos minutos de los encuentros. Con eso y con la derrota momentánea de la Unión Deportiva Logroñés, en casa, frente al Calahorra.

El Vitoria, acto seguido, trató de poner la réplica apenas unos minutos después. El equipo vasco, por medio de Ríos, tuvo sendas ocasiones que no encontraron portería. Pero el conjunto santanderino siguió a lo suyo, y un remate de cabeza de Álvaro Cejudo en el segundo palo se marchó por encima del larguero. El buen hacer racinguista y la debilidad defensiva del Vitoria permitió a los locales incorporar una y otra vez a los laterales, provocando una importante superioridad en las bandas que los de Ania supieron aprovechar.

Pero el dominio inicial del Racing se fue diluyendo. Así que el cuadro vasco, con sus escasos argumentos, trató de devolver el empate al marcador. Un lanzamiento de falta de Xesc lo repelió Iván Crespo con los puños. En la siguiente jugada, Óscar Gil desbarató una magnífica acción del central Malón, que deshonró a su apellido dentro del área verdiblanca a base de regates.

Desde el remate de Cejudo, apenas hubo noticias racinguistas en el área alavesa. Pero si a David Barral le ha traído Chuti Molina para hacer goles, el andaluz disipó todas las dudas. En su segundo remate hizo el 2-0 para el conjunto cántabro. Un buen pase de Cayarga lo transformó en boca de gol. ¿Fácil?, aparentemente sí. Sin embargo, otros no están ahí para rematarla. Algo tiene.

Así que al Vitoria se le vino el mundo encima y al Racing se le abrieron todas las puertas. Un balón a la espalda de la defensa encontró el desmarque de Sergio Ruiz y la desesperada y fallida salida del meta Jonmi. El astillerense prolongó lo justo con la cabeza para dejar al meta con la cintura rota y marcó a puerta vacía desde la frontal del área. Al borde del descanso. 3-0. Por fin, una victoria autoritaria y temprana.

Así que la segunda parte era cuestión de no hacer el tonto y administrar con calma. Los deberes estaban hechos pronto. Con tiempo y con buena letra. La cosa estaba tranquila, así que Ania aprovechó para tomar decisiones que habitualmente no puede tomar. El asturiano dio descanso a Sergio Ruiz –que se perderá el choque de Durango por acumulación de cartulinas amarillas, al igual que Cejudo– y de paso hizo redebutar a Mario Ortiz con la camiseta verdiblanca. Nueve años después. Mientras tanto, en una segunda parte casi sobrante, Xesc falló en el segundo palo una oportunidad en la que tenía todo a su favor.

Con la calma que daba el resultado, al Racing le hacía falta poco para llevar peligro a la meta rival. Cayarga anda 'on fire' en los últimos partidos. El asturiano fue uno de los más destacados en el choque de hoy. Tras un fantástico recorte, sirvió al punto de penalti, donde David Barral envió la pelota a la cruceta. Por si a alguno le quedaba dudas de que el gaditano tiene pólvora para repartir, en la siguiente jugada hizo el tercero de su cuenta. Que el ritmo no pare. El delantero remató ajustado al palo para hacer el cuarto tanto verdiblanco. Ania entendió que había que guardar dianas para el futuro y le sustituyó por Jon Ander casi tras la celebración.

Y poco más. Para qué forzar. Porque el resto de la segunda mitad, en palabras de Joaquín Sabina, continuó como siguen las cosas que no tienen mucho sentido. Confort absoluto. Desfibriladores guardados. Tiempo de relax. El Vitoria tuvo un par de acercamientos sin mucha historia, por aquello de mantener la compostura. Eso sí, pudo llegar el quinto. Una contra le llegó a Jon Ander, cuyo centro atrás lo estrelló en el cuerpo del portero, en su intento de despejar, Malón. El rechace lo remató Cayarga de media chilena, pero la pelota se fue al travesaño. También en la siguiente, con un mano a mano del delantero vasco que le ganó el arquero Jonmi. Y además en un rechace que le cayó a Cejudo y que el cordobés mandó al poste. El Racing se había reservado un último arreón para el tiempo añadido aunque esta vez no le hiciese falta.

El pitido final fue el pistoletazo de salida para los que daban hace tiempo por hecho que en los Campos de Sport estaba vendido el pescado, las legumbres y hasta el pan duro. El público de El Sardinero se marchó con otra sensación. Con la del futuro campeón. Queda mucho, pero la imagen fue distinta. Sin brillantez, pero con solvencia. Y además de mantener los nueve puntos de distancia con el Mirandés, el Racing aumenta su renta a doce con el Logroñés, a catorce con el Barakaldo y hasta 19 con el Leioa, que marca ahora mismo la línea del play off. De momento, parece que el último fin de semana de mayo y el primero de junio habrá que reservarlos.

Llegan cuchillos desde Miranda de Ebro, Logroño y Estella, pero el director deportivo del Racing, Chuti Molina, se hace el orejas. «Arrieritos somos y en el camino nos encontraremos», dijo el viernes, en un perfecto manejo del refranero español en busca de la ironía. Para ... el director general del club, Víctor Alonso, «es lo que le toca decir al que pierde». Y hoy el turno de responder fue para el míster. Iván Ania también hizo la de Matrix. Regate. «No vamos a entrar en polémicas. Debemos estar al margen y trabajar. Somos ajenos a todo eso», dijo el asturiano. Pues sí, está bien la postura. Contra el que manda siempre hay comentarios. Pero, ¿qué tal arrebatar los argumentos al enemigo? ¿Para qué esperar a ganar los encuentros sobre la bocina? Una autoritaria victoria ante el Vitoria, redundancia buscada, obligará a los demás a renovar su pantone de ataques para desestabilizar al líder. Hablar, mejor en el campo.

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