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El serial del Extremadura no tiene fin. Ahora es el entrenador y la plantilla quienes amenazan con no jugar más mientras el club acomete con la máxima lentitud posible la orden del Juzgado de lo Mercantil de poner en marcha su proceso de disolución. Sin ... prácticamente jugadores del primer equipo, este fin de semana los azulgrana, que juegan con los del filial y al borde de la alineación indebida, encajaron un 6-1 ante el Calahorra y su entrenador explotó. «Ha sido el último partido que jugamos en estas condiciones. Nuestro compromiso ha llegado hasta aquí; el sentido que tenía jugar era hasta aquí, porque la solución en teoría tiene que llegar esta semana y ahora nos ponemos en manos del presidente y si no llega el dinero no vamos a jugar contra la Cultural», decía tajante Manuel Mosquera. «Si no llega el dinero no vamos a jugar el sábado contra a la Cultural. Ni el cuerpo técnico va a estar ni los jugadores van a estar –añadió–. Ahora ya es cuestión de que llegue el dinero».
Incluso en ese caso la continuidad del Extremadura no sería segura, puesto que el proceso de disolución está ya ordenado, con lo que debería presentar un recurso y esperar a que prosperara. Pero si finalmente el sábado no juega frente a los leoneses todo se precipitará, puesto que el equipo ya tiene una incomparecencia tras hacer huelga en la jornada en la que se medía al deportivo, en la que ni siquiera se desplazó a Badajoz, y una segunda ausencia significaría su descalificación.
En ese caso la Federación Española deberá decidir cómo actúa, puesto que una vez comenzada la segunda vuelta no puede seguir la primera hoja de ruta, que era computar los partidos de la primera y anular esa segunda. Podrá, eso sí, aplicar coeficientes para asignar puntos, dar los puntos a todos los rivales o buscar otro tipo de medida, pero lo que está claro es que en caso de que los extremeños no terminen el curso el Racing se verá perjudicado, porque le tocaba medirse con ellos en la última jornada de la competición regular. En consecuencia, no habrá unificación de horarios, una medida que se toma para evitar posibles pactos o que algún rival directo parta con la ventaja de conocer de antemano lo que debe hacer para superarle.
Mosquera agradece el apoyo y el aplauso de los cada vez menos aficionados que van al Francisco de la Hera, pero anuncia el final del ciclo salvo que se produzca el primer 'deus ex machina' –después haría falta otro; el de parar el proceso de disolución– en forma de pago: «La gente valora lo que estamos haciendo, porque a la gente claro que le gusta ver a su equipo marcar goles, pero al mismo tiempo también ve la realidad. Seguro que hay días que estuvieron más orgullosos de ganar que esta vez. Estamos agradecidos a los equipos a los que nos enfrentamos, porque nos apoyan y nos ayudan, pero es agotador ir a los campos así».
El Extremadura se encuentra en proceso concursal desde ya antes de que comenzara la temporada. Para que se le permitiera tomar parte en la competición presentó un plan de viabilidad que solo se sostenía sobre el papel, lo que no impidió que la RFEF le permitiera inscribirse en la nueva categoría. Según fuentes federativas, por las presiones del propio Juzgado de lo Mercantil. Los sucesivos incumplimientos de ese plan y los impagos a los futbolistas, que llegaron a ser de hasta ocho meses, provocaron que toda la primera plantilla saliera de Almendralejo en el mercado de invierno y que finalmente la jueza de lo mercantil ordenara a la administración concursal iniciar el prooceso de disolución tras el incumplimiento del enésimo plazo. Mientras, la propiedad sigue confiando en una posible inversión que nunca llega.
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