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La hostelería de Miranda de Ebro ha perdido un día especial. Poco color verdiblanco por las calles y los establecimientos de la localidad burgalesa. Lo que podía haber sido más de un millar de aficionados racinguistas, potenciales clientes, se ha quedado en apenas un centenar. ... Todo, después de que la Asociación de Peñas Racinguistas y La Gradona protestasen por el alto precio de las entradas, la precaria grada para la hinchada visitante y el trato recibido la pasada campaña. Y gran parte del resto de la masa social no organizada, ha estado de acuerdo en no viajar.
Eso sí, han llegado aficionados verdiblancos hasta la ciudad. Ya le gustaría a muchos equipos de la categoria, incluso de Primera División, mover un centenar de aficionados en sus partidos como visitante. Han echado cuentas, les ha parecido que el alto precio -25 euros las entradas enviadas a Santander y a partir de 30 el resto- quedaba compensado por una jornada lúdica, gastronómica y deportiva en un destino a apenas un par de horas de Santander. Y han podido disfrutar del día, aunque, en estos casos, cuantos más, mejor. Y la mayor parte de la afición racinguista le ha dado la espalda a Anduva, con las consecuencias que eso tendrá para la hostelería local.
La afición del Racing completó su amenaza. Fue el racinguismo organizado –la Asociación de Peñas Racinguistas y La Gradona de los Malditos– quien inició la protesta, pero el resto de la hinchada verdiblanca lo ha secundado. Una lástima para el equipo, que no notará el mismo empuje desde la grada; un problema para la hostelería de la ciudad burgalesa y un castigo al club rojillo. De las casi 400 entradas que se mandaron a Santander, no se han vendido ni cien. Eso, y lo poco que se haya podido dispensar de otras gradas del estadio será lo que pinte las plateas con los colores visitantes.
Los 25 euros de precio de las entradas visitantes fueron sólo la gota que colmó el vaso de la paciencia racinguista. Porque el precio es caro, pero además, el interés de hacer taquilla con la afición cántabra, reiterativo. Ya el curso pasado se mandaron unas 700 entradas a Santander y el resto de la zona foránea se pusieron a un precio de más de treinta euros. Este año, las arcas mirandesistas no tendrán premio.
Además, las peñas criticaron, en un comunicado, la precaria grada visitante del estadio burgalés. Una platea que calificaron de «especie de andamiaje», que consideran que no es digno de una competición que presume de profesionalidad como LaLiga. Y es que esa grada en la que se ubican habitualmente las hinchadas foráneas se colocó de forma provisional, pero lleva ahí una década. De hecho, ya provocó problemas en la visita racinguista en 2015, bajo una fuerte nevada.
A eso hay que añadir los sucesos de la pasada temporada. Además de los altos precios de las entradas, la afición verdiblanca se quejó, con razón, de que una gran parte de los seguidores verdiblancos desplazados tuvo que esperar para acceder al recinto, bajo un intenso calor, y cuando pudo ocupar su localidad ya habían transcurrido más de veinte minutos del encuentro. Además, un responsable de la seguridad de Anduva se llevó a una menor, sin que el padre se diese cuenta, porque portaba unos globos de color verdiblanco.
Así, la mayor parte de la afición racinguista ha apostado por secundar la protesta de Asociación de Peñas y Gradona y apenas habrá afición visitante en el partido de esta tarde en el estadio de Anduva y, en consecuencia, también por las calles de la ciudad en las horas previas al choque.
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