La política de cantera, a examen

Que el Racing es un club vendedor no se le escapa a nadie. De ahí la importancia de la cantera. Una cantera que en la Era Okupa sufrió un profundo maltrato y que ahora ha visto cómo, en medio de la crisis económica y la urgencia histórica por regresar a Segunda, no era la apuesta estratégica para el primer equipo. Tanto que precisamente la política de cantera motivó que se rompiera el grupo de exfutbolistas que tomó las riendas del Racing en 2015. Con la llegada del Grupo Pitma a la gestión y de Chuti Molina a la dirección deportiva, la dinámica, lejos de frenar, se acrecentó, pero a cambio se devolvió al club al fútbol profesional después de tres fracasos consecutivos.

La reestructuración trajo consigo la salida de varios canteranos (por no citar a los que se han marchado a otros juveniles sin pasar siquiera por el filial), pero al mismo tiempo el segundo equipo -que aún no tiene entrenador- no ha podido clasificarse para disputar la fase de ascenso a Segunda B pese a no tener la competencia de la Gimnástica. Escobedo, Laredo, Tropezón y Cayón se lo impidieron. En cuanto al juvenil, sí que ha cuajado una gran campaña, y precisamente la generación de 2000 es la que, a juicio de los técnicos que han pasado en los últimos tiempos por La Albericia, tiene algunos buenos mimbres. No ha sido en cualquier caso la mejor época de la cantera, en especial en lo que al filial se refiere, pero sí apuntan algunos nombre que habrá, al menos, que seguir. Otro asunto es la desatención y escasa dotación económica que se ha destinado a unos equipos que deben ser muy importantes en el futuro del Racing. No existe, a grandes rasgos, un excedente de talento en La Albericia al más corto plazo, lo que unido a una política deportiva que tampoco ha pasado por ahí ha unido dos fenómenos convergentes hacia una misma realidad.

De hecho, la cantera ha tenido cuatro coordinadores en menos de cuatro años. Con un matiz: Pablo Torre, un futbolista al que una vez tras otra se compara con Sergio Canales. Acaba de pasar a juveniles, pero ya en los dos últimos años ha demostrado sus condiciones para erigirse, si todo marcha bien, como el futbolista franquicia. El Racing no ha puesto especial énfasis en amarrarle ante el ramillete de clubes que han preguntado por su situación.

Central/Lateral. El canterano tiene contrato hasta el 30 de junio de 2020, pero tras su grave lesión de rodilla del verano pasado fue enviado al filial y ni siquiera disfrutó de un solo minutos cuando, ya en la recta final de la temporada, el Racing era campeón matemático y reservaba efectivos. Debutó con el primer equipo en la temporada 16-17, con 19 años y se consolidó al curso siguiente. Sin embargo, una lesión de ligamento cruzado el verano pasado le mantuvo meses inactivo. El Racing ni le hizo ficha, y cuando ya recuperado se le pudo inscribir le envió al filial. En realidad, según indicó el club, le dio la posibilidad de inscribirle con el primer equipo (había una ficha sub 23 libre) pero le dejó claro que con su estatus de aquel momento en la plantilla no jugaría, así que optó por recuperar el tono físico en el filial. Ya en aquel momento el club dejó claro a través de su director general, Víctor Alonso, que el jugador tenía contrato en vigor, pero no asegurado el puesto en la primera plantilla en el curso 19-20, ya superada su lesión y en las mismas condiciones físicas que sus compañeros. Que tendría que ganarse el puesto en la pretemporada. En ello está, pero el ascenso lo complica todo. A juicio de algunos técnicos, tiene todas las posibilidades de salir, quizá cedido. La lesión de rodilla de este año le cortó la trayectoria; la solución de hacerle ficha del Racing B no surtió efecto personal ya que apenas jugó en el filial. La demarcación en la que juega y su poca actividad en el último año le colocan en la rampa de salida sin que se le haya definido aún con claridad como lateral o central. Siempre se le ha visto bajo para esta segunda demarcación.

Lateral izquierdo. Se había quedado atrás respecto a otros compañeros de su generación, pero la llegada del tándem Molina-Ania le ha venido muy bien. Empezó en el filial y jugó mientras hubo bajas en la defensa y consiguió ofrecer un buen rendimiento, aunque cuando regresaron los titulares perdió el protagonismo. Quizá de los pocos jugadores del filial que -coinciden los técnicos- ha merecido más oportunidades. Su rendimiento no justificó que el club incorporase un jugador cedido que le tapara el camino como Redru, en especial a la vista de los resultados. Aparece como el futbolista que puede tener opciones de sumarse a la lista, aunque sea a la cola -salvo que demuestre que merece un puesto- en la plantilla que se está haciendo en estos momentos, pero no tiene en absoluto el puesto asegurado y otros entrenadores como Munitis, Viadero y Pouso no contaron con él. No desagradó, pero tampoco lo tendrá fácil.

Mediocentro. El club apostó por su crecimiento en un equipo filial (del Deportivo), pero no ha jugado lo que se esperaba, pese a que el conjunto gallego descendió a Tercera División. Juvenil que tuvo quizá una eclosión algo tardía, era a juicio de muchos técnicos de la cantera uno de los jugadores con más progresión, aunque no ha crecido tanto como se esperaba. Ahora regresa al Racing con la difícil tarea de hacerse un hueco entre los 25 elegidos, ya que no está en edad juvenil, ha jugado tres años en Segunda B y la Tercera parece quedársele pequeña. Apuntaba mucho como juvenil ya ahora debe confirmarlo. Curiosamente el ascenso de Segunda B a Segunda podría ser incluso, si es que tiene una oportunidad, beneficioso para un futbolista de sus características, que nunca llegó a consolidarse del todo como titular en la categoría de bronce. Una alternativa para él podría ser la de otra cesión.

Lateral derecho. Ha progresado sin hacer ruido y los técnicos coinciden en que ha rendido bien cuando se le ha puesto a prueba. Todo hace indicar que en la próxima pretemporada pueda formar parte del grupo y que podría contar como una de las alternativas en el puesto, por detrás de Buñuel o de los jugadores que están por venir. No se esperaba tanto de él hace unos años, pero ha progresado muy bien y rendido siempre correctamente allí donde le ha tocado. Cada vez que ha dado un paso adelante, incluidas sus apariciones con el primer equipo en Segunda B a final de esta temporada, no ha desentonado, a juicio de los técnicos. Una agradable sorpresa que podría tener su oportunidad. Ya el año pasado le tocó jugar en el filial, superada la edad juvenil. Tendrá que luchar para ganarse un puesto entre los 25, pero las últimas convocatorias de Iván Ania le pueden invitar a un prudente y moderado optimismo.

Mediapunta/Interior. El hijo de Esteban Torre concita las miradas de todos y reúne todas las virtudes para ser futbolista. Acaba de cumplir la edad juvenil y le queda mucho por demostrar. El club debería pensar en atarle antes de que sea demasiado tarde. Es, a juicio de muchos técnicos, el mejor cadete que ha dado la cantera desde Sergio Canales, pero aún es demasiado pronto como para adivinar su evolución. Es probablemente la mayor promesa verdiblanca del momento, y en eso sí que existe bastante consenso, más allá de la mayor o la menor confianza que se pueda tener sobre los frutos que puede dar a corto plazo una Albericia que ha perdido muchos efectivos con rumbo a otros clubes. En principio el club le ha encuadrado en su juvenil B, como de nuevo en principio procede con un juvenil de primer año.

Central. Su caso es llamativo. Es juvenil, pero ha entrenado prácticamente toda la temporada con el primer equipo. Sin embargo, no le ha servido más que para debutar testimonialmente. Canterano y cántabro, aunque circunstancialmente nacido fuera de Cantabria, cuando las bajas de centrales parecían abrirle la puerta Iván Ania optó por ascender al primer equipo al lateral izquierdo del Racing B, Jesús Puras, y reconvertir a Julen como central. El entrenador no le veía aún preparado y de hecho el día de su debut se le vio nervioso. Esta temporada deja de ser juvenil y su lugar natural parece el Racing B. Siempre ha sido un futbolista bien visto, con calidad pero a juicio de algunos técnicos que le faltan fundamentos defensivos como para ocupar el puesto de central en el Racing, en especial en Segunda. En esta plaza, Juan Gutiérrez, miembro del equipo de División de Honor juvenil, sí que puede tener opciones. Al menos varios entrenadores que han pasado por la cantera le ven más entero. Siempre se ha quedado a las puertas, y Viadero y Pouso confiaron en él -y no demasiado- hace dos cursos.

Central. Otro que deja de estar en edad juvenil, con lo que debe seguir en el filial, pasar al primer equipo o salir cedido. Existe coincidencia en que es uno de los valores más sólidos de La Albericia, máxime en un momento en el que se ha visto cómo se marchaban algunos valores y el filial no daba el salto de calidad. Ya debutó con el primer equipo de la mano de Ángel Viadero, pero cuando ha habido bajas, Molina y Ania no le han dado la misma confianza. Los técnicos le ven como un jugador regular que ha apuntado maneras y hecho una buena temporada con el juvenil. Como en tantos casos, que tenga o no una oportunidad puede depender también del número de fichajes. De los centrales, a quien -desde fuera- con más opciones se ve a día de hoy de promocionar e incluso consolidarse en el primer equipo, pero el año pasado no tuvo oportunidades.

Delantero. En este caso existen diferentes perspectivas; desde quienes no le ven hecho o en condiciones de dar el salto hasta quienes consideran que es un prometedor y menudo delantero (163 centímetros y 60 kilos) en condiciones de aspirar a más. Por el momento deja el juvenil tras una buena temporada -lo que no impidió que llegaran fichajes- y su lugar natural parece el Racing B. Ya probó suerte en las categorías inferiores del Espanyol.

Portero. Internacional con la selección española sub 18 ha sido el portero titular del juvenil y ha cuajado una buena temporada. Ahora se plantea un problema, ya que debe saltar a categoría absoluta. En el filial están ya Galnares y Rumenov, en el primer equipo Zárraga tiene contrato y el Racing sondea el mercado en busca de un guardameta. En líneas generales, se le ve, con algunos matices, como un posible portero para el primer equipo; el de más proyección de la cantera y uno de los más destacados en los últimos tiempos en las categorías inferiores verdiblancas. Falta, por otra parte, saber qué ocurrirá con el preparador de porteros de la base tras la marcha de Diego Oria, encargado de seguir sus evoluciones.

Delantero. Su gran ventaja es que este año será todavía juvenil, en este caso de tercer año, pero ya jugaba con el juvenil A esta última temporada, en la que ha destacado. Es un jugador muy técnico y de esos paradójicos casos en los que puede tener más margen de maniobra y progresión en Segunda División, con campos más grandes y otro tipo de fútbol, que en Segunda B. De todos modos no parece, pese a que varios técnicos le ven buenas maneras, en la línea de salida. Está quizá menos hecho físicamente, aunque también es uno de los más jóvenes. No es un delantero centro puro y puede jugar también por la derecha. Es uno de los jugadores menos conocidos para el racinguismo, pero muchos ven en él potencial para aspirar a mayores objetivos deportivos con el Racing.

Mediocentro. Tiene contrato profesional como futbolista del primer equipo, pero tras darle algunas oportunidades al comienzo de la temporada, Iván Ania y Chuti Molina decidieron enviarle al filial. El madrileño, que llegó a Santander para jugar en el Rayo Cantabria en enero de 2016 procedente de las categorías inferiores del Racing, estuvo año y medio en el extinto equipo blanquiazul, que no era entonces filial del Racing, y se incorporó al Racing B con 21 años; en verano de 2017. La crisis del primer equipo propició su debut como eje, pero no supo aprovechar las oportunidades que le dieron tanto Viadero como Ania e incluso Carlos Pouso. Al final, la acumulación de jugadores en su demarcación y también criterios extradeportivos le alejaron del primer equipo y le enviaron de vuelta al filial, pero por el camino había renovado, y tiene contrato hasta el 30 de junio de 2020. Sin embargo, sus opciones de continuar, al menos en la primera plantilla, son pocas. Si en Segunda B no pudo consolidarse, peor lo tendrá en Segunda.

Delantero. No es un canterano, pero sí un juvenil fichado del Zaragoza, donde no tenía sintonía con el entrenador del filial. Firme apuesta de Chuti Molina, que confió en él para el primer equipo tras la lesión de Jon Ander-eso sí, tras recibir dos noes-. Ya sus técnicos en Zaragoza le veían como un futbolista con muy buenas condiciones. Suficientemente dotado para Segunda B pese a su edad, el Racing no fue el único en sondearle. Molina confía en él y en su capacidad de desmarque por encima incluso de la goleadora, según señaló en la rueda de prensa en la que anunció su sorprendente incorporación al primer equipo. A juicio de otros técnicos puede tener también sitio en Segunda, aunque más complicado parece que su apuesta sea compatible con la de Siverio, otro joven jugador recién ascendido al primer equipo por las circunstancias en un Racing que también tendrá que buscar delanteros curtidos para afrontar la temporada en Segunda. Otros técnicos que han participado en su formación le ven como un futbolista con capacidades innatas para ser delantero, desmarque, rapidez y gol. La duda, si el físico le da para ser futbolista de élite, pero condiciones las tiene todas. El salto a LaLiga es un gran reto.

Delantero. Su caso es similar al de Tresaco en que llegó fichado para jugar en la cantera y ascendió al equipo por las circunstancias, pero por motivos federativos fue el aragonés el primero en subir a la plantilla de Iván ania. Como en otros casos, su futuro puede depender, además de lo que el entrenador observe durante la pretemporada, del número de refuerzos que lleguen en la delantera verdiblanca y lo que ocurra con compañeros como Tresaco. Tiene ante sí un gran reto. Sin estar a juicio de algunos técnicos tan dotado técnica ni físicamente como los mejores, tiene gol. Podría ser una de las últimas opciones de partida, pero está en condiciones para sumarse al grupo.