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MARCOS MENOCAL
Jueves, 29 de septiembre 2022, 07:15
El regreso de Jorge Pombo al equipo es un hecho. El maño ha purgado su pecado -exceso de intensidad- en forma de sanción y al Racing le ha bastado con un partido para echarle de menos. En Gijón, su debut, demostró que puede ser un ... jugador diferencial y a la semana siguiente lo estaba demostrando hasta que con una entrada a destiempo se autoexpulsó.
Su ausencia, la de Pombo, en Ipurua ante el Eibar, la suplió Guille Romo con un voluntarioso Matheus Aiás, delantero de profesión y mediapunta de urgencia. La baja del maño obligó al entrenador a jugar con una especie de 4-4-2 hasta el momento un tanto inédito en la libreta de Romo. No desentonó, pero la derrota deslució la puesta en escena. El recorrido de Matheus, su compromiso y pelea permitieron al equipo jugar con un delantero referencia, Gassama, por delante, y otro, el brasileño, por detrás.
Pese a que se generaron ocasiones de peligro ante el conjunto armero, sobre todo en la segunda parte, faltó el fútbol de entrelíneas. A Matheus Aiás le cuesta jugar de espaldas, algo para lo que Pombo está mucho más dotado. En la sesión de ayer a puerta cerrada, el equipo trabajó ambos planteamientos, pero es obvio que la idea principal de Romo es regresar al 4-2-3-1 con el que se encuentra cómodo y con el que siempre juega el Racing desde que el madrileño se hizo con las riendas del banquillo.
Sería una sorpresa mayúscula que el Racing no juegue así el sábado ante el Málaga. La vuelta de Pombo permite jugar con garantías con un mediapunta diferencial por detrás del delantero. Además, la conexión con ÍñigoVicente se hace patente. Lo que no está claro es quién les acompañará a ambos por la derecha.
No fue un 4-4-2 puro, porque Matheus Aiás jugó de falso delantero y le tocó hacer un trabajo de desgaste mucho mayor que el de un delantero posicional, pero en cualquier caso fue un dibujo obligado por las circunstancias que no parece que encaje el sábado. Con este planteamiento es obvio que no esta cómodo Guille Romo.
El carácter de Pombo y las ganas con las que ha recalado en Santander son dos de los argumentos ideales para aceptar el reto de capitanear el ataque del Racing. Hasta su llegada, Juergen ocupó esa demarcación de enganche tan necesaria para que carbure el engranaje de este dibujo táctico. El colombiano hizo lo que pudo, porque tampoco es un futbolista que se encuentre cómodo ahí; a diferencia de Matheus, que está más acostumbrado a jugar más adelantado, Juergen está más fluido cuando parte desde posiciones más retrasadas y cuando genera desde la línea de creación. Los dos, Juergen y Matheus, fueron medidas de urgencia.
El regreso al once inicial de Pombo también altera en parte la línea de tres ofensiva, algo con lo que cuenta Romo y que, además, a tenor de los ensayos de ayer en La Albericia configurará en función del rival. Así las cosas, el que volverá a la banda izquierda es Íñigo Vicente, suplente en Eibar. El vasco -junto a Pombo probablemente el jugador con más fútbol en sus botas- marcó la pauta cuando salió en Ipurua.
Las pruebas de ayer buscan que funcione la conexión entre Vicente y Pombo, como ya sucedió en El Molinón y el rato que coincidieron ante Las Palmas. Romo sabe que con el vasco en el carril zurdo aumenta la posibilidad de hacer daño por dentro dadas sus cualidades para jugar a pierna cambiada. Al míster le convence y mucho más en casa -El Sardinero- y ante un rival al que se le puede sorprender dadas las urgencias con las que visita Santander.
En la otra banda es donde más dudas hay y donde Romo parece no despejar la incógnita. Son tres futbolistas para un puesto: Mboula, Arturo Molina y Marco Camus. Ayer probaron los tres en algún momento de la sesión y, por tanto, cualquiera puede ser elegido. El primero, Mboula, es el que parte con más posibilidades, dado que es el jugador más específico para el extremo diestro. Sin embargo, hasta la fecha no ha dado una nota. En cambio Arturo Molina no deja de ser el comodín del entrenador para cualquiera de las bandas. El tercero de la lista, Marco Camus, suele ser empleado como revulsivo y, además, por la derecha pierde explosividad.
El resto de la alineación que se prevé se enfrente al Málaga no arroja muchas dudas, sin importar que se utilice el 4-2-3-1 o -es más que improbable- el 4-4-2. La pareja Íñigo Sainz-Maza y Juergen es inamovible en el centro del campo y solo en defensa aparecen ciertas dudas. Hoy y mañana la intensidad del trabajo será mucho menor, por lo que se tratará de proteger a los jugadores tocados. En función de ello se armará la defensa.
Las molestias que impidieron entrenar a Mantilla ayer, junto con las lesiones ya confirmadas de Unai Medina y Dani Fernández, colocarán como recambio en el lateral derecho a Jorrín, el chaval del filial que ya fue convocado a Eibar y cuyas posibilidades de jugar el sábado aumentan. Sería la alternativa más directa, aunque Romo probó ayer de manera fugaz a Aritz Aldasoro como presunto lateral derecho por lo que pueda pasar. Es una opción remota, pero tampoco descartable del todo.
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