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El deporte cántabro cierra la temporada 21-22, la más provechosa de la historia reciente, con nada menos que cuatro ascensos de categoría. Bien es cierto que hay algunos contrastes, porque el Unicaja se ha complicado, y mucho, la permanencia en Asobal -aunque a cambio el Bathco, debutante en la categoría, la tiene virtualmente asegurada- y Cayón y Tropezón lo tienen difícil en Segunda RFEF. Pero el póquer de ascensos pesa más en una balanza que deja un resultado claro: Cantabria estará más y mejor representada en los deportes de equipo durante el próximo curso. Solo el Independiente ha fallado en su propósito de recuperar la categoría perdida la temporada pasada, pero los verdes siguen en División de Honor B y el año que viene volverán a intentarlo.
El Racing y el Alega representan los triunfos con más lustre. Ambos han pasado a la segunda categoría nacional de los dos deportes de equipo más importantes en España. Los verdiblancos, después del partido de ayer ante el Celta B y como campeones del Grupo 1 de Primera RFEF. Los estelistas, tras terminar la temporada regular como líderes del Grupo Oeste del LEB Plata e imponerse después al Albacete en la eliminatoria de campeones.
Pero no se ha quedado ahí la alegría. La Gimnástica festejó por todo lo alto, con un festín goleador en Riomar (0-8 frente al Castro), su ascenso a Segunda RFEF, que supondrá su debut en una categoría nacida esta misma temporada y que constituye el escalón mínimo que los torrelaveguenses merecen ocupar. Por masa social, estadio y, en general, por las dimensiones de un club al que una Tercera RFEF convertida en la quinta categoría le quedaba pequeña, como de hecho ha demostrado.
Por último, el textil Santanderina se unirá a Bathco, Unicaja -si mantiene la categoría-, Tenis y Sardinero como equipo cántabro en la élite de algún deporte de equipo.
Solo una temporada ha estado el equipo que entrena Marcelo de Stéfano en Superliga 2, un pequeño traspié que solventó hace nueve días al asegurarse el ascenso en una fase disputada precisamente en Cabezón de la Sal. Al fin el deporte cántabro tiene buenas noticias.
RACING
El Racing vivió ayer una jornada histórica, con un ascenso cantado aunque se hizo esperar hasta el último momento, con un empate a dos frente al Celta B que dio a los verdiblancos el punto que necesitaban para ser campeones matemáticos de Primera RFEF y asegurarse el ascenso automático.
Con su regreso a LaLiga el Racing pone fin a dos temporadas en la categoría de bronce; siete si se tiene en cuenta las otras que pasó en Segunda B, con los breves paréntesis de los ascensos de 2014 y 2019, en la que ha sido la peor etapa de su historia y que ahora puede haber terminado.
El delirio y los festejos por toda la ciudad, por toda Cantabria, por un ascenso que era virtual desde hace ya muchas jornadas, pero que no se certificó matemáticamente hasta el empate de ayer por la mañana frente a los celestes, devuelve a los cántabros a LaLiga y les permite abrir un nuevo proyecto con dos etapas muy diferenciadas. La primera, consolidarse en Segunda División y evitar el fiasco que se produjo tras el último ascenso, cuando con Chuti Molina como director deportivo, el equipo no compitió casi en ningún momento y descendió de inmediato tras una sola temporada en la LFP. La segunda, y así lo ha dejado claro en numerosas ocasiones su presidente, Alfredo Pérez, buscar el ascenso a Primera División, la categoría en la que los propietarios del Racing consideran que el club sí puede ser rentable y sufragar, de paso, la deuda que el equipo tiene con su matriz.
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Pero más allá de análisis a medio y largo plazo, el racinguismo celebró en los Campos de Sport, las fuentes, la Plaza Pombo, el Ayuntamiento y el Río de la Pila que su equipo vuelve a estar entre los 42 que conforman el fútbol profesional español.
A partir de ahora Guillermo Fernández Romo y el secretario técnico que le acompañará en la labor de construir en nuevo equipo, y que aún ni ha sido contratado, deberán construir el equipo para la permanencia y superar, de paso, la pérdida de Pablo Torre, que este mes de mayo jugará sus últimos partidos como verdiblanco. Pero todo eso ya es solo contexto en un equipo muy necesitado de alegrías que después de tres años muy complicados y una década alejado de Primera ayer pudo celebrar al fin una.
GIMNÁSTICA
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Después de un año en el que la reestructuración del fútbol español la dejó en una categoría que le quedaba pequeña, la Gimnástica ya es equipo de Segunda RFEF, donde se encontrará con el Rayo Cantabria y el Laredo. Los blanquiazules se aseguraron el ascenso ya la semana pasada tras una temporada en la que han marchado casi siempre como líderes, aunque el Escobedo ha apretado mucho en algunos momentos. Tanto que Siro del Barrio, que en su primera temporada como presidente ha vivido un ascenso, tuvo que tomar la difícil decisión de destituir a Pablo Casar y colocar en el banquillo a Sesi Fernández, con quien los gimnásticos recuperaron su ritmo.
Ahora el nuevo reto de los de Siro es consolidarse en Segunda RFEF y seguir pensando en crecer, mirando de reojo a medio plazo a la Primera RFEF, una categoría más exigente que la extinta Segunda B que los blanquiazules estarán en condiciones de atacar si, como ya han comenzado a hacer, empiezan a amortizar su deuda y en medio del previsible crecimiento social que van a experimentar.
La paz social en torno al club ha sido otra de las claves en un curso en el que por primera vez en décadas el campeonato de grupo aseguraba el ascenso automático, sin necesidad de disputar un play off frente a equipos de otras autonomías.
El ascenso supondrá un incremento presupuestario del club, que necesariamente deberá reforzarse para potenciar un gran bloque, el del ascenso, y afrontar así con garantías la temporada.
Podrá hacerlo además con tiempo, sin tener que esperar, como el resto de candidatos cántabros a subir de categoría, a que termine la fase de ascenso. De hecho, los gimnásticos ya se aseguraron matemáticamente un ascenso, que ya era virtual semanas antes, el pasado fin de semana. Lo hicieron tras golear 0-8 al Castro en la segunda oportunidad de certificar el objetivo, después de que se escapara la primera bola de partido, la del empate ante El Malecón frente a la Cultural.
El club confía en superar ampliamente el próximo curso los mil socios –la política social es uno de los grandes pilares sobre los que quiere basar Del Barrio su gestión– y crear progresivamente un bloque, siempre condicionado por el presupuesto del que se pueda disponer, para dar un nuevo salto cualitativo.
ALEGA
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El Alega devuelve el baloncesto de élite a Cantabria con un ascenso a LEB Oro que le coloca en la antesala de la ACB. Los de Torrelavega estuvieron luchando durante toda la temporada por el liderato del Grupo Oeste de LEB Plata, una posición de privilegio que se aseguraron a falta de una jornada para el final, con lo que el último partido fue solo un trámite y un momento para celebrar. Fue, sin embargo, una celebración muy contenida, pues terminar como líder no garantizaba el ascenso.
El ascenso se certificó en la eliminatoria de campeones, en la que los cántabros fueron muy superiores al Albacete, al que superaron por 17 puntos en el partido de ida. En el de vuelta, más trabado y con escasa puntuación, los estelistas solo tenían que gestionar su ventaja, pero volvieron a ganar para dejar claro que esta temporada han sido el mejor equipo de LEB Plata.
Ya el curso pasado los de David Mangas estuvieron muy cerca de ascender, pero en aquella ocasión se quedaron por el camino en la última eliminatoria.Esta vez, al tomar el camino corto al que da derecho ser campeón de conferencia, el desenlace ha llegado mucho antes y además ha tenido un final feliz.
Con el ascenso del Alega, el Vicente Trueba, Torrelavega y Cantabria vuelven a tener un equipo en la segunda categoría del baloncesto español, algo que no ocurría desde que el extinto SAB, después rebautizado como Caja Cantabria y por último como Lobos, lo hizo a principios de siglo. La desaparición del SAB, que jugó sus últimas temporadas en el Palacio de los Deportes de Santander, pero se gestó y vivió su época dorada, incluida la de la ACB, en la capital del Besaya, había dejado huérfano al baloncesto cántabro de un representativo claro, como lo es desde hace unos años, y ahora de forma ya indiscutible, el Alega.
Curiosamente en este caso el movimiento ha sido a la inversa. El equipo nació en Santander comoEstela (formalmente este sigue siendo su nombre oficial, pero se presenta como Grupo Alega por motivos de patrocinio). La entrada de nuevos socios y el apoyo de la ciudad de Torrelavega han resultado vitales en este crecimiento que, por el momento, ya permite ver de reojo la ACB. Una vez ya fue posible.
TEXTIL SANTANDERINA
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Solo un año ha estado el textilSantanderina en Superliga 2. Los de Cabezón de la Sal perdieron la categoría la temporada pasado, poniendo fin a una época histórica en la que una población de menos de 10.000 habitantes había conseguido consolidar un equipo en la máxima categoría del voleibol español. El club no consiguió reponerse a la salida de su eterno entrenador, José Ignacio Marcos, y de algunos jugadores y tras toda una temporada coqueteando con el descenso terminó fuera de la Superliga.
Fiel a su política habitual de estabilidad, el Textil no se volvió loco. Mantuvo su confianza en su entrenador, Marcelo de Stéfano, y de la mano del argentino el Matilde de la Torre, que nunca ha abandonado a los suyos, veía el sábado 23 cómo tras una sola temporada de purgatorio, se regresaba a la máxima categoría.
Durante toda la temporada el Textil, que ha estado siempre en posiciones de cabeza, ha tenido el regreso como único objetivo, y lo certificó en una fase de ascenso que además se disputó en Cabezón de la Sal, con lo que los de Marcelo de Stéfano contaron con el apoyo de un pabellón que, como siempre en los partidos importantes, se convirtió en una olla a presión.
Para la anécdota queda el subcampeonato de Superliga 2. Aquel sábado tanto Textil como Barça se aseguraron el salto de categoría, y el domingo pasado disputaron, ya conocedores que eran equipos de Superliga, la final por el título. Ganaron los azulgrana, pero eso poco le importaba ya a un equipo que ha demostrado que la élite es su hábitat natural en el voleibol.
Ahora deberá mantener en lo posible el bloque y construir una nueva plantilla de nuevo con la permanencia como objetivo y desde la modestia económica. La estabilidad en las cuentas ha sido otra de las señas de identidad de una directiva que no quiere arriesgarse con dispendios que pongan en riesgo la estabilidad del club a medio y largo plazo, como tantas veces se ha visto en el mundo del deporte. Ha demostrado que es la fórmula buena, aunque el precio sea arriesgarse a perder alguna temporada la categoría.
El buen trabajo ha tenido su premio en Cabezón de la Sal y en medio del póquer de ascensos que ha vivido el deporte cántabro esta primavera, el del TextilSantanderina ha sido uno de ellos. No fue sencillo, pero sí merecido.
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Óscar Beltrán de Otálora e Isabel Toledo
Fermín Apezteguia y Josemi Benítez (ilustraciones)
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