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Que sí, que las pretemporadas están para pulir, preparar y ensayar. Por eso llevan el prefijo 'pre-' antes de lo realmente importante. Pero también sirven para crear expectativas y coger moral. Más aún después de un varapalo como el que se llevó la parroquia racinguista ... este pasado verano. Y hay que reconocer que, hasta el momento, el entrenador del Racing, Javi Rozada, no tira bombas de humo durante las ruedas de prensa. En estos casi dos meses de trabajo, ha visto prácticamente lo mismo que los demás. incluso con más fundamento que el resto de los mortales, por aquello de contar con todos los datos disponibles. «Me voy preocupado. El resultado me da igual. Estaría igual de preocupado aunque hubiésemos ganado 2-1. El equipo ha generado dudas», reconoció el míster asturiano tras la derrota frente al Amorebieta en el último amistoso antes de que el próximo domingo, a las 18.00 horas, visite los Campos de Sport el Portugalete, ya con tres puntos en juego.
Es evidente que el equipo tiene mucho margen de mejora. Dos de sus futbolistas llamados a ser importantes -Nana y Cédric- debutaron este pasado domingo. Y otros cuatro de los fichajes ni siquiera se han estrenado con la camiseta racinguista -Balboa, Matic y Soko-. Quedan piezas que ensamblar. Pero, por el momento, Rozada no ha conseguido inculcarle a sus futbolistas lo que prometió sería su Racing. La intensidad, la verticalidad, la presión alta y el acecho tras pérdida han sido cosa de ratucos aislados de lucidez. Y a un aspirante a ascender no le puede valer con eso.
Además, el jovencísimo equipo verdiblanco ha mostrado unas características que pueden ser definitorias a lo largo de la competición. Porque, en líneas generales, ha sabido mantener a raya a equipos filiales -salvo en el partido frente al Alavés B-. A rivales que optan por el juego de toque y que, en el caso de Bilbao Athletic y Real Sociedad B son candidatos a pelear por los puestos altos de la clasificación. Sin embargo, se le han atragantado los rivales correosos. Los modestos que tienen como objetivo aferrarse a la permanencia. Y de esos, se va a encontrar unos cuantos a lo largo de la competición. Y con terrenos de juego que poco tienen que ver con el de los Campos de Sport.
Javi Rozada, Entrenador del Racing
El del domingo fue el peor colofón para una pretemporada en la que el Racing no ha llegado a arrancar. Pese a adelantarse en el minuto 2, tal y como reconoció el propio Rozada, «faltó fútbol, disposición táctica... En ningún tramo del partido hemos demostrado superioridad al rival». El equipo se ha mostrado blando en defensa, poco sólido en líneas generales y justito de pólvora en ataque. Y todo ello «cuando más falta hacía. A una semana de empezar una competición de veinte encuentros en la que hay que estar a tope desde el inicio».
Unos amistosos de pretemporada que arrancaron hace más de un mes -el 9 de septiembre- frente, a priori, un rival directo en la Liga: la Real Sociedad B. El equipo verdiblanco, repleto de chavales de la cantera y con apenas jugadores fichados, remontó al filial txuri-urdin con una buena segunda parte. La primera, para olvidar. Fue un buen comienzo, para coger ilusiones.
Así como el amistoso contra el Laredo, en Noja, sirvió para explotar el globo antes de despegar los pies del suelo. El guerrero Charles puso de manifiesto las lógicas carencias del equipo cántabro, con bastante carga física en las piernas. El choque ante la Gimnástica, con poco que destacar, sirvió para seguir sumando minutos para un equipo aún con pocas caras nuevas.
4victorias, ante Real Sociedad B, Gimnástica, Bilbao Athletic y Sporting B
2empates, frente a Laredo y Alavés B
2derrotas, contra Lealtad y Amorebieta
El duelo contra el Lealtad volvió a colocar la flecha racinguista hacia abajo. El modesto cuadro asturiano dejó en evidencia a un equipo verdiblanco que, eso sí, llegó a Les Caleyes con muchas ausencias, aunque eso no sirvió de excusa para tapar la deficiente actuación.
Los dos siguientes compromisos dejaron satisfacción a medias. Porque si ante el Bilbao Athletic el Racing completó una destacable primera parte para dar paso a un segundo período peor, frente al Sporting B, en Mareo, el equipo de Javi Rozada invirtió el orden de los factores. Tras el descanso llegaron los mejores minutos racinguistas.
El conjunto cántabro, aún con dos partidos amistosos por delante, estaba en condiciones de llegar a la competición con buenas sensaciones, pero ambos ensayos resultaron fallidos. Frente al Alavés B, tras marcar en el minuto 1, el Racing se diluyó y mostró su peor cara. Prácticamente lo mismo que una semana después, frente al Amorebieta.
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Lo mejor para el equipo cántabro es recordar la pretemporada que realizó el equipo verdiblanco antes de la campaña en la que lograría la clasificación para la UEFA. Fue horrible. Incluso más que ésta. Porque, al fin y al cabo, los períodos de preparación no son vinculantes, la suerte o el problema es el aroma o el tufillo que dejan. Si uno llega a la competición con cara de oler mal, feo.
Completado el balance, sólo queda, como hizo el propio técnico el pasado domingo, mirar hacia adelante, que es lo que realmente importa: «Espero que esto nos sirva para ponernos las pilas para la final del domingo. Tenemos una nueva semana. Estos jugadores tienen experiencia y tienen ganas de que haya puntos en juego. Espero que con eso nos dé el subidón que nos hace falta».
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