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No preparar nada es quizás el secreto de disfrutar mucho más de todo. «Llamadme soso», decía Guillermo Fernández Romo al acabar en el Cerro del Espino su partido y quedarse del ascenso a tan solo una derrota del Dépor. «No, no hemos preparado nada, pero ... sí me dicen...», añadió antes de subirse al autobús y regresar a Santander. Y así fue todo brotando. Fluyendo como dicen los nuevos gurús de la conducta. No estaba previsto ver el partido de los gallegos ante el Talavera (12.00 horas), pero ya que estaban... La lógica se impuso. La plantilla del Racing empalmó el viaje, el entrenamiento, el partido del Dépor y la vuelta a casa todo seguido. Como el pasodoble.
La expedición llegó a La Albericia procedente de Majadahonda al filo de las 3.45 horas de la madrugada y después de un 'hasta ahora', a las 10.00 horas, de nuevo estaban en el vestuario. Una derrota del Dépor en su partido del mediodía ante el Talavera daría al Racing el ascenso matemático. Sin embargo, la sesión matinal arrancó sin planes. Los que jugaron en el Cerro del Espino apenas se ejercitaron; estirar las piernas y regenerar. Los que no jugaron ante el Rayo Majadahonda se emplearon un poco más. Caras de cansancio, pero tranquilidad. Mucha tranquilidad. Porque con los deberes hechos todo es más fácil. Mucho más cuando, aunque no se diga, por dentro se prefiere posponer la fiesta para dentro de una semana y así compartirla con la afición. Nadie lo reconoce, pero... «Que gane el mejor», decía con sarcasmo Romo sobre el resultado del dichoso partido del Dépor.
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Durante el entrenamiento se habló del día anterior, del viaje y de lo poco que unos y otros habían dormido. Y al acabar, al filo de las 11.30 horas pasó lo que tenía que pasar. Se encendió la televisión y lo que empezó por echar un vistazo acabó por una sentada colectiva. La plantilla vio el partido del Talavera-Deportivo al completo, como era lógico, y durante el mismo se «reorganizaron» un par de veces. El tempranero gol del Talavera pronosticaba un día largo. Con la victoria de los manchegos, los actos de la celebración se activaban. Quien más y quien menos llamó a casa para adelantar que llegaría tarde a dormir. Sin embargo Quiles puso el 1 a 1 y la igualada retrasaba el ascenso. Nadie lo admitió, pero es probable que todos festejaran el tanto del goleador deportivista que aplazaba algo que ya está cantado a un día mucho más recomendable. «Un empate del Dépor estaba bien, y así lo podemos celebrar con nuestra gente», lanzaba al aire el presidente, Alfredo Pérez, como deseo peregrino. Y... Bingo.
Y es que al Racing le sale todo como quiere. Lleva cinco meses sin perder un partido y ganando batallas de las maneras más sorprendentes allá donde va, así que el destino le tenía reservado, al menos, el privilegio de elegir el modo de conseguir el premio. Y así fue.
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Marcos Menocal
El duelo de los deportivistas concluyó a las 13.45 horas y los jugadores se fueron para su casa. Llegaron un par de horas más tarde de lo que tenían pensado. Sin ascenso. Tan lejos y tan cerca como el día antes al subirse al autobús en Majadahonda, pero 'afortunadamente' con ese hormigueo en los pies que da el poder completar el círculo en El Sardinero en apenas siete días.
También se quedaron en el tintero los planes guardados en secreto de sumario pergeñado por el club y el Ayuntamiento de Santander ante la inminente posibilidad de fiesta. Ni en la Casona ni en El Sardinero dijeron nada. Silencio de radio. Era obvio que el micrófono en el balcón ya estaba preparado y otros tantos actos, pero... Agua. 'Guárdenlo, pero no se lo lleven', debieron decir los de mantenimiento. Romo tenía un plan en verano y desde entonces no se ha desviado de él. Caprichos del destino, ahora que está todo casi hecho no se puede hacer un plan más. El problema -bendito lío- es que el ascenso puede consumarse esta semana en los despachos o el domingo en el campo o... Dejarlo para otra semana más.
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Sergio Herrero Sergio Herrero
Romo y su guardia pretoriana dieron libre a los futbolistas hasta mañana a las 10.00 horas y hasta entonces todo está en barbecho. La afición pendiente, el Ayuntamiento expectante, el club en guardia... Y los futbolistas a su aire. Sin nada diferente que hacer.
Hace tres años, la plaza del Ayuntamiento de Santander se llenó de aficionados a altas horas de la noche esperando a los jugadores procedentes de Mallorca. Los actos se programaron sobre la marcha, porque en el Racing la felicidad se disfruta en movimiento. Si te detienes, te lo pierdes...
MADRUGADA Y MADRUGÓN
INEVITABLE
MEJOR EL DOMINGO
Autobús descapotable, paseo por las calles de la capital, recepción en el Ayuntamiento... Todo en la agenda, pero ni una palabra. Solo risas cómplices y silencios. Por más que El Diario 'tiró de la lengua' a los responsables fue imposible sacar nada en claro. Sorpresa.
Mientras tanto y hasta entonces, rutina. Romo tiene programada la semana en cuanto a entrenamientos. Hasta ahí. El partido ante el Celta B, el domingo, Día de la Madre y del Trabajador, es de mañana, pero hasta ese maleficio que afectaba al Racing de no ganar a la hora de misa se ha roto esta temporada. El Racing de los récords parece no tener nada en su agenda y, sin embargo, se lleva todo por delante. Todo es tan sorprendente en este Racing que hasta el juez de Competición se ha empeñado en darle emoción. Es probable que dicte sentencia sobre los posibles puntos que el Dépor demanda después de que el Racing ascienda. Por respeto. Así no hay problema.
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