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La primera victoria ante Las Palmas
MI SAQUE DE ESQUINA ·
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El pasado 13 de enero se cumplieron setenta años del triunfo racinguista frente al cuadro canarioDos mil kilómetros tuvieron que recorrer aquellos jugadores de la Unión Deportiva Las Palmas para visitar por primera vez los Campos de Sport de ... El Sardinero. El pasado 13 de enero se cumplieron setenta años de aquel partido entre santanderinos y palmenses, que en aquella temporada, la de 1951-52, coincidirían en Primera División. El Racing había dado un paso importante al consolidarse en la máxima categoría después del ascenso de 1950, y afrontó una campaña más con el objetivo de la permanencia.
El entrenador era el argentino Octavio Gerónimo Díaz, que tuvo que lidiar con la ausencia de importantes hombres. Del fabuloso quinteto formado por Nemes, Joseíto, Mariano, Alsúa y Echeveste, sólo este último se quedó en el Racing. En la defensa destacaría la incorporación de un joven valor del Rayo Cantabria, Marquitos, y entre los fichajes se encontraban hombres como el murciano Magritas; Macala, que venía de la órbita madridista o el delantero centro turolense Francisco León.
El Racing emprendió el campeonato con buenas sensaciones, manteniendo cierta regularidad y situándose por la mitad de la tabla. Sin embargo, los problemas comenzaron cuando en los últimos seis partidos de la primera vuelta se contabilizaron seis derrotas. Además, el míster, Oso Díaz, sufrió una artritis de rodilla que le impidió entrenar y, ante la mala marcha del equipo, se le rescindió su contrato. Fue sustituido provisionalmente por el jugador Elizondo, y luego por Pascal Palomini, técnico argentino, amigo de Díaz, que le recomendó para dirigir al Rayo Cantabria. Pascal, que había entrenado al Rosario Central argentino, a los mexicanos Club Atlante y Veracruz, así como a la selección nacional de Guatemala, debutó en el banquillo del Racing precisamente en Santander contra la UD Las Palmas. Fue un estreno afortunado, porque los racinguistas obtuvieron la victoria más holgada de la temporada (4-0), igual que la conseguida ante el CA Tetuán.
El cambio de entrenador había sugerido la posibilidad de iniciar un periodo de recuperación, pero en la primera parte la afición se llenó de dudas. El equipo se desenvolvía con el temor de perder la pelota y sin la alegría de arriesgar. Los disparos a puerta no se prodigaban y el único gol antes del descanso fue como consecuencia de una falta que ejecutó Bermúdez. El balón le llegó a Macala quien, al internarse, perdió el cuero ante la salida del portero, aunque un oportuno León aprovechó el rechace para marcar.
En la segunda mitad, el Racing se mostró más aguerrido. El gol inspiró confianza y los jugadores se desprendieron del peso de la inseguridad y comenzaron a practicar el tiro a puerta. De salida, León y Magritas proporcionaron la oportunidad para que el meta rival, Pepín, se luciera. A los trece minutos, Ruiz lanzó un centro adelantado que recibió León para internarse en el área, cambiar el balón de pie y con la zurda lanzar un tiro cruzado que supuso el segundo tanto. El segundo gol hizo más atrevido y entusiasta al Racing, mientras que el equipo canario comenzó a sufrir la pesadez de un campo mojado y en malas condiciones, del que se quejarían los visitantes para justificar la derrota. El tercero fue obra de Magritas, recogiendo un pase retrasado de Revuelta tras una jugada iniciada por León. Y el cuarto lo metió Echeveste, resolviendo un barullo en el área creado por un centro de Macala.
Con el nuevo entrenador, el Racing lograría semanas después una gesta muy celebrada, como fue la de ganar por primera vez en San Mamés un partido liguero, batiendo al Club Atlético de Bilbao por un solitario tanto marcado por Macala.
Pero a pesar de esas satisfacciones, el equipo no se separó de las posiciones de riesgo en la clasificación. En el último encuentro, contra el Celta, el Racing ya había eludido los dos puestos de descenso directo que fueron asignados finalmente a Las Palmas y al Atlético Tetuán, aunque también estaba decidida su inclusión en la fase de permanencia, que compartiría con el Sporting de Gijón. En esta fase se incluían además cuatro equipos de Segunda División, el segundo y tercer clasificado de los dos grupos de esta categoría, que fueron el Logroñés y el Racing de Ferrol (Norte) y Mestalla y Alcoyano (Sur). De los seis equipos, sólo los dos primeros clasificados jugarían la siguiente temporada en Primera División. El Racing no lo consiguió. Quedó situado el tercero por detrás del Mestalla y del Sporting, pero la circunstancia de que el Mestalla fuera filial del Valencia y además no tuviera campo propio proporcionó al Racing la posibilidad de jugar un año más en Primera.
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Ana del Castillo
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