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Ecuador del campeonato. 21 puntos. Puesto decimoctavo. Cuatro equipos por detrás. El mínimo exigible. La eliminación copera en Linares que ha cerrado 2022 es una prácticamente una anécdota para un equipo cuyo único objetivo innegociable es no retornar al averno. Así ha terminado el ... Racing la primera vuelta de la competición. Vale. Correcto. Cinco raspado. De ahí, hacia adelante. En el segundo tramo hay que mejorar, porque a medida que avance la competición los que equipos que se la juegan aprietan el trasero. Con José Alberto recién estrenado en el banquillo y el mercado invernal de fichajes a la vuelta de la esquina, lo cosechado hasta ahora puede ser un buen comienzo.
Y eso que el contundente triunfo en el último compromiso liguero en Cartagena ha sido más importante de lo que se podría pensar. El Racing ganó 0-3 en Cartagonova y eso le permitió, no sólo cercenar la racha de cinco derrotas consecutivas, sino además comer el turrón fuera de los puestos de descenso.
18ºes el puesto que actualmente tiene el Racing en la clasificación en el ecuador de la Liga.
0puntos es la renta que tiene el equipo respecto a los puestos de descenso.
Claro, alguno puede pensar: Fuera de los puestos de descenso, consumida la primera mitad del campeonato... Pues acaban de despedir a Guillermo Fernández Romo, que ha estado 20 de los 21 encuentros en el banquillo. Ya, pero el equipo, con el técnico madrileño había entrado en barrena y el despido se antojaba ya inevitable.
La primera vuelta del Racing ha sido un camino con dos importantes depresiones, una esperanzadora meseta y la incógnita de lo que pueda deparar el horizonte, porque el equipo cántabro ha sobrevivido a pesar de mostrar carencias muy importantes y que, de no ser subsanadas, pueden ser decisivas en lo que está por venir.
21puntos ha sumado en la primera vuelta, una proyección que le daría 42 al finalizar la Liga.
13goles ha marcado.El peor registro junto con el Oviedo en la Liga.
Los verdiblancos arrancaron el campeonato con cuatro derrotas consecutivas que hicieron temer lo peor. Un equipo que no competía y que ya empezaba a vislumbrar su dificultad para hacer goles: cero tantos hasta el momento. El asiento de Guillermo Fernández Romo comenzaba a tambalearse, pero el triunfo en Gijón, 0-2 frente al Sporting, devolvió la calma a las aguas en El Sardinero.
A partir de ahí, el Racing inició su altiplano. Demostró que podía plantar cara a cualquiera. Incluso al poderoso Las Palmas, durante 50 minutos en inferioridad numérica. Escasa pólvora en ataque, sí, pero una fantástica solidez defensiva. En diez partidos, una sola derrota. En ese período, ocho encuentros -tres victorias y cinco empates- sin hincar la rodilla. El punto más alto llegó en la jornada 15, en el decimocuarto puesto, y con cuatro puntos de renta sobre los puestos de descenso. Y eso, con lesiones cada semana, expulsiones evitables y unas cuantas decisiones arbitrales para hacérselo mirar.
Pero el equipo, siempre en el alambre porque su mísera productividad ofensiva, perdió ante el Burgos en los Campos de Sport y cayó en desgracia. Una. Otra. Otra... Así hasta cinco derrotas, las tres últimas frente a rivales muy directos -Lugo, Ibiza y Mirandés- que acabaron con la estancia de Guillermo Fernández Romo, el técnico del último ascenso, en el banquillo racinguista.
La llegada de José Alberto al liderazgo del vestuario trajo ligeros cambios -los que le dio tiempo-, que se materializaron de forma que ni el más optimista podía prever en el triunfo frente al Cartagena. Pero luego ha llegado la eliminación copera frente a un rival de Primera RFEF. Y pese a no ser un drama, sí que ha aplacado un poco la posible euforia. De ahí que lo que venga de ahora en adelante, cuando el equipo vuelva al trabajo a partir del día 29 de diciembre es una incógnita a resolver.
El Racing está fuera de los puestos de descenso a estas alturas, pero eso no parece suficiente. Lo repetía Romo rueda de prensa tras rueda de prensa: «Hay que dejar cuatro equipos por detrás». Era el mantra. Sin embargo, a medida que las urgencias vayan creciendo y los competidores de mitad de la tabla vayan dejándose ir, el ritmo de puntuación de los necesitados irá creciendo. La proyección actual verdiblanca es de 42 puntos al cierre de la campaña. Una cifra muy baja para pelear por una permanencia que, en Segunda División, con 42 jornadas en liza, puede elevar el listón hasta cifras que ronden el medio centenar de unidades.
Lo positivo es que, si el Racing es capaz de mejorar su productividad ofensiva, tendrá mucho ganado de cara a esa lucha por la salvación. Es lo que le ha condenado en algunos encuentros en los que no fue peor. Y por ahí se han escapado unos cuantos puntos. Cedric está por regresar y el club tiene una ficha libre -más las que puedan quedar vacías- y margen salarial para contratar a un goleador. Esa pelota está ahora mismo en el tejado del director deportivo, Mikel Martija, que podrá comer el turrón con los suyos, pero con la lista de posibles fichajes al lado del plato y el teléfono móvil encendido en la mano que le quede libre. De su acierto dependerán gran parte de las opciones verdiblancas de mantener al fin la categoría y poder asentarse de nuevo en el fútbol profesional. Ese en el que, hace no tanto, era un habitante habitual.
El Racing hizo ayer su tradicional brindis de Navidad, a cargo de los capitanes del primer equipo: Íñigo Sainz-Maza, Fausto Tienza, Álvaro Mantilla, Eneko Satrústegui y Unai Medina.
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