Todo pegada

Porque aquel 30 de septiembre de 2018 a aquel Racing invicto casi se le indigesta la comida. El conjunto vizcaíno renunció a su hasta entonces irrenunciable filosofía de toque hasta la muerte para cerrarse atrás y aguantar hasta el minuto 89 el asedio. Dani Segovia logró tirar abajo la barrera de contención y el despedido Juanjo aprovechó, ya en el tiempo añadido, el butrón creado por el delantero madrileño. Una victoria sudada que viene bien recordar como toque de atención.

Eso fue en el Huerto del Francés. Tabira es otra cosa. Un escenario que, más que jugar a favor de su inquilino, va en contra de un Racing que ha demostrado una y otra vez que sin alfombra de césped no hay paraíso. Sufrimiento sintético. Empató a cero frente al Gernika y a dos en Merkatondoa. En Llodio, su efectividad le sacó del atolladero. A ver qué pasa esta tarde.

La Segunda División B ha castigado la fidelidad duranguesa a su estilo y a la plantilla que logró el ascenso desde Tercera el pasado verano. El club optó por la continuidad en su subida al escalón superior y ahora, después de 24 jornadas disputadas, tiene un pie de nuevo en su infierno particular. Ganar al Racing puede ser una de sus últimas opciones de aferrarse a la vida.

El Racing aprovecha sus nueve puntos de ventaja al frente de la clasificación para ir limpiando el depósito de cartulinas y, de paso, dar descanso a alguno de sus hombres más castigados. Álvaro Cejudo y Sergio Ruiz se pierden el choque de esta tarde por acumulación de tarjetas. Eso obligará al míster a buscar recambios en el centro del campo. No tendrá demasiados problemas. Cuenta con Mario Ortiz para el doble pivote y en la línea de trescuartistas le sobran futbolistas de garantías.

Con lo que no contaba el técnico asturiano es con la baja de Redru. El andaluz se lesionó durante la semana y aunque el entrenador verdiblanco afirma que no nada grave, esta vez se cae de la convocatoria. Esta circunstancia puede propiciar la vuelta de Olaortua al centro de la defensa y el regreso de Julen Castañeda al lateral izquierdo. Porque lo que sí dejó claro ayer Ania en rueda de prensa es que no piensa arriesgar ni lo más mínimo con un Jordi Figueras «curado» pero recién salido de la enfermería. La otra opción pasa por mantener a Castañeda en el centro y darle el lateral al canterano Chus Puras, que ha sido citado para viajar a Durango.

Es probable que haya un cambio más en la defensa. Aitor Buñuel, después de tres encuentros fuera del equipo titular, apunta al lateral derecho. En los dos últimos choques, en casa y ante rivales de la parte baja, Ania optó por un Nico Hidalgo que aporta mucha más profundidad que el navarro, en detrimento del rendimiento defensivo. La apuesta le salió bastante bien.

Sin Sergio Ruiz ni Kitoko -lesionado-, Mario Ortiz es el único centrocampista de corte defensivo con el que cuenta el entrenador asturiano. El santanderino será titular. La principal duda será saber quién le acompaña en el doble pivote. Rafa de Vicente ha parecido siempre un poco por delante de Quique Rivero en la parrilla de salida, pero el cabezonense ha aprovechado sus últimos minutos sobre el césped y ha presentado sus credenciales a tener protagonismo.

No está Cejudo, pero Enzo Lombardo ya se encuentra al cien por cien para volver a la línea de tres que escoltará al delantero. El francés podría ocupar la mediapunta, pero también Alberto Noguera. Si el madrileño es titular, el galo caerá a la banda izquierda. Y para el otro puesto quedan un Nico Hidalgo importante aunque quizá pueda tener descanso y un Cayarga cuyo rendimiento actual está para ser aprovechado.

Y en la delantera, tiene pinta de que David Barral ha llegado para quedarse. A ver quién discute al gaditano después de marcar tres goles frente al Vitoria con lo puesto. Cuatro tiros, tres adentro y uno a la cruceta. El nuevo ariete racinguista está llamado a marcar la pauta de aquí al término de la competición.

Todo va muy bien, pero aunque al racinguismo le gustaría estar celebrando ya el título, aún queda demasiado por recorrer. La distancia se antoja difícilmente salvable por parte de los perseguidores, mas aquí ha quedado demostrado que puede pasar de todo. Hasta que no pite el árbitro, hay partido. El tren del ascenso tiene parada este sábado en el andén de Durango. Cuidado con la catenaria, que suele fallar cuando menos se espera. A alta velocidad, el Racing espera salir cuanto antes de esta categoría de viajes de cercanías. De trayectos de mil paradas en apeaderos sin personal en la ventanilla. El ascenso es innegociable.