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«El fútbol que hemos hecho y hemos generado no es suficiente», pronunció casi en voz baja Aritz Solabarrieta. Durante el partido se le escapó alguna voz más alta que otra desde el banquillo, pero en la rueda de prensa se quedó sin fuerzas. ... No es que haya fichado por el Racing para hacer de cada comparecencia un espectáculo, pero bien es cierto que el tono y el mensaje que transmitió al acabar el duelo no fue nada motivante.
El Racing no mandó en el partido y ni mucho menos se jugó a lo que quería. De nuevo, y esta vez en su propia casa, fue una marioneta en manos de un modesto equipo. Solabarrieta admitió que el Racing debería de haberse impuesto, pero no fue capaz. «Sí. La cuestión es que hay que hacerlo. Podemos decir muchas cosas pero hay que hacerlo». Sus palabras eran el reflejo de la resignación, pero resulta difícil de entender que en el segundo partido se le vea ya tan resignado y tan solo recurriera al manido mensaje de «creo en el trabajo, en el entrenamiento, en entrenar mañana y el martes e ir a jugar contra el Real Unión para mejorar». Está bien, claro está, pero es probable que los males de este equipo no se solucionen sólo con trabajar.
El técnico racinguista, para colmo, reconoció que el Amorebieta «juega con un fútbol directo y no hemos sufrido, pero a balón parado nos ha hecho gol». Con este lacónico mensaje, Solabarrieta explicó sin querer que el Racing se mostró impotente durante más de setenta minutos. Todo ese tiempo fue a remolque en el marcador y tan sólo «tiró una vez a puerta».
IMPOTENCIA
El partido empezó mal. Ya le ocurrió en Zubieta, donde la Real Sociedad B se adelantó en el minuto 3, y a partir de ahí el resto estuvo condicionado. «Hemos recibido un gol a balón parado. El segundo en dos partidos. Y luego nos ha costado; recibir un gol tan pronto nos hace daño y mas como esta todo». La última frase también demuestra que Solabarrieta empieza a darse cuenta de que con cuatro derrotas y un empate en los últimos cinco partidos la realidad es que no hay confianza en casi nada.
Y casi todo lo que ocurrió ayer preocupa, aunque el entrenador quiso ser optimista. «Somos conscientes de donde estamos. Tenemos que remar a la vez. Sí ha habido cosas buenas. Hemos manejado el balón, ha habido gente que ha salido y ha tenido personalidad y eso nos ha gustado», señaló. La segunda parte fue mejor, pero no porque fuera buena sino porque la primera había sido un desastre. Quizás por eso sin dar nombres ensalzó la labor de Martín Solar, Pablo Torre y los chavales, que volvieron a echarse el equipo a las espaldas.
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Sin embargo, la realidad de lo que se vio frente al Amorebieta es que «hicimos un tiro a puerta», indicó el técnico, y con algo así encima de la mesa es difícil mantener el debate. «No hemos tenido esa llegada que tenemos que tener. Lo único que creo es en el trabajo. En trabajar el domingo, el martes, el miércoles...», repitió una vez más.
El público, el poco que se dio cita (2.600 espectadores), protestó durante el partido, se mofó coreando algún que otro «olé, olé...» desde la grada cuando la tocaba el Amorebieta. «La gente es libre de opinar lo que quiera. Lo único que le pido a mis jugadores es que estemos juntos».
«No» le ha pedido fichajes a la directiva, «bastante tengo con entrenar», añadió. Y admitió que «cuando no ganas, la persona que está al mando es la que mas expuesta esta».
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