Secciones
Servicios
Destacamos
«En esta legislatura el Ayuntamiento no ha realizado gestión alguna con los propietarios de las fincas colindantes al norte de las Instalaciones Nando Yosu. Hay conversaciones incipientes con el Racing, si bien no existe ningún expediente administrativo abierto, ni conocimiento de que exista interés ... por parte de empresas privadas». Con estas palabras de la concejala de Deportes, Beatriz Pellón, se resume el estado actual de proyecto -u objetivo- de ampliar las instalaciones de entrenamiento del Racing. Las pronunció ayer en el pleno a pregunta del concejal del grupo regionalista Vicente Nieto.
En resumen, aún no se ha puesto en marcha ningún trámite para lo que el club considera una actuación imprescindible y para la que necesita la colaboración de la Casona, puesto que esos terrenos anexos en los que aspira a llevar a cabo la ampliación se dividen en 17 parcelas. Alguna de ellas de titularidad municipal, otras de Sadisa y otras en manos de diferentes particulares a los que al club no le sería siquiera sencillo contactar.
La expropiación, modelo que haría posible la ampliación, no se ha contemplado, al menos por el momento, de modo que, más allá de las conversaciones en las que el club transmitió sus necesidades y objetivos de actuación, no se ha avanzado en ningún aspecto.
Desde su misma llegada a la presidencia en esta segunda etapa, Manolo Higuera planteó la necesidad de ampliar las instalaciones de entrenamiento. Las actuales cuentan con solo cuatro campos, dos de césped natural y otros tantos sintéticos (el cuatro, además, de dimensiones más reducidas) que ya se habían quedado pequeñas para las necesidades del primer equipo y sus categorías inferiores, incluido el filial, además de la Academia. A ello se unió el año pasado la decisión de integrar el antiguo Racing Féminas en la estructura del club, terminando así con una carencia histórica, y, con él, todo su fútbol base. Por último, algunos equipos santanderinos convenidos también utilizan los campos de hierba artificial.
Para paliar el problema en el corto -y medio- plazo, este verano se llegó a un acuerdo con el Ayuntamiento de El Astillero por el que tanto el Rayo Cantabria como el primer equipo femenino juegan desde esta temporada en La Planchada. Una solución temporal que en esa u otra sede deberá prolongarse hasta que el club cuente, al menos, con un quinto campo.
Beatriz Pellón
Concejala de Deportes
El objetivo del Racing es, dados los años de inversión, tanto de las administraciones como del propio club, y la infraestructura existente, seguir en La Albericia. Pero para ello resulta imprescindible la construcción de un nuevo campo con graderío (actualmente solo lo tiene el número uno en uno de los fondos) y el único espacio disponible son los terrenos al norte, situados entre las Instalaciones Nando Yosu y la S-20. A la vez, resulta imprescindible contar con todas las parcelas, puesto que con que una sola no pudiera utilizarse no sería posible la actuación por una sencilla cuestión de espacio disponible, al margen de que pudiera o no partir en dos la ampliación. De salir adelante la idea, Higuera baraja incluso la posibilidad de construir otros dos terrenos de juego: el citado con grada y otro, eso sí, de dimensiones menores a las reglamentarias.
Como alternativa a largo plazo, el club no descarta construir una nueva ciudad deportiva en otra zona para cubrir sus necesidades y siempre que su situación económica lo permita, pero ni siquiera se ha abordado aún esta posibilidad. El objetivo y máxima prioridad es continuar en la misma sede en la que trabaja el club desde finales de los años sesenta (la primera concesión data de 1968, cuando las instalaciones eran apenas un campo de fútbol sin gradas, infraestructuras adicionales ni alumbrado artificial).
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.