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En el racinguismo prácticamente todo el mundo anda reacio a tirar las campanas al vuelo. Ha costado tanto permanecer en Segunda División, que como para dárselas de guay ahora, a las primeras de cambio. Pero ya no son tan tempranas las fechas -casi un ... tercio de Liga cumplido- y cada vez hay menos que se acuerdan de mirar por el retrovisor. El descenso está a once puntos. Y, lo que es más importante: el equipo tiene una pinta fantástica, sobre todo en los Campos de Sport. Las comparativas son odiosas, pero... ¿Y lo que gustan cuando salen a devolver? Queda mucho, mas el dato sirve para alimentar ilusiones. El Racing de José Alberto está seis puntos por encima, a estas alturas, del que completó el ascenso, con Quique Setién en el banquillo, en 2002.
Otro dato: El Racing ocupa la séptima plaza, y una victoria este domingo (Campos de Sport, 21.00 horas) ante su homónimo de Ferrol le colocaría en puestos de fase de ascenso, independientemente de lo que hagan sus rivales. Hay dos enfrentamientos directos entre los equipos de cabeza, con lo que tres puntos aseguran, en el peor de los casos, la sexta plaza.
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Por poner en contexto, aquel equipo de hace ya más de dos décadas, empezó la temporada horriblemente. Recién descendido de Primera, en las ocho primeras jornadas apenas ganó un partido y era vigésimo, un puesto de descenso directo. Una semana antes, ya había cambiado de entrenador. Gustavo Benítez, el técnico que había regresado al final del curso anterior para intentar evitar un descenso que parecía casi irreversible -así fue-.
21 puntos suma el Racing actual tras doce jornadas disputadas, cifra que le sirve para ocupar la séptima plaza.
16 puntos acumulaba el Racing de la 2001-2002 en la jornada 12 de competición, tras un horrible comienzo de Liga.
26 puntos, si se traducen los 17 de entonces al actual sistema de puntuación, tenía el Racing de la 1992-93 a estas alturas.
12 años han pasado desde que el equipo cántabro sumó por última vez tres triunfos seguidos en el fútbol profesional.
Algunos futbolistas que debían ser diferenciales no estaban, el ritmo de los entrenamientos no era el adecuado y los resultados no llegaban. Cuando Setién logró hacer carburar a la plantilla, la subida fue imparable hasta alcanzar el ascenso a falta de una jornada para el final, con aquel recordado gol de José Moratón al Atlético de Madrid. En la fecha número 12, las que llevan transcurridas esta temporada, los verdiblancos sumaban 16 puntos. A día de hoy son 21.
El Racing finalizó la temporada con 71 puntos. La proyección del actual equipo de José Alberto López, con una media de 1,75 por partido, es de 73 en una hipotética clasificación final. Históricamente, siempre han dado para jugar la fase de ascenso. en alguna ocasión, incluso para el ascenso directo. Como dice el míster asturiano, hay que disfrutar de lo que está haciendo el equipo. Pero, a la vez, hay que ser consciente de que llegarán los baches, los momentos de debilidad y no siempre se podrá mantener este fuerte ritmo. El objetivo de este año, y el club lo repite aunque no renuncie a mirar hacia arriba, es una permanencia tranquila; la zona templada de la clasificación.
Con quien pierde en la comparativa el Racing de José Alberto es con el del anterior ascenso a Primera División: el de Paquito en la campaña 1992-93. A estas alturas, aquel equipo era tercero, con 17 puntos. Pero la cifra tiene truco, ya que entonces las victorias solo sumaban dos. Así que, con un balance de ocho triunfos, un empate y tres derrotas, extrapolado al baremo de hoy la puntuación sería de 26. Claro que su evolución fue inversa a la que se vivió con Setién.
Curiosamente aquel equipo que empezó tan bien sufrió un poco más que en 2002. En un final de la competición de infarto y con cierta polémica en la lucha por la segunda plaza de subida directa, el Racing acabó en la tercera plaza y tuvo que ir a la eliminatoria de promoción, frente al Espanyol, de la categoría superior, para ganarse la plaza en la élite.
En aquella campaña, a las órdenes de otro asturiano como Paquito, Benito Ballent apenas pudo jugar. Iba a ser el delantero centro titular. Disputó el primer encuentro del curso, contra el Badajoz (2-0) y anotó un tanto. Pero una lesión terminó por apartar al navarro, que entonces tenía 29 años, del fútbol. Se retiró de aquel partido en el segundo tiempo y ya no volvió a jugar. Aun así, tras seis temporadas como verdiblanco, las vivió de todos los colores. Y ahora, prácticamente convertido en un cántabro y racinguista más, sigue de cerca las evoluciones del club.
«Yo creo en este Racing, desde el principio. Se están haciendo las cosas con tranquilidad y mejor que lo que se han hecho los años anteriores. No se vende humo, diciendo que se va a hacer un equipo para ascender», dice Ballent, quien estima que la forma de trabajar de los actuales gestores de la entidad, paso a paso, es la adecuada. Además, destaca que «el equipo ha enganchado con la afición y tenemos ganas de que nos haga sentirnos orgullosos otra vez», explica el navarro.
Para encontrar otras tres victorias consecutivas del Racing en el fútbol profesional hay que remontarse a mayo de 2011. La última permanencia en Primera División, antes de la caída en barrena hasta el infierno. El equipo cántabro, dirigido por otro asturiano más, Marcelino García Toral, inició aquel tríptico triunfal en los Campos de Sport frente al Mallorca (2-0). Con un asiento vacío en el palco. Por aquel entonces, el presunto magnate Ahsan Ali Syed había dejado de aparecer por Santander y lo único que quedaba de él eran impagos. Los suecos Rosenberg y Kennedy fueron los autores de los tantos verdiblancos.
Los cántabros hicieron racha tras vencer en el siguiente encuentro en el Rico Pérez de Alicante contra el Hércules. En un partido loco, con cuatro goles en apenas ocho minutos. Giovanni Dos Santos marcó la diferencia y, con sus dos goles, y el del central Henrique, los cántabros se impusieron por dos goles a tres para certificar prácticamente la permanencia.
La tercera se produjo el 10 de mayo, en los Campos de Sport, contra el Atlético de Madrid. Los verdiblancos remontaron el gol inicial de Mario Suárez con los tantos de Kennedy y Rosenberg. Los verdiblancos culminaron la salvación en la categoría y a los madrileños se les complicó su presencia en Europa. Con el Racing ya salvado, la racha se rompió una semana después en El Molinón, frente a un Sporting necesitado, en uno de esos partidos del Pacto de Llanes.
Pablo Pinillos fue uno de los protagonistas de aquella «temporada difícil, en la que todo se torció». Sin embargo, la llegada de Marcelino al banquillo, «del que todos conocíamos su exigencia y que conocía bastante gente del vestuario y nuestro compromiso», cambió la dinámica marcada por la convulsa situación extradeportiva. «Con gente de calidad como Giovanni -fichado en invierno- acabamos francamente bien y nos sobraron hasta jornadas para lograr la salvación», rememora el zaguero riojano, que extrapola su experiencia a lo que se puede estar viviendo a día de hoy en La Albericia: «Cuando encadenas tres victorias consecutivas, aumentas tu autoestima, la moral, la confianza, te atreves a hacer cosas, empiezas a ser el jugador que realmente eres y al entrenador le da para ser más intenso en las sesiones, porque los jugadores lo aceptan de mejor grado sabiendo que todo esfuerzo tiene su recompensa. Entiendo que eso es lo que le está pasando al Racing». Por el momento el equipo va por el buen camino.
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