Un punto que vale oro

El Racing Féminas arrancó un meritorio empate en su visita al Oviedo. Tras la derrota de la pasada jornada ante el Real Madrid B, el desplazamiento a tierras asturianas era una prueba de fuego para las de Mario Ortiz. La resolvieron con un empate sin goles, ya que volvieron a resguardar muy bien su portería pero les faltó mordiente en ataque para desequilibrar el duelo a su favor.

Aunque el encuentro empezó con el conjunto asturiano teniendo la posesión más que su rival, las verdiblancas trataban de elaborar desde atrás cada vez que robaban el cuero. Ambos equipos buscaban hacerse fuertes desde los costados y durante los diez primeros minutos del encuentro la gran mayoría de acciones ofensivas llegaba con combinaciones que acababan en centro lateral. El partido fue espesándose con el transcurso de los minutos. La colegiada castigaba cada mínimo contacto con falta, cortando el ritmo de un encuentro ya de por sí lento y evitando que la circulación del balón fuera más fluida.

La primera llegada con cierto peligro corrió a cargo de las de Mario Ortiz en el minuto 12. Sin embargo, el lanzamiento desde treinta metros de Macías no sorprendió a la exracinguista Sarita, que atrapó con seguridad. Desde entonces el paso de los minutos favoreció a las asturianas, que se hicieron dueñas de la posesión ante un Racing Féminas con muchas dificultades para llegar a la meta defendida por Sarita.

El arranque de la segunda mitad supuso la continuidad del mismo guión. Juego de posesión de las asturianas y peligrosísimos contragolpes de las cántabras, que siguieron llevando mucho peligro en los pies de Mariajo. Nunca fue avasallador el dominio de las asturianas, pero el partido seguía instalado en el primer cuarto de hora de la reanudación en la sensación que si el gol llegaba en el San Claudio, serían las locales las que lo marcarían.

Sin embargo, tras un remate fallido de Helena, que disparó demasiado alto, la sensación de peligro de las carbayonas fue a menos y al Racing Féminas le siguió bastando con el orden defensivo y el sacrificio en todas sus líneas para mantener bajo control el partido. Y tuvo la ocasión más clara en la segunda mitad tras un lanzamiento de Macías que repelió el larguero en el minuto 68.

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