«Cómo no te voy a querer»

Lo positivo, las sonrisas de los presentes y los ausentes. Porque esta vez la baja asistencia no fue provocada por disgustos, descalabros y malas gestiones. Más bien todo lo contrario. Mucho que celebrar. Por eso, pese a todo, hubo 9.831 espectadores en la gradas –según el club–. Porque las alegrías en torno a este equipo no están para dejarlas pasar como si nada.

Manolo Chinchón volvió a saborear el aplauso de la grada con el balón de por medio, cuando ejecutó el saque de honor tributo a los héroes del Racing de los bigotes. «¡Qué toque!», bromeó un aficionado en Tribuna Principal. Sus rivales no pensaban lo mismo.

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El exzaguero andaluz fue el primero de una tarde de alegres protagonistas. Porque, en la primera parte, los goles los marcaron los que probablemente el grueso del racinguismo habría puesto en su lista de deseos. Los dos chavales y Cedric. Los tantos de Mario García y Yeray, junto con sus respectivas actuaciones, fueron la muestra de que hay madera. Y el del hispano-nigeriano, porque la afición tenía ganas de haber visto más y antes al máximo goleador de la temporada anterior, pero, además de su grave lesión cervical, como dice José Alberto, «esto es fútbol profesional», y al nueve le ha tocado vivir esta temporada la cara fea de su oficio.

Cedric fue el gran protagonista de la tarde. Tras el gol, también en su sustitución y al término del encuentro, cuando la afición volvió a personificar en su figura el agradecimiento a una plantilla que ha logrado la permanencia. Algo que parece un logro menor, pero que, con lo vivido en la última década es un hito importantísimo. Clave. Vital. Dos cánticos más, además del 'Cedric is on fire' pusieron hilo musical a la jornada. El 'Cómo no te voy a querer' y el 'Volveremos' son los estribillos de una temporada con un final feliz.