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«No hemos estado cómodos en ningún momento», aseguró Aritz Solabarrieta. «Ni con balón ni sin él», añadió. «Todo ha sido demasiado previsible», prosiguió el entrenador del Racing para terminar en su primera intervención en la rueda de prensa tras el empate con el Arenas de Getxo ... con un lamento más. «No hemos tenido esa marcha que tenemos entrenando o en otras tardes». Es más, insistió con un pensamiento que resumió todo lo que dijo después. «Queríamos, queríamos, pero no hemos podido». Incapacidad manifiesta. Impotencia.
El Racing empató este domingo un partido que sólo le valía si lo ganaba. El entrenador verdiblanco no tenía muy claro qué es lo que le había ocurrido a su equipo para que mostrase una caricatura de lo que realmente debía haber sido. Señaló la presión como una de las supuestas causas. «Esa necesidad, esa obligación de ganar a veces te lleva a precipitarte, a cometer errores nada habituales que estos jugadores, con la capacidad y calidad que tienen, no cometen. Nos ha costado y eso es lo que ha pasado», explicó el míster.
El Arenas de Getxo quiso y pudo. Saltó al campo sin complejos y mereció mejor suerte. Colocó su línea de presión en la zona de tres cuartos e incomodó al Racing. «Ellos juegan así los partidos de fuera de casa; lo hicieron en Lezama, lo hicieron en Zubieta y lo sabíamos. Nosotros queríamos cogerles los espacios, pero no conseguíamos hacer daño». En resumidas cuentas, el míster asumió que su equipo no funcionó y el rival lo neutralizó. El reparto de puntos no contenta a nadie, porque al Arenas de Getxo tampoco le permite cumplir con los objetivos. Sin embargo, es obvio que jugando en El Sardinero es el Racing el que peor parado sale. Y ahora, ¿qué? Al Racing le queda un partido en el que nada puede hacer por clasificarse para el play off de ascenso, pero que aún así debe ganar para sumar más puntos de cara a la siguiente fase. «Esto se trata de sumar. Ha sido un golpe y queremos ganar y no hay más», indicó Solabarrieta. Y con la boca pequeña el entrenador terminó reconociendo lo que ahora es un hecho y que no es otra cosa que agarrarse al premio menor. «En la segunda fase el equipo debe estar en el la Primera RFEF y capacidad para ello hay», confesó.
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Consumado el fracaso que supone no clasificarse para luchar por el ascenso era evidente que Solabarrieta iba a tener que lidiar con la pregunta sobre su continuidad. La recibió, como era lógico, la encajó y salió de ella con un discurso más general. «Al final soy consciente de que sigo pagando el peaje de los tres primeros partidos. Pero veo al club crecer. Veo a cuatro canteranos que son titulares y que jugaban en Tercera el año pasado. Y un juvenil. Y todo eso es un peaje que debemos pagar. Construir lleva tiempo, requiere tiempo; para estar en Primera, en Segunda o donde queramos y eso implica tiempo».
Sus palabras fueron las mismas que en la época gris en la que cada semana parecía la última en el club para él. El argumento de que el Racing quería hacer algo más que ascender era su fuerte. Aún así no escondió que «todo ello implica también ascender, porque para eso se trabaja». Ya casi cuando parecía que no iba a contestar de manera directa a la pregunta lo hizo. «Los que llevamos muchos años en esto sabemos lo que hay. La pregunta quizás no sea para mí», concluyó.
En la situación en la que está el Racing, con lo que queda de temporada, quizás pueda resultar hasta contraproducente una destitución. Es tanta la desazón que ha producido el empate de ayer que ni tan siquiera se habla de ello. Se han cometido errores desde todos las parcelas del club y ahora la sensación es de hartazgo por volver a repetirse una situación que no es nueva. El técnico reconoció que es el primero en hacer autocrítica. «No echo balones fuera. Me miro el que más; después de cada resultado, de cada partido hago autocrítica... Miro todo; la alineación, la actitud, los centros que hemos hecho, la presencia, lo que no ha funcionado».
«Siempre repaso lo que ha pasado tratando de buscar soluciones», admitió un Solabarrieta al que tan solo le quedó una pregunta por contestar. Fue el cambio de Óscar Gil por Lars Gerson. «Óscar tiene dificultad por su perfil menos bueno. Preferimos que jugase Gerson, porque a la hora de sacar el balón iba a ser mejor. Óscar no tenía nada y el domingo jugará», señaló. Desde luego fue la respuesta más peregrina que dio el entrenador. Por contra, el entrenador del Arenas de Getxo, Javier Olaizola, fue muy claro. «Me voy con la sensación de que hemos perdido dos puntos».
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