La rabia y la impotencia se comieron «la entereza» de Arana

¿Qué le pasó a Juan Carlos Arana para que acabase llorando como un niño en el suelo de El Alcoraz? La imagen ha dado la vuelta al mundo. Los medios de comunicación y las redes sociales se han hecho eco de lo sucedido en el partido del Huesca con el delantero canario, por lo insólito en el deporte profesional. Su imagen de rodillas llorando y siendo consolado por el propio árbitro serán difíciles de olvidar. El futbolista, al menos, ya ha intentado «pasar página», como aseguraban desde el club ayer tras no querer hacer ninguna declaración al respecto. Ni la entidad ni el futbolista.

Tampoco hay que ser un sabueso para contextualizar lo ocurrido. Juan Carlos Arana sufre una entrada con un golpe del lateral del Huesca, Gerard Valentín, que acaba con el canario recriminándole la acción. En el campo se cruzan palabras que solo ellos conocen, pero que Arana le dice al árbitro: «¿No lo apuntas?». Sus reiteradas protestas y algo más que -perdonen la insistencia porque ninguna de las partes ha querido explicar- se quedará en el césped provoca una reacción desmesurada por parte de Arana que se va a buscar a Valentín. Su comportamiento es entendido por el colegiado como digno de ser amonestado y al tratarse de la quinta, el canario se quedará sin jugar el siguiente partido en El Sardinero contra el Deportivo. La rabia por la situación que vive sumada a la impotencia por comprender que en un hecho totalmente evitable se ha llevado un tributo demasiado elevado, le hace perder los nervios y entrar en ansiedad. Sus lágrimas son un reconocimiento de su equivocación cuando ya no hay solución. Precisamente, el que el protagonista sea Arana fue aún más llamativo como se encargó de corroborar José Alberto. «Arana es un tío con entereza y que sabe soportar lo que pase en el campo».

Sus lágrimas son el síntoma de la impotencia. Y la empatía el árbitro, una buena noticia. El canario, titular indiscutible durante 25 jornadas este año y 33 el curso pasado, no pasa ahora por su mejor momento deportivo, al ser suplente en las últimas fechas. Las palabras del rival, la tarjeta y su situación fue un cóctel que se comió el carácter de un futbolista duro. La competición tiene estas cosas.

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