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Venga, que ya sólo queda uno. El Racing abonó ayer el penúltimo plazo del convenio de acreedores y entra así en la recta final ... de un proceso que se alarga desde el 8 de julio de 2011. Un lastre de enormes proporciones que, si todo va bien, quedará finiquitado dentro de doce meses -en diciembre de 2024-, cuando el club haga frente a la última cantidad que debe pagar.
Así, el Racing abonó este cuarto plazo de los cinco totales tras la última renegociación del convenio. En concreto, en 2020, ante la precaria situación de las arcas verdiblancas, acogiéndose al Decreto-Ley que sacó el Gobierno de España para combatir los efectos de la pandemia de covid y gracias a la flexibilidad de los acreedores, logró que los algo más de seis millones que tenía que poner de golpe en ese momento quedasen divididos en cinco ejercicios. A razón de aproximadamente 1,2 millones -el 20 por ciento- por cada uno de ellos. Y por ahí anda -puede variar por las adhesiones puntuales de los acreedores- la cantidad que ha tenido que abonar en estos últimos días de 2023.
13 años
se habrá extendido el concurso de acreedores en el Racing cuando el club, si todo va bien, abone el último plazo en diciembre de 2024. Pernía lo solicitó en julio de 2011, y en junio de 2012 se aprobó el convenio de pagos de la deuda total.
Comienza así la cuenta atrás. Porque dentro de doce meses, en las dos últimas semanas del año que está a punto de arrancar, la entidad verdiblanca tendrá que pagar ese último plazo, también de la misma cantidad, para saldar definitivamente la deuda que quedó impuesta en el convenio concursal.
Evidentemente, el cumplimiento de estos plazos ha sido posible gracias a la inyección económica de los propietarios. Antes con el Grupo Pitma y ahora con Sebman. Porque la depauperada situación financiera del Racing no da para afrontar todos los gastos rutinarios al día y, además, tener que solventar los desmanes del pasado con los que aún carga.
Porque la deuda del convenio concursal es una mochila que sumar a la deuda principal de la entidad verdiblanca -que supera los quince millones de euros tras la última ampliación de capital-, por fortuna ordenada y a deber a los máximos propietarios. Pero, además, afecta de forma negativa en otros aspectos. Como en el cálculo del límite salarial. LaLiga, en sus normas para la elaboración de presupuestos por parte de los clubes ya indica que, a la hora de la búsqueda del 'Punto de equilibrio presupuestario' tendrá una diferente calificación para aquellas entidades que no hayan estado en concurso de acreedores. Y el Racing no sólo ha estado en esa situación, sino que permanece en ella.
En este caso, existe la posibilidad de pagar por adelantado el resto de la deuda concursal. Una iniciativa que la patronal del fútbol profesional español tendría en cuenta de forma positiva a la hora de elaborar futuros límites salariales. Pero, de momento, no es una opción que se maneje en los Campos de Sport, sobre todo cuando la situación deportiva del equipo es buena. El calendario de pagos está marcado y el plan es cumplir con lo establecido. Al fin y al cabo, en apenas un año esto debería ser historia.
Una historia que arrancó el 8 de julio de 2011, cuando el condenado expresidente Francisco Pernía solicitó la entrada en concurso voluntario de acreedores. Entonces, sus tejemanejes ya habían llevado a las arcas racinguistas a un agujero de 33 millones de euros.
Que no hizo más que crecer, porque cuando el 11 de junio de 2012 la Junta de Acreedores dio el visto bueno al convenio concursal la deuda ya ascendía a 48,3 millones de euros y el número de acreedores era de 216 -futbolistas, clubes, empresas, Hacienda, Seguridad Social...-. Viendo que la posibilidad de no cobrar nunca iba creciendo, una treintena de ellos propuso el convenio concursal que fue aprobado hace casi doce años.
Mediante el acuerdo, el club lograba una quita de un cincuenta por ciento en la deuda inicial, pero se comprometía a pagar las cantidades en un período de cinco años, más dos de demora. Una vez desalojados los okupas del palco de los Campos de Sport, los diferentes consejos de administración lograron dos cambios y ampliaciones en el calendario de pagos para poder hacer frente a los mismos sin poner en riesgo la superviencia de la entidad. Y, tras el pago del penúltimo de los montantes en la jornada de ayer, el Racing está más cerca de llegar a esta meta y cerrar el enésimo capítulo oscuro de su historia más reciente.
Es difícil cuantificar cuánto le costará en total, cuando haya terminado de pagarlo, el convenio de acreedores al club verdiblanco. No basta con hacer la quita del cincuenta por ciento a la deuda total. La cifra absoluta será bastante menor. Entre acreedores que no se hayan adherido a los diferentes plazos; no hayan justificado debidamente las facturas; empresas que hayan quebrado por el camino u otras situaciones anómalas, lo abonado se alejará de los 24 millones que hacen la mitad, pero, aún así, será un buen pico.
Un concurso de acreedores, por cierto, que fue declarado 'culpable' por la Audiencia de Cantabria. Sin embargo, el Tribunal eximió a quien solicitó el concurso, Francisco Pernía, que libró una vez más, y achacó la situación al expropietario verdiblanco Ahsan Ali Syed y su sociedad Western Gulf Advisory Holding. Otro que tampoco pagó.
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Ana del Castillo
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