El Racing busca un compromiso global antes de prorrogar los contratos uno a uno

La predisposición es total y nadie quiere agotar las cinco semanas que aún quedan para ello -la fecha límite es el 30 de junio- y de esta manera inocular inestabilidad a la plantilla. Y en estas negociaciones participa activamente, según ha comunicado el propio club, el aún director deportivo, Chuti Molina, cuya continuidad parecía descartada antes de la pandemia. Molina tiene contrato hasta 2022, pero con una cláusula de liberación: en caso de descenso el Racing está facultado para romper unilateralmente el compromiso. Algo que ocurra lo que ocurra ya no podrá hacer, si finalmente se completa la temporada, antes de ese 30 de junio.

Después de la crispación social vivida durante la campaña y el regular rendimiento de muchos de los jugadores que el manchego incorporó el pasado verano, nada asegura -aunque su contrato diga lo contrario- que continúe un año más. Aun así, Molina es, siempre según el Racing, uno de los encargados activamente de lograr esas prórrogas necesarias para que los futbolistas -más de media plantilla- puedan vestir de verdiblancos los once partidos de Liga que quedan por jugar.

Junto al albaceteño, tanto el presidente, Alfredo Pérez, como Pedro Ortiz, vicepresidente, y Víctor Alonso, director general, intervienen en la negociación. Los tres mandatarios tienen más protagonismo en ese primer acuerdo colectivo, puesto que son los que deben cerrar las directrices en función del estado y los recursos de la entidad. Y ya una vez se dé carpetazo a este convenio global previo, será Molina el que se siente a negociar con cada uno sus propias circunstancias. «Cada jugador tiene su casuística particular. Existe una predisposición total para que todo acabe bien, pero hay que abordarlo con tiempo y caso a caso», aseguraba Pérez a El Diario la pasada semana.

Aún no está sellado oficialmente, pero dado que la situación afecta a todos los equipos de LaLiga -tanto en Primera como en Segunda División- también están en marcha los contactos entre todos los clubes para establecer algunas de esas condiciones generales que puedan regir un acuerdo global entre todos. «Estamos tranquilos porque lo que nos pasa a nosotros le pasa a todos, por eso al final llegaremos a un acuerdo fijo. No tengo ninguna duda», añadía el presidente.

El Racing no tendrá que acudir a la jurisdicción europea ni necesitará la mediación jurídica de la FIFA en los 16 casos que tiene entre manos, puesto que a día de hoy ninguno de sus jugadores ha comunicado que haya firmado un acuerdo posterior con un club de fuera de España. Ni tan siquiera Luca Zidane,al que se relaciona también con un equipo francés. De hecho, el Racing negocia -al menos hasta ayer- con el Real Madrid para que los blancos den el sí la extensión de la cesión del portero hasta el final de la temporada. Tampoco servirá de tapón -en el caso de que así fuera- la hipotética firma de un contrato con un club nacional, ya que por el momento nadie se ha comprometido - de forma oficial- para la temporada que viene. Aunque aquí hay que hacer un matiz: los futbolistas que terminan contrato son libres de firmar con un tercero a partir del 1 de enero y no están obligados a informar sobre ello. Pero por ahora en las oficinas de los Campos de Sport solo se manejan tres perfiles: jugadores con contrato en vigor, futbolistas que quedan libres el 30 de junio y un tercer grupo en el que se encuentran los cedidos y que tienen que regresar al club de procedencia.

Los planes del Racing son dar carpetazo a ese acuerdo marco lo antes posible para después abordar las prórrogas de manera personal. Este segundo trámite será competencia, de nuevo según el club, de Molina, y su rutina será similar a la de una contratación de verano, ya que habrá que convencer al futbolista y al club en el caso de que pertenezcan a otra entidad.

En cuanto al sí de los futbolistas, algunos ya han mostrado su parecer, caso de Luca Zidane, Moi Delgado, Dani Toribio, David Carmona e incluso Papu. Ninguno ha firmado nada y aún queda cumplir un formalismo bastante engorroso. Existen varios casos en los que los contratos finalizan el 30 de junio, pero también hay documentos en los que se habla textualmente de 'final de temporada', y será en este caso labor de los servicios jurídicos ponerlo en contexto. Asi las cosas, habrá ocasiones en los que se tendrán que incorporar anexos que regulen las nuevas relaciones temporales y esporádicas que vayan más allá del 30 de junio.